«Invente, maestro», pide la tribuna

Clases suspendidas, un sistema educativo que busca los caminos para que los chicos “no pierdan el año” y un apoyo limitado a las plataformas digitales para sostener las enseñanzas multiplican en las escuelas rurales misioneras los desafíos propios de la cuarentena. La conectividad tiene también allí una distancia mucho mayor: la que media entre virtualidad y realidad.

“Acá la conexión a Internet la tenemos exclusivamente a través de la escuela. Los chicos suelen tener celulares, pero no las aplicaciones con las que se pueden hacer las clases virtuales. Y, además, en general no cuentan con abonos libres, sino que pagan con tarjeta sus cargas, y en esos casos la mera visualización de un video les agota rápidamente todo el crédito”, cuenta Alfredo Rodas Castellet, maestro de la Escuela Provincial Nº 251, Juan Kuspita Sawicki, de Colonia Polana.

A 17 kilómetros de Jardín América, “estamos muy limitados para poder bajar los contenidos que llegan desde el Ministerio de Educación nacional y por la plataforma Guacurarí y hacérselos llegar a los chicos”, le dijo Rodas al programa Contala como quieras en una charla que puso de relieve los múltiples esfuerzos y la enorme cuota de creatividad que ponen los docentes misioneros para sostener el ciclo lectivo en los parajes alejados de las ciudades.

“Tenemos la suerte de que la directora de la escuela vive en Polana, y entonces los maestros que vivimos en Jardín América le hacemos llegar los contenidos que elaboramos y ella se encarga de distribuírselos a los chicos, ya impresos”, contó.

Esos docentes se hacen cargo del costo de la tinta, el papel, el uso de la impresora. Pero Rodas mira la mitad llena del vaso, y en ese sentido la matrícula baja propia de las escuelas rurales brinda una ventaja: “Tratamos de que los materiales impresos lleguen a cada alumno”, y con una población escolar de 69 chicos “hacemos 69 impresos, cada uno de alrededor de 50 páginas, según el nivel: Inicial, el primer ciclo (1º, 2º y 3º grados), y el segundo (del 4º al 7º grados) del Primario”.

“En determinados días, la directora convoca a los padres para entregarles los materiales impresos, porque los chicos no pueden ir a la escuela”, relata.

La maestra de Nivel Inicial y los cuatro maestros de Primaria de la escuela de Colonia Polana comparten con los padres de los alumnos un grupo de Whatsapp del que se valen para intercambiar consultas, propuestas, para plantear dificultades. “Es una forma virtual de estar comunicados, pero en la colonia no se pueden dictar clases virtuales, como sí puedo hacer en Jardín América”, dice Rodas en referencia a su otra tarea en la escuela de la ciudad en la que él vive.

“Además, los maestros de la modalidad Rural de la zona tenemos un circuito propio, con el que nos comunicamos permanentemente para intercambiar dudas, recursos”, agrega Rodas, para explicar que en estas circunstancias de aislamiento preventivo por la pandemia de Covid -19 los desafíos se multiplican.

Acortar distancias con cada chico

“Elaborar una planificación requiere pensar ahora todo desde cero: nadie tiene experiencia para una situación de confinamiento como ésta”, resume.

“A esta altura del año por lo general los maestros estamos saliendo del llamado tiempo de diagnóstico” sobre el nivel de conocimientos de los alumnos. “Hacemos el repaso de los contenidos del año anterior. Recién ahora estaríamos entrando en la etapa de los nuevos aprendizajes, y lo estamos elaborando”, comenta.

“En mi caso, como maestro de cuarto grado, recién ahora estoy empezando a dar contenidos nuevos. Y ahí el mayor desafío se plantea en cómo evaluar” cuánto conocimiento adquieren los chicos. “En el contacto personal con el alumno el docente puede llevar el contenido en forma dirigida. Ahora, con 25 alumnos, como es mi caso, necesito hacerme de 25 formas de pensar distintas para entender las dificultades de cada alumno, que no tengo frente a mí. Eso va a generar un desafío en el aprendizaje colectivo, tal como los maestros estábamos acostumbrados, pensando en los conocimientos que adquieren los chicos. Hay alumnos que necesitan más atención que otros, y en el aula eso permite otra interacción que ahora está imposibilitada”, señala Rodas.

Alfredo Rodas Castellet en La 99.3, el 22 de abril de 2020

“Los maestros estamos siendo nuevamente fundadores del sistema educativo. Estamos adquiriendo esta experiencia, y el modelo virtual de enseñanza, como alternativo o complementario, vino para quedarse. Aunque el contacto personal del maestro con el alumno en el aula sigue siendo fundamental”, concluye.

Y como aprendizaje de la excepcionalidad de estas circunstancias tan particulares e inesperadas, desprende: “Se está viendo lo que el sistema educativo vino desarrollando a lo largo de la Historia. Nuestros alumnos de hoy son hijos de quienes fueron nuestros alumnos en años anteriores, y esos ex alumnos son los que están protegiendo y apoyando desde las casas a sus hijos.”

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