Una renuncia desleal y una asunción con todos los avales
Mirta Botzman.
Como diría el glorioso Roberto Fontanarrosa a través del Mendieta de Inodoro Pereyra, estamos mal pero acostumbrados, aunque nadie nos quita la angustia colectiva padecida la semana pasada primero con una crisis provocada por una corrida destinada a desgastar al gobierno de Alberto Fernandez. Como broche de la semana Guzmán renunció de la peor y más desleal forma posible para el presidente que se jugó entero por sostenerlo, no sólo él personalmente, sino que se jugó casi todo su capital político en su defensa. El texto y momento de presentar por tweeter la renuncia habla claramente de la soberbia de Guzmán y no amerita mayores comentarios, solamente que se fue haciendo mucho daño no sólo al Presidente sino al país al desatar movimientos especulativos y desestabilizadores por doquier. Claramente quiso agredir a Cristina Kirchner para, imagino, vengarse de las críticas que no se cansó de hacerle la vicepresidenta, pero el daño real fue para el presidente y sobre todo al conjunto del pueblo argentino. Aunque en su carta de renuncia hace responsable a Cristina Kirchner, en realidad la responsable de su salida ha sido, aunque no únicamente, su dificultad para combatir a la inflación a la que nunca le prestó atención esperando en teoría ordenar la macro.No sólo tuvo problemas con la inflación sino que tampoco pudo ordenar las cuentas, regular las reservas y dejó bombas de vencimientos concentrados en algunos meses, por ejemplo setiembre. No debemos olvidar que sufrimos una corrida mientras él estaba a cargo del Ministerio. A medida que la inflación subía, Guzmán se debilitaba. Insistir en una política que no daba resultados era suicida. Obviamente Guzmán tomó debida nota y si renunciaba sin más hubiera sido una forma de reconocer su fracaso. Pidió lo que no le iban a conceder y lo que exigió Guzmán era la ruptura de la alianza oficialista, esto era demasiado aún para Alberto Fernández.
La renuncia de Guzmán no tomó desprevenido al presidente, no son pocos los que dicen que, al menos conocía la decisión del ahora ex ministro desde el jueves anterior, pero al mejor estilo de Alberto Fernández no tomaba la decisión del reemplazo, entonces Guzmán aceleró el proceso. El presidente debería haberle exigido que se quede hasta tener el nombre del reemplazante y evitar la explosión del mercado especulativo que tuvimos desde el sábado a la tarde.De esta manera la crisis desencadenada fue producida por ambos actores, recalcando el infantilismo y desconsideración de Martín Guzmán.
La forma de designar a la reemplazante de Guzmán es también una demostración cabal de cómo entiende la toma de decisiones el presidente. Se pasó encerrado en la residencia de Olivos con un círculo muy pequeño de colaboradores y no son pocos los que insistieron en que tenía que comunicarse con su socia aportante de votos y estratega política en la coalición que lo llevó al gobierno. Desde el círculo de gobernadores, pasando por Estela de Carlotto hasta varios de sus íntimos insistieron sobre la necesidad de acordar el nombre de la reemplazante de Guzmán si quería tener un mínimo de gobernabilidad. Es incomprensible que se quiera ser político sin querer hacer política, alcanzar consensos sin la voluntad de dar los pasos necesarios para alcanzarlos.
Pero aparentemente para el final del domingo el presidente parece haber percibido lo sólo que se estaba quedando lo que ponía en peligro no sólo su gobierno sino también para todo el pueblo argentino que sigue esperando que deje de hacer caprichitos y ponga el país por delante y llamó a la vicepresidenta para validar el nombre de la reemplazante de Guzmán. En el último tiempo gobernadores, sindicalistas, intendentes y hasta funcionarios alguna vez muy cercanos al Presidente terminaron alineándose con los cuestionamientos de Cristina, con la idea de que ella es quien mantiene el liderazgo sobre el sector mayoritario del Frente de Todos ante un Gobierno que se fue desdibujando. Paradójicamente, fue la renuncia de Guzmán quien los terminó reuniendo. Cristina nunca le perdonó al ahora ex ministro haberle ocultado información sobre el acuerdo que negociaba con el FMI y fue de hecho la firma del acuerdo con el FMI la que terminó de quebrar el débil equilibrio que había en la alianza gobernante. Volvieron a juntarse en una cena y en el mas estricto silencio se supone que ambos están diseñando alguna reestructuración del gobierno a modo de relanzamiento. Veremos ya que esta promesa se reiteró en varias oportunidades.
Silvina Batakis, la nueva cabeza del Ministerio de Economía de la Nación, llegó a ese lugar con el aval de todas las fuerzas de la coalición, lo que es una condición necesaria, pero nada suficiente para augurarle un resultado exitoso. Si estuviéramos en una situación menos crítica seguramente no dudaría acerca de las probabilidades de éxito de la gestión. La nueva ministra reúne todas las mejores credenciales humanas, personales y técnicas para ejercer muy satisfactoriamente el cargo, además de tener una visión heterodoxa, productivista y federal es una militante del campo nacional y popular y llega después de haber alcanzado una vasta experiencia en el Estado y permítanme resaltar que es también una militante feminista que conoce perfectamente acerca de las desigualdades que afectan a las mujeres en el ámbito social y económico y por conocer las desigualdades de género conoce también las desigualdades que afectan al conjunto del pueblo trabajador y desocupados del país. Trabajó en la Secretaría de Hacienda durante la primer gestión de Cristina Kirchner lo que le permitió familiarizarse con la técnica presupuestaria, luego fue durante cuatro años ministra de economía en la provincia de Buenos Aires durante la gobernación de Scioli donde pudo transitar situaciones de escasez con mucho éxito y aprendió a lidiar con deudas y restricciones, pero al mismo tiempo logró reducir el déficit fiscal hasta niveles aceptables, no mediante la reducción de gastos sino instrumentando un importante reváluo inmobiliario incluyendo el rural, tema que estaba inalterado desde 1956.
Lástima que después llego Vidal con Macri y destruyeron la economía de esa provincia. En este gobierno, desde el principio trabajó en la cartera de Interior junto a Wado de Pedro y logró establecer una excelente relación con todos los gobernadores quienes no dudaron en apoyar su designación, incluidos los gobernadores opositores. Obviamente la recepción de los especuladores no podía ser de otra manera que hacer volar el dólar ilegal o blue que luego ya bajó un poco y es probable que siga bajando y la caída en las cotizaciones bursátiles que también repuntaron y los bonos de la deuda obligando al banco central a comprar estos bonos para sostener los precios. La propia ministra dijo que era esperable esta conducta de los especuladores llamados “los mercados” y que, en unos días, cuando la conozcan y la escuchen, ya van a tranquilizarse.
La verdad es que Batakis, la griega como le dicen los amigos no la tiene nada fácil, todo lo contrario, y sólo la valentía de una militante puede haberle hecho aceptar este desafío del que pasaron varios de los varones economistas tanteados. Lo bueno es que sólo ha recolectado manifestaciones de apoyo y reconocimiento a su calidad humana y técnica. Claramente va a necesitar mucho el apoyo de todo el campo popular y no sólo de las cabezas del FDT pues la tarea que tiene por delante no se resuelve sin mucho apoyo político, nadie puede individualmente sacar adelante la situación actual, se requiere un acompañamiento activo también del resto de los funcionarios con incumbencia en las cuestiones económicas. Descontamos y esperamos el mayor respaldo y sobre todo coordinación en las acciones por parte de Pesce, presidente del Banco Central y Daniel Scioli en Producción.
Las primeras declaraciones realizadas en la entrevista con Silvestre en C5N me parecieron muy inteligentes, alguien que sabe lo que quiere y de lo que habla, lo dice firmemente, pero con el tacto necesario para no irritar. La vueltita que le dio al proyecto sobre renta inesperada que espera ser aprobado en el Congreso me pareció muy acertada desde la perspectiva distribucionista, ella dijo que no sólo deberían pagar una alícuota mayor aquellos que tuvieron una ganancia por un evento absolutamente externo como la guerra, sino que también es un tributo justo para quienes padecen las consecuencias, como es el aumento de precios. Es decir, lo sacó de la perspectiva puramente recaudatoria.
También me resultó muy interesante su perspectiva sobre la necesidad de la planificación del desarrollo, no sólo para el Estado sino también para las empresas privadas, para conocer de antemano sus previsiones de necesidades de recursos, de importaciones, de inversiones. Esta es una mirada por ejemplo sobre el tema de las importaciones que hasta ahora no se había escuchado en los dos años y medio de gobierno. Es claramente una visión alternativa al prohibicionismo cuando ya estamos con la soga al cuello, pero también se apunta a tratar al menos de minimizar las avivadas del sobreestockeo a dólares baratos, las sobrefacturaciones y otras triquiñuelas a las que acostumbran las grandes empresas. También señaló con claridad que es el Estado el que debe decidir sobre el destino de las reservas y la regulación del destino de las divisas, priorizando los sectores que se busca desarrollar.
Aclaró que la inflación es un problema para la planificación de empresas y Estado, pero también señaló que los salarios no son la causa de la inflación y que el consumo asociado al mayor poder adquisitivo de los ingresos y salarios es un motor fundamental para el crecimiento de la economía. Recalcó que el propósito del Gobierno es «no sólo recuperar lo perdido (en términos reales) sino también ganar» poder adquisitivo, aunque advirtió que «eso va a llevar tiempo». Y si bien se declaró fiscalista en el sentido de apuntar hacia el equilibrio aclaró que este equilibrio debe ser logrado en un marco de crecimiento del salario.
Respecto del dólar, la nueva funcionaria dijo que no devaluará y consideró que «está en niveles competitivos» en su actual cotización oficial y que el Tipo de Cambio Multilateral (cotización promedio que se calcula en comparación con las monedas de los principales socios comerciales) «está en los niveles que tiene que estar».
La ministra de Economía, Silvina Batakis, dijo en relación al FMI que seguramente habrá algunas modificaciones en las próximas revisiones del acuerdo, debido a que «el segundo semestre es muy complejo» con «muchos» y «muy fuertes» vencimientos. Al contrario de Guzmán que cuando el Fondo le propuso modificar algunas metas que fueron fijada antes de la guerra, Batakis dijo que «tenemos que ser realistas y honestos: las tensiones van a existir, pero tenemos que trabajar de manera conjunta», ya que el acuerdo «tenemos que cumplirlo», expresó la reemplazante de Martín Guzmán.
En una entrevista que brindó en abril de 2019, Batakis señaló que los problemas de inflación de Argentina son de oferta, generados por cuellos de botella de una estructura productiva signada por asimetrías y genera falta de dólares. En ese sentido, se expresó en defensa de herramientas antiinflacionarias como controles de precios, así como las medidas arancelarias y paraarancelarias para proteger la industria nacional y los controles de capitales. Ahora dijo que serán utilizados todos los caminos para parar la inflación.
También resaltó la importancia de las economías regionales de las que claramente sabe y conoce mucho.
En fin, parece que nuevamente volvió a entrar al ministerio de economía el pensamiento de la economía política revalorizando además el rol del Estado y Planificación.
Sólo me queda desearle el mayor de los éxitos en su gestión, que los machirulos y demás obstruccionistas no la obstaculicen sino que contribuyan por el bien de todos a que pueda implementar sus ideas de la mejor manera posible.
La economista Mirta Botzman nos propone una mirada nacional, popular y democrática de la economía nacional e internacional, todos los jueves, a las 7,30, en su columna Cuentas Claras en el programa Contala como quieras, en La 99.3.
