Se viene la cuasimoneda misionerista, pero virtual
El Gobierno de Misiones avanza en la creación de una criptomoneda provincial, sustentada en la emisión de bonos de carbono, una suerte de pago a cambio del aporte que las porciones de Selva Paranaense todavía preservadas de la depredación hacen a la descontaminación ambiental.
El lanzamiento de un activo financiero digital propio sería el equivalente a “un crédito que se otorga la provincia a sí misma”, le explicó el economista Horacio Rovelli a Contala como quieras en una charla que repasó los aspectos esenciales del papel de las criptomonedas en los mercados.
Investigador y docente universitario, ex director nacional de Programación Macroeconómica durante el gobierno de Raúl Alfonsín (gestión de Bernardo Grinspun al frente del Ministerio de Economía y Finanzas), Rovelli explicó que “ante la insuficiencia del crédito en la Argentina, se busca la forma de crear medios de pago”.
“El dinero sería como el aceite para el funcionamiento del motor de un auto, y estos nuevos mecanismos de activos digitales son un medio para acelerar la circulación del dinero, para que con la misma cantidad de dinero real se hagan más transacciones”, dijo como ejemplo.
Y en ese punto señaló la similitud de la anunciada criptomoneda misionera con “la misma función que cumplieron los bonos”, las llamadas cuasimonedas, emitidas por 15 provincias argentinas en la crisis de 2001-2002, como un recurso extremo ante la insolvencia de la moneda nacional.
Actualmente columnista en el portal El cohete a la luna, Rovelli no desconoce los riesgos que las criptomonedas acarrean, y se apoyó en la experiencia que ha registrado en el mundo de las finanzas el Bitcoin, el primero y más extendido de estos activos digitales.
“Permanentemente los capitales en el mundo utilizan estas operaciones para fugar dinero. El éxito del Bitcoin obedece a esto: no queda registro en ningún lado de operaciones multimillonarias”, apuntó.
Aún sin conocerse los detalles sobre la implementación de la criptomoneda misionera, Rovelli tomó la experiencia del DCEP, la moneda virtual lanzada por China el año pasado (también denominada e-yuan o cripto-yuan), y especuló que en la tierra colorada, al quedar sustentado en la emisión de los bonos de carbono, el nuevo activo digital equivaldría a “valerse de los mecanismos del Gobierno para el cuidado de los bosques, del aire y del agua: lo que se cobraría como multas (pagadas por los daños ambientales) pasaría a ser usado como respaldo de la criptomoneda”.
En base a lo hasta ahora anunciado, al respaldarse en los bonos de carbono, iniciativa anunciada el año pasado por Patricio Lombardi, designado al frente de la entonces recién creada Secretaría de Cambio Climático (con rango ministerial), el futuro circulante virtual “estaría acotado al monto que pueda recaudar la provincia con la emisión de esos bonos”, especuló Rovelli.
