L´opaitema

Por Carlos Resio.

Creo que las declaraciones públicas de libertarios y cambiemitas explicitando no ya el negacionismo del genocidio 1975/1983 sino su lisa y llana apología son “l´opaitema” (*). Y si a esto le sumamos la falta de convicción demostrada por nuestro candidato Sergio Massa tanto en su historia política como en lo expresado en el debate creo que debemos decir basta, hasta acá llegamos con esto de ir cediendo.

Carlos Resio en La 99.3 el 4 de octubre de 2023

Desde esta humilde columna venimos advirtiendo, si no es en todas es en la mayoría de las emisiones, acerca del deterioro de la conciencia respecto a la intensidad con que deben preservarse en la memoria lo intolerable de los crímenes de estado cometidos durante los años de la última dictadura cívico militar pero también los cometidos en otros momentos de la historia argentina que fueron prolegómeno de estos.

La fuerte reacción inicial contra estos aberrantes hechos ni bien recuperada la democracia tuvo luego vaivenes en los que fueron apareciendo síntomas de debilitamiento ya que lo que en los primeros años posdictadura lo que parecía generalizado pasó a ser patrimonio de  solo una parte de la sociedad que sostuvo las banderas de memoria verdad y justicia gracias a militantes y organizaciones que ya se diferenciaban para dejar de ser un fenómeno unánime. Por parte del estado el último período alfonsinista fue claudicante y el menemismo fue entreguista. Solo pudo retomarse el sentido con la llegada de Néstor Kirchner que recuperó para el pueblo la iniciativa y luego él y Cristina impulsaron nuevamente las acciones para el juzgamiento y castigo de los genocidas pero también volvieron a llenar de esperanza ese nuevo período y nos hicieron pensar que no habría vuelta atrás. Sin embargo creo que hubo algo de ingenuidad en muchos de nosotros al no ver que la reacción preparaba pacientemente su regreso. Que solo necesitaba que se dieran ciertas condiciones para volver con su mensaje de odio y muerte tal como lo podemos ver hoy.

Escribas marginales esparciendo dudas y mentiras, algunos libros discutiendo hechos y números, artículos en los diarios La Nación y La nueva provincia, siempre vinculados con golpistas y el poder real, que relativizaban la masacre golpista e intentaban instalar la idea de la guerra de los dos demonios y resaltar, con datos sin contexto o falsos, episodios de los que pudieran sacar ventaja, fueron preparando la cabeza de franjas de la sociedad, sobre todo la de jóvenes que no vivieron la época, e intentando menoscabar el pacto democrático representado por la frase surgida en el juicio a las juntas: Nunca más.

Pero estaríamos simplificando peligrosamente si solo adjudicamos esta dilución de conciencias a las acciones de la derecha golpista. Si bien durante los gobiernos kirchneristas se hizo mucho por recuperar, difundir y sostener los conceptos de memoria verdad y justicia y se le dio relevancia a la militancia y las organizaciones de derechos humanos, creo que no fue suficiente, y sé que es una tarea ardua y no siempre exitosa, para que estos valores impregnen las nuevas generaciones y que sean inmunes a circunstancias coyunturales que conspiren para debilitarlas. Por ejemplo el intento de asesinato a Cristina, hecho de gravísimo, no nos pareció tan grave y el “que quilombo se va a armar” quedó en algunas diatribas en las redes antisociales y no mucho más. La impunidad los habilita para profundizar sus acciones y mostrar sus rostros ya sin máscara.

Durante el gobierno de Macri, pero ya en el último de Cristina Fernández, vimos perplejos como debían ser defendidos los significados de los derechos humanos muchas veces explicando conceptos obvios. Estos debates consiguieron lugar gracias al evidente retroceso en el sentido ganado durante los años anteriores. Por ejemplo, vimos a Martín Cohan defendiendo en una mesa de panelistas y en soledad la significancia del concepto de los 30.000 desaparecidos que hasta entonces se vapuleaba en espacios reaccionarios pero que a partir del retorno la derecha al gobierno se hizo abierta y públicamente en el sistema de mentimedios dominantes sin condena masiva y dejó de ser políticamente incorrecto como lo demostró en esa mesa el secretario de cultura de la CABA Darío Lopérfido. Hechos como ese se fueron multiplicando, y la aparición y ascenso público de personajes como Ceferino Reato, Tata Yofre, Cecilia Pando y Victoria Villarruel, espanto de candidata a vicepresidenta, entre otros fueron ganando espacio público sin demasiada resistencia más que las críticas y repulsas desde las organizaciones y quienes no claudicamos en la lucha por los derechos humanos.

Y las condiciones que se esperaban para que la siembra de cizaña diera sus frutos se conformaron a partir de las políticas de destrucción  impunidad del gobierno de Manrique se encargó de encadenarnos a los condicionamientos del FMI además de haber deteriorado fuertemente la economía y las condiciones de vida de los argentinos y de crear un clima de zozobra y desconfianza que, también, fueron abonados con errores propios y, nuevamente, de impunidad de aquellos hechos durante decepcionante gobierno de Alberto Fernández.

Y el debate presidencial del domingo 2 de octubre fue la cabal muestra de lo logrado por la derecha que añora con regresar para imponer esta vez definitivamente a sangre y fuego las condiciones ya ensayadas por la dictadura asesina primero, por el menemismo y por el macrismo después. Con repugnante desparpajo, Bullrich y Miley, cada uno en su estilo, reivindicaron los crímenes de estado y anunciaron aplicar los mismos métodos para imponer sus recetas de hambre.

Ya no hay lugar para la duda, vienen a eso y nos encuentran débiles, divididos y confundidos. Ya no sirve seguir señalando lo antidemocráticos que son, lo vienen demostrando desde hace tiempo y ahora lo gritan a los cuatro vientos y se sienten apoyados. Y aquí quiero expresar mi duda y preocupación, ¿Qué vamos a hacer nosotros? ¿Enfrentaremos este ataque oponiéndoles a Sergio Massa? En su intervención en el bloque de derechos humanos hablo de que su gobierno se ocuparía de los nuevos derechos humanos ¿En serio entiende Massa de que se trata el peligro al que nos enfrentamos? ¿No le resultaron insultantes e inaceptables las exposiciones de Bullrich y Milei? Massa tuvo la oportunidad de dejar bien claro que no hay ningún lugar para lo que propusieron y sin embargo se dedicó a hablar de nuevos derechos humanos y de convocar a libertarios y amarillos a su gobierno. Pareciera no entender cabalmente de que se está hablando. Después de que Bullrich y Miley negaron a los 30.000 desaparecidos y denostaron las políticas de derechos humanos, los vulnerados por asesinatos masivos, vuelos de la muerte robos de niños y violaciones, nuestro candidato habló de los nuevos derechos humanos y de asociarnos con quienes hoy desprecian cualquier derecho popular y no solo los violados por los genocidas.

Massa es nuestro candidato, es el candidato que hemos sabido conseguir para esta circunstancia que también hemos sabido construir y a quien debemos llevar a la presidencia. Lo que no podemos hacer es aceptar que esto que parece una débil conciencia de lo que significa el sostenimiento a ultranza de la condena a las violaciones de los ddhh por parte del estado y sus perpetradores se siga debilitando por acción u omisión de lo que se supone será un gobierno nacional y popular que, descarto, lo será.

Por todo esto, la consigna a partir del 10 de diciembre, además de la reconstrucción económica, deberá ser la de la recuperación de los valores que luego de recuperados creímos asegurados. El amor por la patria, el sabernos unidos por un destino común y descartar a nueva idea de “la patria sos vos” para recuperar la de “la patria es el otro” y tener marcado a fuego que si bajamos la defensa el“nunca más” se convertirá en “otra vez” deben ser el horizonte a no abandonar por nosotros y las generaciones que nos sigan. Porque la perdida de este horizonte nos llevará nuevamente a los momentos mas tristes de nuestra historia y veremos campear a los poderosos de siempre mientras el pueblo seguirá hundiéndose en la desesperanza hasta la desintegración nacional que siempre es objetivo de quienes vienen por nuestros recursos y la felicidad de nuestro pueblo. Eso sería “l´opaitema” y creo que “ya da ya”, fue suficiente.

(*) Lopaitema, L´opaitema, el opaitema: [del guaraní] el colmo, no da para más)

Carlos Resio

Para analizar, reflexionar y debatir el ideario del Manifiesto Argentino, Carlos Resio, integrante de la Mesa Ejecutiva de la organización que conduce Mempo Giardinelli, comparte propuestas de la agenda pública en su columna semanal de cada miércoles, a las 7,30 en el programa Contala como quieras, en La 99.3

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