Smith, Marx, Perón & Nash
Carlos Resio.
Conversando con un electricista amigo, un tipo locuaz y jubilado ferroviario,me expresó que estaba preocupado porque la nafta estaba demasiado barata. También me contó que el trabajo de técnico era,para él, apenas un hobbie porque vivía de su jubilación, pero que era un problema porque tenía a la AFIP permanentemente en su casa y por eso no podía facturar todo aunque entendía que tenía que pagar los impuestos. También me expresó su idea de que “el país no anda bien porque es como si yo que trabajo como un burro tuviera una casa donde mi mujer y mi hijo derrocharan todo lo que yo gano”. También me habló de lo bueno que sería volver a tener un sistema ferroviario que saque nuestros productos pero no sin agregar valor y que nuestra marina mercante volviera a ser lo que fue para no tener que ver como otros países se llevan las ganancias de transportar la producción que también otros explotan.
Me pareció ver, en su desordenado raconto, el punto justo de la transición de su conciencia de trabajador a la de desclasado. Viniendo de un pasado de clase trabajadora y formando parte de lo que alguna vez fue la orgullosa familia ferroviaria argentina en camino a adherir, seguramente no conscientemente, a la teoría de Adam Smith que postula que “todo individuo trata de emplear su capital de tal forma que su producto tenga el mayor valor posible. Generalmente no pretende promover el interés público ni sabe cuánto lo está fomentando. Lo único que busca es su propia seguridad, sólo su propio beneficio. Y al hacerlo, una mano invisible lo lleva a promover un fin que no estaba en sus intenciones. Cuando busca su propio interés, a menudo, promueve el de la sociedad más eficientemente que si realmente pretendiera promoverlo”. ¿Cómo es que un trabajador muta a émulo de patrón sin comprender que sigue siendo un trabajador explotado que se preocupa porque la nafta está demasiado barata? ¡Mboyeré!
Ya en otras de mis columnas he insistido sobre la construcción de conciencia necesaria para la concreción de una patria próspera en la que haya lugar para todos. Con la certeza de que esa conciencia alguna vez estuvo cerca de ser mayoritaria y que aún reside en buena parte de nuestros conciudadanos, sobre todo en las clases populares y no en la clase media aunque su condición sea el resultado de políticas de gobiernos progresistas, es que vuelvo a plantearme que sin la elevación de la conciencia de las mayorías no habrá oposición para que los refritos de las ideas de Adam Smith vuelvan a ser impuestos con distinto rostros y cada vez más refinamiento depredatorio en contra de los pueblos. Y menos estando nuestros países en la órbita del declinante imperio de occidente que durante un siglo ha utilizado todos sus recursos para convertirnos en súbditos a pesar de heroicos intentos de oposición traicionados por cipayos y la oligarquías locales que utilizan la anacrónica idea de la conspiración comunista como un fantasma a conjurar y para lo cual han utilizado el engaño, la violencia y el sometimiento económico de las mayorías populares.
Es en este tiempo de cambio de paradigmas en el que parece haber una oportunidad para la multipolaridad mundial en el que, creo, es momento de retomar nuestras propias propuestas e ideas de país y llevarlas a la práctica aprovechando los aciertos y errores que en el pasado se produjeron desde el campo nacional y popular. En estos tiempos en que quedan evidenciados los mecanismos de sometimiento que ha utilizado y utiliza el poder transnacional y las derechas locales para destruir la conciencia nacional, que en algunos tramos de nuestra historia supo elevarse y mostrar sus posibilidades,creo que tenemos la oportunidad de relanzar una nueva hora de los pueblos y revertir la pérdida de conciencia que se produce en muchos de nuestros compatriotas a tal punto de convertirlos en sus propios enemigos.
Elevar la conciencia al punto de encontrar repugnante, revulsivo y movilizador que, por ejemplo, un magnate de la industria farmacéutica local celebre su cumpleaños en Marruecos con una fiesta para 600 invitados con traslado incluido o que nos haga preguntarnos cómo es que se ha hecho multimillonaria una diva televisiva cuya única virtud fue la proferir dislates y ofrecer juegos estúpidos cautivando a una numerosa televidencia para descubrir que son solo síntomas de una sociedad entregada y sin las aspiraciones de grandeza colectiva que alguna vez tuvo y que frente a la mezquina propuesta de país de una minoría oligárquica primero y la de su asociación con el poder financiero en la actualidad ha quedado momentáneamente superada aunque no definitivamente derrotada.
En un interesante artículo publicado en el diario Tiempo Argentino del 18/08/20, Carlos Cleri, que en ese momento era funcionario del INAES en cuya presidencia se encontraba Mario Cafiero, propone retomar la idea de comunidad organizada planteada por Perón en su célebre cierre del Primer Congreso Nacional de Filosofía realizado en Mendoza en 1949. En su nota, Cleri propone desde su título que es ahora o nunca y cita a Perón que en su discurso “La comunidad organizada” dijo:“La humanidad necesita fe en sus destinos y acción, y posee la clarividencia suficiente para entrever que el tránsito del yo al nosotros no se opera meteóricamente como un exterminio de las individualidades, sino como una reafirmación de éstas en su función colectiva”, “Nuestra comunidad solo puede realizarse en la medida en que se realice cada uno de los ciudadanos que la integran; y la condición elemental de la integración del ciudadano en la comunidad es que la sienta como propia, que viva en la convicción libre de que no hay diferencia entre sus principios individuales y los que alienta su patria” Pienso que ninguno de estos conceptos pueden sumar adhesión y sostenerse en un pueblo sin conciencia. Por eso creo que una de las principales tareas militantes es en el sentido de la construcción de un sentido popular que haga carne el hermoso concepto expresado por Cristina Fernández, “La patria es el otro”.
Cuando digo que no hay que ir a buscar inspiración en otras latitudes para elaborar nuestras propias concepciones es porque tenemos suficientes desarrollos entre nuestros pensadores y líderes como para llevar a nuestra patria grande a un destino de felicidad para sus pueblos. Asi Cleri señala en su artículo que los conceptos vertidos por Perón en su conferencia, se anticiparon a desarrollos teóricos posteriores como el de John Nash, premio Nobel de economía, aquel de la película Una mente brillante, con el que demuestra que, contrariamente con los postulados de Adam Smith, las comunidades funcionan mejor y pueden ser mas prósperas si son colaborativas en contrario a los que nos indica la derecha y las ideas “emprendeduristas” de los inventores de pseudo ganadores individuales como es el caso de mi amigo electricista.
Creo que si estas ideas de una comunidad colaborativa y convencida de un destino común no están en el corazón de los pueblos seguiremos siendo meros espectadores del saqueo que unas pocas multinacionales con la ayuda de la oligarquía local perpetran en nuestros países. No es aceptable que se retengan exportaciones para especular con la continuidad de un gobierno popular, no es aceptable que se destruya el medio ambiente para enriquecer a la élite o como única propuesta de desarrollo, no es aceptable que las riquezas y tierras de nuestros países queden en manos de multinacionales, no es aceptable que 4 cortesanos validen el espionaje ilegal y estén al servicio de la proscripción de líderes populares y no es aceptable un pueblo ausente.
Consolidar el camino iniciado en diciembre de 2019, sostenerlo a pesar de los tropiezos y las defecciones y militar fervientemente por un pueblo comprometido, solidario y con consciencia de destino común es la tarea.
Para analizar, reflexionar y debatir el ideario del Manifiesto Argentino, Carlos Resio, integrante de la Mesa Ejecutiva de la organización que conduce Mempo Giardinelli, comparte propuestas de la agenda pública en su columna semanal de cada miércoles, a las 7,30 en el programa Contala como quieras, en La 99.3