Censo, Revolución de Mayo y Masacre de Napalpí, todo tiene que ver con todo

En la previa al Censo 2022 en su versión presencial, La Goro, Ana María Gorosito, repasa las novedades del postergado relevamiento de población y viviendas que por primara vez incluye el Censo digital que está abierto desde marzo de este año.

En su columna Contala, Goro… en el programa Contala como quieras, en La 99.3, Gorosito se pregunta «para qué se necesita un censo? ¿Cuándo se inventaron los censos?» y responde: «el Estado moderno de finales del siglo 19, al organizarse como estados nacionales necesita de un registro acerca del estado en general de su población, justamente para planificar su actividad en relación con esa población, planificarla en el sentido que sea, asi­ que la podemos considerar como una herramienta para la administración burocrática del Estado que el conjunto de procedimientos regulados que permite facilitar la administración ágil del Estado». Entonces, «estos estados modernos necesitan hacer censos para saber dónde se encuentra distribuida su población, cuál es la relación según franja etaria, sexo, ocupación, etcétera. Es decir, saber sobre quiénes está administrando y gobernando en un espacio territorial dado».

Ana María Gorosito en La 99.3 el 16 de mayo de 2022

«En el caso de estos censos nacionales, hubo un acuerdo de los estados participantes de Naciones Unidas en el sentido de que se harían cada 10 años», recordó y mencionó las dos oportunidades en que la Argentina no pudo cumplir ese plazo de diez años: en 2000 «cuando por la crisis de entonces y por obvias razones de desorganización estatal de falencias burocráticas hubo que proyectarlo recién para el año 2001», y en 2020 por la pandemia. «Ya en el 2000 nosotros anticipábamos algo que está por pasar en este censo y es la pregunta individual acerca de cómo construye su identidad la persona censada».

ASí, «una de las tantas novedades del censo de que se aplica esta vez es justamente que no va a trabajar solo sobre hogares y viviendas, sino que además trabaja sobre personas en relación con capacidades especiales a fin de tener polí­ticas respecto de estas capacidades. Segundo, identidad de género más allá de la definición orgánica o biológica del sexo atribuido en el momento del nacimiento. Y la tercera, sobre la que insisto en su importancia, es la identidad que se auto reconoce y es reconocida por otros respecto a la pertenencia a un grupo mayor étnico, si la persona se considera afrodescendiente o se considera perteneciente o descendiente de un pueblo indí­gena reconocido en la República Argentina».

«La pertenencia a un grupo indígena ya fue aplicada en el 2001 pero era muy vaga, muy abstracta, de manera que entre el 2004 y 2005 se practicó una encuesta complementaria de pueblos indí­genas con una cantidad muy grande de datos, acceso a políticas públicas, condiciones de vivienda, etcétera, y eso permitió que finalmente se proyectara para el 2020, es decir para esta aplicación, un lugar especial en la planilla censal donde debe preguntarse si uno se considera perteneciente o descendiente de pueblo originario y se agrega una cosa más que es si habla alguna lengua indígena. Ya dije que esto estuvo muy discutido y sigue hasta el dí­a de hoy siendo discutido por las organizaciones indí­genas de la República Argentina que entienden que todaví­a es muy insuficiente el modo como ingresa la cuestión indí­gena en el censo y vuelven a instalar e insisten en que debe garantizarse digamos la participación indí­gena en todas las etapas censales, tanto en la formulación de la planilla, las actividades precensales como el administración de la planilla, especialmente las propias comunidades, y luego más tarde en el análisis de los resultados, es decir en la actividad post censal. Bueno, ninguna de estas etapas todaví­a satisface a estas organizaciones y veremos si el dí­a 18 algunas provincias, al menos ya sabemos que en Misiones no, está garantizado que el componente indígena realice, active la aplicación de la planilla censal en las propias comunidades».

«Por qué es tan importante para las organizaciones indí­genas esta cuestión, diría yo que como resultado de un proceso de alerta, de cuestionamiento acerca del lugar de la población indí­gena en la República Argentina por parte de estas mismas organizaciones similar a esta visibilización de las diversidades de género que ha hecho posible también el poderoso movimiento feminista en la Argentina. Es decir, son cuestiones que el Estado ha tenido que tomar en cuenta en la medida en que las luchas sociales, las luchas en la calle y en los distintos foros han hecho posible, se han abierto a codazos, podríamos decir, lugar para que sea considerada la pertenencia de sus reclamos» y es por esas razones que La Goro recuerda que «las declaraciones de hace poco tiempo por parte de nuestro Presidente, diciendo que los argentinos descendemos de los barcos, mereciera una repulsa tan generalizada por parte de estas organizaciones, tanto las de indí­genas o las de apoyo, porque vuelve a insistir sobre una cuestión largamente extendida e instalada, especialmente a través de los estilos educativos con la negación del componente indí­gena actual contemporáneo y luchando por sus derechos».

La revolución de Mayo

«Aquí­ viene la segunda cuestión sobre la que he estado pensando en estos dí­as y es porque falta muy poquito para recordar otra vez un aniversario de la Revolución de Mayo, y si pensamos en nuestros patriotas, los héroes de Mayo, todas esas gestas, tanto las que anticipan el momento revolucionario o incluso podríamos mencionar las invasiones inglesas, como luego los que van a extender este movimiento independentista al resto del continente, están formados por grupos humanos en los que participan activamente y muy heroicamente en muchas oportunidades, justamente por personas de origen africano que habían sido esclavizadas o por sus descendientes ya afroamericanos y por supuesto también por indígenas. Es decir, si uno piensa en Artigas o piensa en San Martí­n o piensa en Belgrano estamos pensando en figuras, caudillos, jefes, que no solamente son jefes de tropas, sino ideológicamente con una idea acerca de lo que significa la independencia de la colonia que reúnen junto a sí como compañeros a estas distintas identidades con absolutamente derecho a ser reconocidos como tales. Es decir, nosotros tenemos una revolución de Mayo que es evidentemente pluriclasista y pluriétnica y plurifacial».

Se pregunta en ese sentido: «Qué pasó en la historia de la Argentina para que con el correr del tiempo esto terminara por disolverse en una visión conservadora nacionalista donde estas diferencias no solamente son negadas sino que intentan ser borradas de la historia nacional. Y quizás la explicación esté en que entre el movimiento independentista la gran división pasaba entre los americanos, los criollos, los patriotas y los peninsulares. El tema era quitarles el poder a los peninsulares, a los agentes del colonialismo español, mientras que con el correr del tiempo esa lucha se va a trasladar al seno de la propia sociedad en gestación y esta sociedad va esclerozándose y volviéndose progresivamente conservadora y autoritaria».

«Si vamos a hablar de la República Argentina como un Estado moderno, el Estado que censa, administra y organiza burocráticamente, descubrimos que ese estado moderno argentino nace bajo el signo justamente de un autoritarismo que persigue la homogeneidad nacional concebida como básicamente blanca, claro masculino sí,­ en tanto que la cuestión acerca de si va a ser laica o religiosa y de cuño católico va a formar parte de las luchas durante muchí­simo tiempo y de alguna manera hasta el dí­a de hoy al interior de las élites. Y aquí­ una figura importante obviamente es la figura de Sarmiento que denostaba absolutamente la posibilidad de que a esta república blanca, masculina, civilizada y letrada se la pudiera integrar con el elemento gaucho, y básicamente con el elemento indígena, ‘no ahorre sangre de gauchos’ ¿recuerdan? para el momento de la Guerra del Paraguay.

De masacres y delitos de lesa humanidad

«Esta cuestión tiene mucho que ver con otro proceso que se está dando y que también va a tener lugar esta semana y que el dí­a después del censo, el 19, continúa el juicio por la Masacre de Napalpi, el hecho ocurrido en el Chaco. Ese día 19 va a ser el de la presentación de los alegatos de la Fiscalía en relación con el encuadramiento que va a tener la causa. La semana que pasó entre otros historiadores y juristas estuvo hablando (Eugenio) Zafaroni acerca de cómo deberí­a encuadrarse la cuestión. Al respecto, Zafaroni aclaraba que tal como es pensado y enunciado por Naciones Unidas, el concepto de genocidio no se aplicaría muy bien, sería insuficiente en su extensión para ser aplicado el caso Napalpi­ y que aquí­ corresponderí­a más claramente la aplicación del concepto de juicio por delito de lesa humanidad».

«¿Cuán lesa es esta humanidad? acá me gustarí­a hablar de brevemente de uno de los testimonios que hubo que escuchar justamente el 10 de mayo. Ese día, entre otros testimonios, habló un señor que fue piloto de aeronavegación comercial y también historiador, Alejandro Gustavo Daniel Covello, que es autor de un libro ‘Batallas Aéreas 1910 1955’ que editó Editorial Ciccus, y que cuenta en esta presentación que hizo en el juicio que la primera motivación para buscar bucear en la historia de la aeronavegación Argentina, su pasión evidentemente, fue el supuesto de que la Fuerza Aérea Argentina tuvo su bautismo de fuego, su primera acción en la guerra de Malvinas. Entonces, él rebatí­a ante esto el hecho de que en su conocimiento histórico habí­a que retroceder a 1955, exactamente al 16 de junio de 1955, cuando Fuerza Aérea Argentina bombardea a población civil por las calles de Buenos Aires, básicamente en la Plaza de Mayo, bombardea mata a mansalva a la cantidad de civiles muertos y heridos en este trágico incidente y para él hacen que Malvinas en realidad sea un acontecimiento de otra í­ndole y posterior. Pero, indagando en la historia retrocede y llega a Napalpi­ y descubre que realmente ahí­ fue la primera acción bélica de la Fuerza Aérea Argentina contra población civil desarmada».

«En la historia que nos hace Covello, recordando que en 1903 recién comienza la navegación la aeronavegación como una actividad regular, para 1911 empieza a ser usada justamente en las campañas coloniales, el primer estado que usa al avión en este sentido es Italia sobre sus territorios coloniales en África en 1911 en principio para el avistamiento de las poblaciones rebeldes dentro de estas colonias, pero más tarde, poco más tarde, 1914 ya incorpora al avión armas de fuego, pequeñas bombas, dice al comienzo y luego claramente armas de fuego, los aviones de esa época no pueden transportar material bélico pesado importante no solamente para el avistamiento y el control, sino también para la represión de los nativos rebeldes, usando una especie de razonamiento de economicista, es decir que se trata de un ahorro en las operaciones de represión en la medida en que se evita el traslado de tropas durante varios dí­as y la pérdida de vidas propias. Es decir, el ataque aéreo a las poblaciones rebeldes es mucho más económico que el movimiento de tropas de infanterí­a y esto es lo que se va a aplicar poco después, en 1924, en el Chaco».

«La secuencia es así­, en 1921 se inaugura el Aeroclub Chaco, en 1923 la Fuerza Aérea Argentina dona al Aeroclub Chaco un avión junto con un piloto, el señor Esquivel, y un mecánico. Este Esquivel va a ser el que va a pilotear el avión que hace el primer reconocimiento sobre Napalpí y aquí­ lo que descubre Covello es que, además, tira efectivamente esa bomba de la que dan testimonios las ví­ctimas y que luego cuentan a sus descendientes. Quien arroja la bomba es el copiloto que se llamaba Juan Brownie y era un civil de nacionalidad estadounidense hijo de un empresario del algodón estadounidense. En ese momento el algodón estadounidense estaba teniendo una crisis por una plaga y este empresario era un importante proveedor exportador de algodón a Estados Unidos y en ese año por primera vez se valoriza notablemente como producto de exportación el algodón argentino, y básicamente el algodón chaqueño».

«Así es como empiezan a cruzarse las historias y esto refuerza que efectivamente lo que se traslada al territorio chaqueño es una concepción colonial de los espacios de las personas en función de garantizar la rentabilidad de una operación capitalista para la exportación», apunta Gorosito en su columna Contala, Goro…

«Todo esto indica que estamos dentro de una especie de historia circular, de una historia maldita de la que no podemos salir donde episodios como este juicio de Napalpí empiezan a echar luces sobre aspectos de nuestra propia sociedad de las que no queremos bien hacernos cargo y está bueno que el 18 el operativo Censo arroje también una luz tangencial por estos dramas».

«No quiero terminar sin mencionar algo que está ocurriendo y que reproduce de alguna manera el drama que seguimos arrastrando desde la organización nacional, desde 1880 hasta nuestros dí­as. Se trata del expediente 2.279 ingresado al Congreso de la Nación, a la Cámara de Diputados, por la diputada nacional por CABA Victoria Villarroel y que acompañan el diputado (javier) Miley, el diputado (José Luis) Espert y la diputada (Carolina) Píparo, pidiendo la derogación de la Ley 26.160 de Emergencia Territorial. La Ley fue prorrogada por un decreto de necesidad y urgencia porque no alcanzó a ser tratada en Diputados con el argumento de que debe terminarse con las apetencias territoriales y la usurpación de territorios por parte de la población Mapuche y del resto de la población indí­gena de la Argentina. Esta mujer (Villarroel) que es una defensora de llamadas ‘ví­ctimas militares y policiales’ de lo que obviamente no puede llamar dictadura, del proceso militar 1976 1983, es decir que está colocada en una posición de la historia que se niega a aceptar la categorí­a terrorismo de Estado y que en este caso con este proyecto pretende negar cualquier derecho territorial de los pueblos indí­genas de la Argentina. Es decir, de alguna manera está resultando a su modo pero en pleno siglo 21 ideas, categorí­as y modos de pensar de finales del siglo 19 donde el indí­gena es pensado básicamente como un otro que solo sirve como mano de obra y que en la medida en que no contribuya con su trabajo y con su obediencia a la aceptación de las reglas de juego de la exclusión y a la producción de la riqueza nacional debe ser exterminado. Como comprenderás las luchas, los reclamos de las organizaciones indí­genas en relación con su reconocimiento en este operativo censal hunde sus raíces, en dolores, en injusticias, en retaceos a los que se obligaba a su condición de humanidad plena a lo largo de mucho más que cien años».

«Es una semana intensa en la que merece que estas cuestiones nos detengan un poquito en la actividad y nos hagan reflexionar más profundamente acerca de quienes somos y a quienes les impedimos ser, plenamente ser».

Ana María Gorosito

Todos los lunes, a la 7,30, en el programa Contala como quieras de La 99.3 la cita es en Contala, Goro…!, la columna en la que la antropóloga social Ana María Gorosito Kramer analiza, reflexiona e informa sobre los pueblos originarios y otros temas que puedan motivarla desde su lugar de militante política y feminista.

Nombrada ciudadana ilustre de Posadas, ciudad donde se radicó en la década del 80 llegada desde su Comodoro Rivadavia natal, La Goro es profesora emérita de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (FHyCS) de la Universidad Nacional de Misiones donde también fue secretaria de Investigación y Posgrado de la institución. Sus primeras investigaciones antropológicas estuvieron orientadas principalmente a los pueblos originarios lo que en el tiempo la constituyó en referente nacional e internacional, especialmente en las comunidades mbya guaraní de Misiones.

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