Del No a Corpus al corredor verde
Por Cristina Besold.
“Ganó el No a Corpus”, fue el título de tapa del diario Primera Edición el 15 de abril de 1996. “En el primer plebiscito vinculante y obligatorio convocado en la provincia sobre un padrón de 478.404 electores, votó aproximadamente el 58 por ciento. El resultado fue aplastante: en una proporción de nueve a uno, los misioneros se opusieron a que la obra se hiciera en cualquier lugar de emplazamiento” sobre el río Paraná, explicó, por su parte, el diario La Nación.
En el país gobernaba Carlos Menem; en Misiones, Ramón Puerta.Quienes defendían la construcción de la represa argumentaron que Misiones recibiría millones de dólares en concepto de regalías en los siguientes 30 años; quienes se oponían advertían sobre los efectos negativos socio ambientales, pronosticando, entre muchas otras cosas, más lluvias y humedad favorable para la proliferación de mosquitos transmisores de la fiebre amarilla y el dengue (hoy presente en toda la región).
Fue un momento histórico.
Por un lado, la militancia ambiental por la Selva Paranaense, que se había iniciado décadas atrás con Alberto Roth, Luis Honorio Rolón, Rubén Maletti, Alberto Mónaca, Juan Carlos Chébez y muchos más (quienes en el año 1984 levantaron la voz sobre daños que provocaría la represa Urugua-í y lograron la creación del Parque Provincial que lleva ese mismo nombre) obtuvo un complemento ideal con la defensa férrea (tal el resultado del plebiscito) del agua, de los ríos y arroyos de Misiones.
Por otra parte, aquel acontecimiento selló el empoderamiento del pueblo en resguardo del bien esencial para la vida, que en Misiones estuvo desde siempre en situación delicada, dado el interés de capitales extranjeros en construir más hidroeléctricas sobre los ríos Paraná y Uruguay, en expandir el monocultivo de exóticas (que aquí, justamente por la disponibilidad hídrica, crecen más y en menor tiempo que en otros lugares), y lanzarlo como producto en el mercado en un mundo donde el agua dulce escasea en cantidad y calidad.
Ríos libres
Este 14 de abril se cumplen 28 años del No a Corpus. Como se dijo, aquel acontecimiento fue el bastión para la defensa del agua, constituyéndose a fines de los 90 la Red de Asociaciones Ecologistas de Misiones (RAE), la Multisectorial contra las Represas (Mucore) con países vecinos y la Mesa Provincial No a las Represas, y concretándose desde entonces acciones trascendentes, como la entrega al gobernador Maurice Closs de un documento con seis escenarios de generación de energía sin la necesidad de construir represas (agosto de 2012, Mesa No a las Represas, Los Verdes-Foro de Ecología Política y FARN); la Marcha por los Ríos Libres contra el proyecto Garabí – Panambí (septiembre de 2013, reuniendo a más de 13 mil personas, desde Panambí, sobre el río Uruguay, hasta Posadas, ubicada en las márgenes del río Paraná); la Jangada Libertad (2014, navegando 400 kilómetros, desde El Soberbio hasta Santo Tomé, por el río Uruguay); la consulta popular autoconvocada por organizaciones socio ambientales (octubre de 2014, donde el 96 por ciento de los sufragios se opuso a esta última represa); la presentación en la Cámara de Diputados del proyecto de Ley de Ríos Libres en tres oportunidades (1999, 2003, 2019); y las actuales gestiones de la Mesa Socio Ambiental Misionera para que todos los Municipios declaren la Semana del Cuidado del Agua, del 14 al 22 de marzo.
Debemos citar de manera destacada el respaldo del padre obispo Joaquín Piña y del Premio Nobel de la Paz, Rodolfo Pérez Esquivel; la militancia del doctor Juan Yahdjian enseñando sobre el agua y salud; el documental “Jangada Libertad”, de Lucho Bernal y el Grupo Ecologista Cuña Pirú, que refleja la travesía en tiempo real de los ecologistas por el río Uruguay; las intervenciones de Joselo Schuap, quien compuso un tema musical (“Barro de la Costa”) dedicado a los relocalizados por las represas, a Héctor Dalmau con su obra «Crónicas del país de los ríos muertos»; y el documental “ Ríos Libres. Se hace camino al marchar”, de Gustavo Carbonell y Elián Guerín que retrata la Marcha por los Ríos Libres.
La Selva es agua
Retomando la militancia ambiental en defensa de la Selva Paranaense y su vínculo con el agua, en el año 1999 la Legislatura sancionó la Ley Corredor Verde 3631, impulsada por el entonces ministro de Ecología, Luis Rey. Esta norma establece aplicar programas para la conservación ambiental en un millón de hectáreas, superficie donde están las Áreas Protegidas y emprendimientos privados, conservando la conectividad de las zonas de monte en forma continua y con ello el ciclo hidrológico y las nacientes de los arroyos, entre otros servicios.
Ese objetivo no se está cumpliendo. En noviembre de 2022, se presentó al gobernador Oscar Herrera Ahuad el documento “El Corredor Verde está fracturado y esto compromete el agua y los alimentos en Misiones”, realizado en base a imágenes satelitales y consultas a expertos, por el Movimiento Agrario de Misiones (MAM), el Frente Ciudadano Ambiental Kaapuera, la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM), el Movimiento Naciones y Pueblos Originarios en Lucha, la Red de Agricultura Orgánica de Misiones (RAOM), ATE, CTA Autónoma Misiones, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), el Servicio Nacional de Paz y Justicia (SERPAJ), el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) y el Movimiento Nacional de Salud.
En el escrito, las organizaciones advierten que “el Corredor Verde (un millón de hectáreas) como tal, no existe más; está severamente fracturado en el centro y en la línea entre San Vicente y Bernardo de Irigoyen, con notables desmontes en toda el área, sobre todo en el norte, y el aislamiento del Parque Provincial Urugua-í y de la Reserva de Biófera Yabotí”. Con la insularización de los últimos bloques de Selva continua, explican, “disminuye la generación de agua en todas sus formas y se incrementa la pérdida de suelo productivo en un inexorable proceso de degradación ambiental”.
Es decir, detallan, “a medida en que se vayan cortando los árboles nativos, la Selva Paranaense irá disminuyendo la cantidad de vapor de agua que libera a la atmósfera, las lluvias que precipitan en Misiones, la humedad ambiente, la reposición de las napas subterráneas que alimentan al Acuífero Guaraní, a las vertientes, arroyos y ríos. Es decir: se reducirá la humedad y se acrecentarán las sequías, aumentarán las temperaturas, y ello sumado al Cambio Climático, con olas de calor cada vez más frecuentes, impactará de lleno en la productividad, en la economía, y hará propicio un escenario para grandes incendios, iguales o mayores a los ocurridos en los años 2020, 2021 y 2022”.
Ese escenario no ha variado. Todo lo contrario. Se profundiza con las políticas que impulsa el presidente de la Nación, Javier Milei, que abarcan modificar la Ley de Bosques (permitiendo la explotación en zonas prohibidas para garantizar servicios ecosistémicos) y la derogación de la Ley de Tierras, dando vía libre a la titularidad y posesión de suelo a personas físicas y jurídicas extranjeras.
En tanto, son muchos los ciudadanos y organizaciones que trabajan para recuperar y cuidar el agua y el monte en Misiones, como la Red de Agua para Desarrollo Rural, la Mesa por el No a las Represas, el Cemep Adis, el Servicio de Extensión Yerbatero del Instituto Nacional de la Yerba Mate, Fundación Hora de Obrar, Red de Agricultura Orgánica de Misiones, Movimiento Semillero, Grupo Ecologista Cuña Pirú, Movimiento Agrario de Misiones, Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, Frente Ciudadano Ambiental Kaapuera, los dueños de reservas privadas, y muchos más, multiplicando buenas semillas y conciencia, en y desde el territorio (la forma y el espacio que, finalmente, es la genera los grandes cambios de la historia). A cada uno de ellos, nuestro homenaje, agradecimiento, en estos días / semanas de celebración del agua.
Cristina Besold es periodista, especializada en medio ambiente, editora del sitio www.paranaense.com.ar
