sábado, octubre 5, 2024
De todo y algo más

Al ritmo de un klezmer

Por Eduardo Parise.

Desde el lunes la comunidad judía está viviendo lo que se conoce como el Pesaj, es decir las Pascuas. La festividad dura toda la semana y terminará recién el lunes. Es una de las fechas religiosas más importantes para esa comunidad, así como la Pascua de Resurrección para los católicos y el mes del Ramadam para los musulmanes.

Eduardo Parise en La 99.3 el 25 de abril de 2024

Entonces, en medio de esta recordación, se me ocurrió meterme un poco dentro de lo que se conoce como música klezmer, un género musical étnico que se originó en la tradición Askenazi de la Europa del Este. Su desarrollo fue importante en las comunidades judías que existían antes de las dos guerras mundiales.

La interpretación de esta música quedó a cargo de los klezmorin (músicos o agrupaciones profesionales) que ofrecían melodías bailables sobre todo en celebraciones como bodas, algún natalicio o fecha especial. Actualmente la música klezmer se interpreta en casi todo el mundo y tiene un sonido y una esencia característica que la identifica.

La palabra klezmer proviene del idish al combinarse las palabras “kli” que significa algo así como “instrumento, recipiente o herramienta”, con la palabra “zemer” que alude al “canto, sonido y alabanza”. Al principio sólo se refería a los instrumentos que se usaban pero con los años la expresión klezmer se extendió tanto para el género musical como para los músicos. El músico klezmer era lo opuesto al muzikant: no leía notación y tocaba la música tradicional practicamente de oído.

Y la palabra klezmer para designar a estos intérpretes se hizo más popular en Alemania hacia el Siglo XVIII por la influencia de los músicos judíos que llegaban desde Bohemia y Polonia. En el Siglo XIX los músicos judíos ya eran admitidos en conservatorios del Imperio Austro-Húngaro y en Rusia. La expresión música klezmer apareció recién en 1938 cuando la utilizó Moshe Beregovsky, un reconocido musicólogo.

El klezmer es fácil de reconocer por sus clásicas melodías que incorporan y entremezclan llantos, risas y hasta algunos gritos. En tiempos históricos los músicos solían recorrer las aldeas y actuaban en la calle, en algunas tabernas y también amenizaban fiestas de casamientos tanto de judíos como de cristianos. Y dentro de su espectro musical existía el freilaj (estilo alegre) donde un marshalik (cantante con un enfoque cómico) exponía las letras. Esos músicos y cantantes fueron dando origen al teatro judío más tradicional.

Además de presentarse en las bodas, los klezmorin actuaban en fiestas tradicionales como Janukah, Purim y hasta en el Pesaj. También los hacían al terminar el Sabath, tanto en las sinagogas como en las casas de las familias más adineradas. Sin embargo no todo era elogios para estos músicos que trasumaban los caminos de Europa. En algunos lugares no eran bien vistos por su forma de vestir y su vida bohemia que incluía consumo de bebidas alcohólicas y hasta alguna actitud promiscua en sus relaciones. Igual no se dejaba de apreciar su habilidad para la interpretación e innovación en su estilo musical.

Con las corrientes migratorias estas expresiones se dispersaron por toda Europa y con los años llegaron al continente americano donde fueron incorporando rasgos locales de cada región. La Argentina no fue la excepción ya que los inmigrantes que llegaron a finales del Siglo XIX y principios del XX hicieron su aporte y mucho de esa influencia quedó integrada en el tango. En Estados Unidos eso también se reflejó en el jazz.

Obviamente, la historia de la música klezmer está muy vinculada a lo que es la historia del pueblo judío: diáspora, expulsiones, guetos y migraciones. Esas situaciones que fueron parte de la vida cotidiana de estos pueblos son las que están reflejadas en esta música. Lo curioso es que también ese devenir por distintas tierras también hizo que incorporaran otros estilos musicales. Según los especialistas en el tema la música klezmer tiene mucha influencia de la música tradicional rumana, algo que se grafica en las formas de bailar.

Como vemos este género musical traidicional para el pueblo judío tiene mucha historia detrás porque viene recorriendo siglos. Y en el mundo actual hay muchos músicos que lo mantienen vivo. Un ejemplo es este cuarteto de la ciudad alemana de Heidelberg que vamos a escuchar como cierre de esta columna.

Eduardo Parise

Eduardo Parise es periodista. Nació en Buenos Aires en 1952 y estudió Periodismo en el Instituto Grafotécnico – Escuela Superior de Perodismo entre 1970 y 1971. En 1972 trabajó como redactor en el diario Río Negro, en General Roca. Después estuvo en distintas publicaciones nacionales entre ellas los diarios La Razón (en Buenos Aires, tanto en su edición matutina como vespertina; primero como redactor y luego como editor), Clarín (editor del área de Policiales, tanto en su versión impresa como digital) y El Libertador (en Posadas, Misiones). Desde septiembre de 2010 hasta diciembre de 2016 fue redactor de una columna titulada “Secreta Buenos Aires” que se publicó cada lunes en Clarín. También fue redactor o colaborador de revistas de las editoriales Abril, Perfil, Atlántida y del Semanario El Ciudadano. Y fue redactor del servicio nacional e internacional de la agencia Télam. En radio condujo el programa “Isla de Tango” en la FM La Isla, de Buenos Aires y desde 2009 a la fecha es conductor del programa “Tres Siglos” en la FM 92.7 La 2×4. También, desde marzo de 2021, produce y conduce “Tangos de allá ité”, en la FM 99.3 La Voz Capital, de la ciudad de Posadas, Misiones. En sus actividades estuvo acreditado en distintos momentos en Casa de Gobierno, Tribunales y Congreso Nacional. Además cubrió las campañas presidenciales de 1983 y 1989, viajando por todo el país.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *