Alberto anuncia diálogo y hay «aumentos preventivos»

Mirta Botzman.

Supongo que todos y todas se acuerdan de cuando el presidente anunció que a la semana se iniciaba la guerra contra la inflación y la disparada de precios “preventiva” que disparó este anuncio. Bueno parece que sus buenos propósitos volvieron a tener esa suerte. En un acto en Lomas de Zamora, en la provincia de Buenos Aires, el presidente anunció que el Ejecutivo busca construir un acuerdo de precios y salarios con empresarios y sindicatos, con el objetivo de alinear expectativas y cubrir uno de los varios flancos que impulsan la inflación. La sola mención de Alberto Fernández, sin convocatoria formal ni precisiones sobre cuáles serían los pedidos que se harían a los empresarios y trabajadores, la misma tarde de la mención, empresas de consumo masivo mandaron al sector comercial y al supermercadismo listas con “aumentos preventivos” para cubrirse por un eventual congelamiento de precios y salarios. Los aumentos de una sola vez contenidos en esos nuevos listados llegaban a valores de entre 9 y 12 por ciento. La reacción de los grandes empresarios con los que buscan dialogar para conseguir ayuda para el gobierno, una vez más causaron mucha sorpresa en el gobierno.

Esta es una línea permanente de conducta de los empresarios. Esta conducta es precisamente la responsable del terrorífico índice de inflación del 7,4% del mes de julio pasado, y que dejó ya una marca grande para el mes de agosto que estamos transitando. Efectivamente son sino siempre, casi siempre, las mismas empresas conocidas ya por todos nosotros las que producen los aumentos. Las empresas Mastellone (La Serenísima), Unilever, Arcor y Molinos produjeron alzas del 9% mientras que Mondelez subió un 12 por ciento, todo de una sola vez. Esas firmas producen bebidas, farináceos, dulces y hasta productos de limpieza e higiene y ya acumulan en el año incrementos por encima de la inflación proyectada para todo el año, en algunos casos incrementos que están por encima del 70 por ciento. Este último aumento se dio en el marco en que Massa estaba armando una reunión con los directivos de la COPAL que es la central empresaria que nuclea a los productores de alimentos cuyo presidente es el abogado laboralista Funes de la Rioja que además preside la UIA.

En paralelo, en la semana pasada, el secretario de Comercio, Matías Tombolini, afrontó una batalla de este estilo con los laboratorios productores de medicamentos, que subieron los precios por encima del 11 por ciento acordado con el Gobierno. Allí el funcionario avisó que, de no volver atrás los valores, procederán a monitorear los dólares que el Banco Central les otorga a esas firmas en concepto de importaciones. Estas declaraciones son una muestra de que el gobierno tiene herramientas para enfrentar los especuladores, sólo hay que estar dispuesto a usarlas y no tenerle miedo al poder concentrado.

La conducta especulativa de estos empresarios en realidad pone en tela de juicio el aval que están dispuestos a dar a Massa quien se supone construyó un vínculo muy cercano con ellos. Es parecido a lo que le sucedió a Alberto Fernández quien se suponía tenía una muy buena relación con los medios del grupo Clarín y La Nación. Evidentemente pertenecer a un gobierno que se supone nacional y popular no es gratis, ahí parece que se terminan esas amistades, aun cuando no se ejecuten todas las políticas votadas por un porcentaje elevado de la población.

Massa tiene una ventaja sobre sus dos antecesores en el Ministerio, cuenta no sólo con espalda política propia sino también con el aval político de todo el Frente de Todos y mostró que es capaz de negociar avisando que controlará a los especuladores. De hecho, el ministro cumplió con la promesa que hiciera en su primer conferencia de prensa y realizó una denuncia e inició el intercambio de información entre la UIF y la contraparte de Estados unidos. La acusación es por “contrabando de importación agravado por la utilización de documentación apócrifa”. Hay dos empresas denunciadas y habría en marcha más acciones contra otras firmas por maniobras fraudulentas. Veremos cuanto se extiende y sostiene.

El Secretario de Comercio Matías Tombolini hizo muchas declaraciones en los últimos días, algunas razonables y otras, diría poco felices, que tuvieron su réplica. Comencemos con la absurdamente formulada; Tombolini dijo en relación a estos niveles inflacionarios que “Hay una cuestión de percepción que está jugando”.Tuvo varias respuestas, por un lado, la ex ministra de economía Felisa Miceli quien señaló que estos niveles no son un problema de percepción subjetiva de la población, sino que, con estas cifras, la economía argentina ingresó en lo que se conoce como «régimen de alta inflación».Claramente la definición de régimen de alta inflación significa que pasamos a un estadío mucho más peligroso que los índices de 2 a 3 % mensuales, que si bien son altos no son tan graves como el 7,4% de julio, que es el índice más alto en 20 años. La otra respuesta vino por parte de uno de los secretarios generales de la CGT, Pablo Moyano quien dijo literalmente, Tombolini «Es un inútil si dijo que la inflación es una percepción». Salí a la calle, hermano, y fíjate cómo están los salarios de los laburantes. Uno que está permanentemente en las calles, asambleas y empresas ve las necesidades de la gente”, respondió con dureza el dirigente sindical en declaraciones radiales. Moyano continuó diciendo, visiblemente enojado «Es terrible lo que se está viendo con el tema del aumento de precios. Nosotros hacemos responsable directamente a la especulación de los empresarios, pero también vemos que el Gobierno no tiene la dureza, esa fortaleza para pedirles que se dejen de joder y que no le roben más el plato de comida a los argentinos para tratar de darle una vuelta. Lo que vemos es que no tiene esa fortaleza para enfrentar estos tipos», se quejó el gremialista. En la misma línea, aclaró: «Uno de los motivos de la marcha del 17 es denunciar a los empresarios nucleados en AEA para decirles que se dejen de joder con los aumentos de precios diarios.

El Secretario Tombolini hizo otro tipo de declaraciones. Por una parte, que se referencia en la primera versión de precios cuidados e inclusive del diseño de la secretaría de comercio realizada por Augusto Costa en la gestión de Kicillof en el ministerio. “Nuestro primer diagnóstico fue que no tenemos claro cuánto valen las cosas”dijo, el objetivo es «recuperar la referencialidad de los precios» y señaló que «se verá si cumplieron o no con su función en unos 45 o 65 días».Se trata de que la población sepa lo que valen las cosas, que haya una referencia y poder comparar con el precio de un producto similar que está por fuera de los precios Cuidados. Es decir, no debemos hacernos ilusiones con un rápido freno a la escalada inflacionaria, solo y que a esta altura no es poco, que vaya disminuyendo el índice de aumento mensual.

Como ya lo mencionamos alguna vez en este espacio, señaló que la función de la secretaría de comercio no es controlar la inflación, que ésta se controla con políticas y estrategias macroeconómicas que deben ser consistentes. La consistencia debe incluir necesariamente los precios básicos que influyen sobre todos los demás. Esto involucra al tipo de cambio, que es una variable clave debido al carácter bimonetario de la economía de nuestro país, tarifas de servicios públicos incluyendo los combustibles, salarios y tasas de interés.Esto en un momento en que desde la nueva secretaría de energía se hace esfuerzos por convencer que lo anunciado no es un aumento de tarifas sino una “redistribución” de subsidios. En particular, los sectores medios lo van a sentir como un aumento y un gasto mayor a sostener con el mismo ingreso. Me parece que no es esta la idea de redistribución de ingresos que teníamos muchos en la cabeza.Hoy por hoy, lo más importante es sumar dólares en el banco central sin lo cual no habrá medidas que alcancen para comenzar a controlar la inflación que se disparó sin haber modificado el tipo de cambio, o sea sin devaluar. En ese sentido y en forma paralela, el economista Pablo Manzanelli, coordinador del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra-CTA), también puso el eje en los hidrocarburos de Vaca Muerta, pero en su caso para formular la propuesta de creación de un instrumento financiero que alivie la presión sobre el dólar ilegal. 

Propuso lanzar «un bono Vaca Muerta» con «una garantía muy significativa, que son los propios recursos naturales», para crear así un instrumento de inversión financiera alternativo a la compra del dólar ilegal que «solvente lo que la Argentina necesita, como reducir las importaciones energéticas». 

La idea que expuso es ofrecerle al «exportador de granos qué hacer con los pesos» una vez que liquida, porque -advirtió- «si no se lleva todo al paralelo y tenemos las corridas cambiarias» que, como en las últimas semanas, sufrió la economía argentina sin muchas posibilidades de defenderse, dada la escasez de reservas en el Banco Central.

Para terminar y aunque parezca que no tiene nada que ver con lo que venimos diciendo, en realidad sólo parece, creo que todos ya tenemos claro que los problemas económicos que padecemos tienen fuertemente su origen en los temas políticos no enfrentados o no resueltos satisfactoriamente para las mayorías populares y en este sentido quiero señalar que la búsqueda de proscripción de Cristina va mucho más allá de los “contundente” de las toneladas de pruebas repetida al unísono por todos los supuestos periodistas, analistas políticos y políticos de la oposición con aspiraciones electorales. Ahora en una reescritura del Código Penal y diría de la misma Constitución, Cristina tiene que demostrar su inocencia porque ellos no pudieron demostrar su culpabilidad. Es lo que repiten a coro los odiadores seriales que atosigan desde las pantallas de televisión y envenenan el sentido común de la población angustiada porque no llega a fin de mes. No quiero ponerme dramática pero no sólo Cristina está en peligro, nuestra patria y nuestra democracia es la que está en peligro. Tenemos que volver a recordar que el movimiento popular en la Argentina surgió y se hizo muy fuerte en las calles, lugar que no se debería haber abandonado y que debemos volver a movilizarnos masivamente si queremos evitar un nuevo gobierno del neoliberalismo que ahora se siente convalidado para destruir de una vez y para siempre las bases que sustentaron el desarrollo y bienestar de nuestro pueblo.

Mirta Botzman

La economista Mirta Botzman nos propone una mirada nacional, popular y democrática de la economía nacional e internacional, todos los jueves, a las 7,30, en su columna Cuentas Claras en el programa Contala como quieras, en La 99.3.

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