La lucha que libran las mujeres

Por Eduardo Parise.

El 8 de marzo de 1857, las mujeres que trabajaban en la industria textil, conocidas ‘garment workers’, en Nueva York, organizaron una huelga para demandar salarios más justos y condiciones laborales más humanas. Dos años más tarde, las manifestantes crearon su primer sindicato para pelear por sus derechos y 51 años después, el 8 de marzo de 1908, 15.000 mujeres volvieron a llenar las calles de Nueva York para exigir un aumento de sueldo, menos horas de trabajo, derecho al voto y prohibir el trabajo infantil bajo el lema fue “Pan y Rosas”. Estos episodios pudieron consolidar la fecha oficial del Día internacional de la Mujer, que se ha celebrado en varias fechas diferentes a lo largo de la historia.

Eduardo Parise en La 99.3 el 7 de marzo de 2024

Las mujeres argentinas

En la Revolución del siglo XIX se destacaron Juana Azurduy, María Remedios del Valle (La Madre de la Patria), Mariquita Sánchez de Thompson y Macacha Güemes.

Macacha Güemes

María Magdalena Dámasa de Güemes de Tejada, conocida como “Macacha”, hermana del General Martín Miguel de Güemes, nació el 11 de diciembre de 1787 en Salta. Es una de las mujeres más importantes de la Independencia argentina. A partir de 1810 trabajó junto a su hermano en la causa revolucionaria. Su rol estuvo basado en trabajos de espionaje y logística y, años más tarde, cuando Martín fue gobernador, fue una especie de “ministra sin cartera” debido al peso que ella tenía en las cuestiones públicas.

Además de defender los intereses de los más postergados, comandó junto a su hermano a “Los Infernales”, un ejército de gauchos que combatió en el norte del país a las tropas españolas.

María Loreto Sánchez de Peón Frías y Juana Moro, espías de la Revolución

María fue jefa de Inteligencia de la Vanguardia del Ejército del Norte y autora del plan continental de Bomberas, aprobado y autorizado por el Gral. Güemes. Loreto conoce en su juventud a Pedro José Frías, un revolucionario con el que tuvo dos hijos. Lideró Las Damas de Salta, un grupo conformado por amigas y conocidas, entre las que se encontraban Juana Moro de López, Petrona Arias, Juana Torino, Magdalena Güemes, Martina Silva de Gurruchaga y Andrea Zenarrusa, que eran ayudadas por sus hijos y criadas, y participaban mujeres de todas las clases sociales.

Juana Moro espiaba montada a caballo los movimientos del enemigo por un territorio que sólo conocía ella. Llegaron a apresarla y  la obligaron a cargar cadenas e incluso fue detenida y tapiada en su casa, pero sobrevivió al salir unos días más tarde gracias a la ayuda de unos vecinos

Martina Céspedes

Martina Céspedes (Buenos Aires, Gobernación de Buenos Aires, Virreinato del Perú, 1762) fue una porteña defensora durante las Invasiones inglesas al Río de la Plata en 1807.

Era una mítica heroína criolla de la resistencia popular en el imaginario porteño.​

Propietaria de una pulpería y casa de comidas en la actual calle Humberto Primo 355,​ de San Telmo. Durante las invasiones inglesas en la resistencia engañó y capturó soldados ingleses con la ayuda de sus tres hijas.​ Los ingleses fueron en la búsqueda de bebidas, y los redujeron de a uno a medida que ingresaban. Las mujeres capturaron doce soldados, los alimentaron y emborracharon en el sótano. Según relata la leyenda, el 7 de julio de 1807 la señora Céspedes entregó al virrey Liniers solo once soldados, reservándose uno para su hija Josefa Céspedes con quien se casó.

Fue nombrada «Defensora de Buenos Aires» y Sargento Mayor del Ejército con goce de sueldo y uso de uniforme.6​ Se la vio en la procesión de Corpus Christi en 1825 junto al general Las Heras, vestida con su uniforme militar.​

Manuela Pedraza

Manuela Hurtado Pedraza (nacida en 1780 en Tucumán, Virreinato del Río de la Plata) fue una heroína de las Invasiones Inglesas, que luchó en la reconquista de Buenos Aires de 1806.​ Luchó cuerpo a cuerpo con un soldado inglés al que desarmó y su papel fue reconocido por el comandante de las fuerzas de Buenos Aires, Santiago de Liniers quien la declaró heroína distinguida con el grado de Alférez, con goce de sueldo.​

Su fecha de nacimiento es desconocida hasta hoy, se cree que nació alrededor del 1780 en la Provincia de Tucumán. Para 1806 figuraba casada con «el cabo de Asamblea José Miranda, asturiano», y residía «en el segundo Cuartel, 6ª manzana, vereda al este», en Buenos Aires. Es decir, sobre calle Reconquista, antes de llegar a la esquina de Av. Corrientes. Manuela era vecina de Ana Perichon, la amante de Santiago de Liniers, que vivía a metros de su casa. Los historiadores creen que se vino a Buenos Aires para escapar a la condena social que le significaba haber sido madre soltera de un niño bautizado el 6 de mayo de 1798, con el nombre de Juan Cruz.​

Su nombre completo era Manuela Hurtado y Pedraz», pero era conocida por todos como Manuela la Tucumanesa (viejo estilo de «Manuela de Tucumán»), cuando luchó por defender Buenos Aires, o simplemente Manuela Pedraza.​

Esas son figuras de la Revolución que nos liberó del imperio español

También hay otras revolucionarias más contemporáneas. Evita, las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, Cristina Fernández de Kirchner.

Pero en el plano de la lucha política hay algunas menos conocidas, por ejemplo Julieta Lanteri, la primera mujer que votó en nuestro país.

Julieta fue una revolucionaria, olvidada por años y dejada de lado en los libros de historia. A lo largo de su vida, su militancia fue tan fuerte que hasta se sospecha que su muerte, nunca esclarecida, fue por encargo. En 1911, Lanteri fue la primera mujer incorporada al padrón electoral en América Latina y en las elecciones del 26 de noviembre se convirtió en la primera sudamericana que pudo votar y lo hizo en la ciudad de Buenos Aires para la renovación del Concejo Deliberante, luego de presentarse ante la Justicia para que le reconocieran su derecho a sufragar.

Durante su carrera fundó junto a Cecilia Grierson la Asociación de Mujeres Argentinas en 1904. Dos años más tarde se recibió de médica, siendo la quinta mujer en conseguirlo en nuestro país. Publicó artículos en revistas de divulgación científica, en congresos y en sus prácticas políticas. Impulsó varios congresos, entre ellos, el Primer Congreso Femenino Internacional, el Primer Congreso del Niño a nivel mundial, la Liga por los derechos de la Mujer y la Liga por los Derechos del Niño, además de participar en la Liga contra la trata de blancas.

Cecilia Grierson

Nació el 22 de noviembre de 1859. Era hija de colonos escoceses e irlandeses que se habían instalados en Entre Ríos. Tras una breve estadía en Buenos Aires, volvió a la provincia del litoral y, con 13 años, trabajó de maestra rural. Se recibió de maestra en 1878. Del magisterio, ingresó en la carrera de Medicina y se doctoró en 1889. No fue nada sencillo enfrentar los prejuicios de la época para transformarse en la primera mujer profesional en el entorno de la medicina. Su lucha por los derechos de las mujeres no se limitó al campo médico. En la primera década del siglo XX, extendió -desde la tribuna socialista- sus reclamos a los derechos civiles y políticos de las mujeres y participó de los primeros congresos feministas en el país.

Juana Manso, luchadora por la educación

Nació en Buenos Aires, Argentina, el 26 de junio de 1819. Fue una escritora, traductora, periodista, maestra y precursora del feminismo en Argentina, Uruguay y Brasil. Manso fue una de las grandes teóricas de la educación nacional. En cuanto a su recorrido, proclamó que la desigualdad se remediaba con educación para todos. Durante su carrera, criticó a los gobiernos por no invertir en educación y reclamó derechos para la mujer y los niños. También exigió libertad religiosa, matrimonio civil y protección para los pueblos originarios. Una luchadora con agallas.

Rosario Vera Peñaloza

La Maestra de la Patria, riojana de nacimiento, fue la impulsora de la educación inicial en Argentina. Fue maestra jardinera, docente de grado, profesora, directora, supervisora, inspectora, fundadora de institutos educativos y capacitadora pedagógica en enseñanza primaria y media, tanto pública y privada. Promovió la importancia del conocimiento a través del juego y de la exploración, la agudización de los sentidos, la expresión oral a través de la narración creativa de los niños y de la literatura infantil, el uso de las manos como herramientas creadoras. Consideró a la infancia como el tiempo por excelencia para la formación de los seres humanos. A lo largo de su trayectoria docente, buscó sin cesar la coherencia entre la pedagogía y la práctica del aula con propuestas reformistas y novedosas. Recorrió el país impulsando la enseñanza, dictando cursos y conferencias y transmitiendo las nuevas técnicas en la creación de bibliotecas. Participó del Primer Congreso Patriótico de Señoras en América del Sud, realizado en mayo de 1910 en la ciudad de Buenos Aires.

Petrona Rosende de Sierra

Fue la primera en crear un diario para difundir las diferentes cuestiones que involucraban a las mujeres. El diario se llamaba “La Aljaba”, y su lema rezaba: “Nos libraremos de la injusticia de los demás hombres, solamente cuando no existamos entre ellos”. El nombre, en alusión al estuche en el que las guerreras guardaban las flechas, se publicó desde 12 de noviembre de 1830 hasta el 14 de enero de 1831, durante el primer gobierno de Juan Manuel de Rosas. Apenas publicaron 18 ejemplares. Sin embargo, fue el comienzo para difundir las ideas propuestas por aquellas mujeres que supieron impedir el silencio y conseguir un lugar por derecho propio en Argentina.

Carolina Muzzilli, militante obrera y periodista

Fue obrera textil, militante socialista y periodista feminista. Con dieciocho años se afilió al Partido Socialista y participó del Centro Socialista Femenino. La militancia de Muzzilli incluyó el dictado de conferencias sobre la situación laboral femenina, la participación en congresos y la difusión de los problemas laborales de las mujeres. Publicó artículos en La Vanguardia, órgano de prensa del Partido Socialista, fue autora de “folletos militantes” y fundó y dirigió Tribuna Femenina, periódico que financió con su salario de modista. Muzzilli recorría las fábricas para conocer las condiciones laborales de las obreras y llegó a convertirse en Inspectora de Higiene para poder seguir dichas condiciones más de cerca. Publicó tres libros: «El divorcio», «El trabajo femenino» y «Por la salud de la raza». Luchó por los derechos políticos de las mujeres y la conquista del divorcio. Tuvo una destacada actuación en el Primer Congreso Feminista de 1910. Años más tarde, sus investigaciones académicas fueron reconocidAs internacionalmente. Falleció de tuberculosis contraída en las fábricas en 1917 con 28 años.

Otras figuras

Lola Mora, pionera de la escultura en la Argentina y Latinoamérica

Dolores Candelaria Mora Vega de Hernández, o Dolores Mora, más conocida como Lola Mora (nacida en Trancas, Tucumán, el 17 de noviembre de 1866 – Buenos Aires, 7 de junio de 1936), fue la más importante escultora argentina que además incursionó en el urbanismo, la minería y las artes visuales. Se destacó en espacios generalmente vedados a las mujeres de su época y fue la escultora argentina más halagada y discutida de los últimos años del siglo xix y comienzos del siglo xx, La tucumana conserva el título de ser la primera escultura mujer de toda Latinoamérica. Su obra más conocida es la Fuente de las Nereidas, denominada popularmente como Fuente de Lola Mora, un conjunto escultórico de mármol de Carrara que se inauguró el 21 de mayo de 1903 en el Paseo de Julio de Buenos Aires.​

Carola Lorenzini fue la primera aviadora civil del país. Primera en lograr el título de instructora de vuelo de toda América del Sur

Aimé Painé

Conocida como la Princesa Mapuche, Olga Elisa Painé, nació el 23 de agosto de 1943 en Ingeniero Luis Huergo (Río Negro) y falleció a los 44 años en Asunción, Paraguay. Legalmente sus padres no pudieron anotarla con un nombre mapuche, por lo que eligió el nombre de Aimé como artístico. Se destacó por rescatar y difundir la música folclórica mapuche.

Las mujeres de la guerra de Malvinas

No es un tópico abordado habitualmente. Las mujeres fueron, entre otras categorías, las enfermeras de la guerra de Malvinas de 1982, quienes no sólo curaron heridas si no que fueron la contención psicológica de los ex combatientes. Su labor fue extraordinaria, su contención, su atención y su sabiduría médica fueron de imprescindible aporte. A nivel político y social, ellas fueron desamparadas, no solo durante el régimen militar sino también en los regímenes democráticos.

Eduardo Parise

Eduardo Parise es periodista. Nació en Buenos Aires en 1952 y estudió Periodismo en el Instituto Grafotécnico – Escuela Superior de Perodismo entre 1970 y 1971. En 1972 trabajó como redactor en el diario Río Negro, en General Roca. Después estuvo en distintas publicaciones nacionales entre ellas los diarios La Razón (en Buenos Aires, tanto en su edición matutina como vespertina; primero como redactor y luego como editor), Clarín (editor del área de Policiales, tanto en su versión impresa como digital) y El Libertador (en Posadas, Misiones). Desde septiembre de 2010 hasta diciembre de 2016 fue redactor de una columna titulada “Secreta Buenos Aires” que se publicó cada lunes en Clarín. También fue redactor o colaborador de revistas de las editoriales Abril, Perfil, Atlántida y del Semanario El Ciudadano. Y fue redactor del servicio nacional e internacional de la agencia Télam. En radio condujo el programa “Isla de Tango” en la FM La Isla, de Buenos Aires y desde 2009 a la fecha es conductor del programa “Tres Siglos” en la FM 92.7 La 2×4. También, desde marzo de 2021, produce y conduce “Tangos de allá ité”, en la FM 99.3 La Voz Capital, de la ciudad de Posadas, Misiones. En sus actividades estuvo acreditado en distintos momentos en Casa de Gobierno, Tribunales y Congreso Nacional. Además cubrió las campañas presidenciales de 1983 y 1989, viajando por todo el país.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *