Buscando amigos para Mau
Macri necesita del peronismo bueno para aplicar el ajuste del FMI, y por eso La Nación y Clarín exaltan buenos gestos de Pichetto y algunos gobernadores para contentar a los “mercados”.
En varias columnas y “noticias”, ambos diarios claman por ese camino, que lleve a aprobar el presupuesto 2019 como lo quiere Lagarde. El demonio que se opone a este camino para salvar a la patria, ¿cómo se llama?
Sí, adivinaste, kirchnerismo. Por eso Clarín pone en tapa que un grupo de supuestos amiguitos, Vidal, Larreta, Caputo, Pichetto, Urtubey, Schiaretti, y tal vez Massa, están de acuerdo en aislar al demonio.
Puede ser esto una línea de acción efectivamente en curso o puede ser la presión de Magnetto para arrearlos a todos por allí antes de que ocurra una catástrofe política.
¿Cuál sería? Ellos no lo dicen, pero tal vez quieran sugerirlo. En Clarín, Van der Kooy titula “Macri busca una hoja de ruta”. Y la nota está ilustrada con un helicóptero y Macri bajando de él.
Difícil establecer si es una advertencia política o un mensaje mafioso, pero la imagen es muy poderosa. No hay forma de no conectar una nota que habla de graves dificultades para controlar la crisis y la foto de Macri y el helicóptero, en un diario, y con este mismo columnista, que escribió mil veces contra el “club del helicóptero”, una forma de descalificar a quienes se opusieron a las políticas del gobierno, acusándolos de desestabilizadores.
Incluso se dan el lujo de decir que Pichetto y otros peronistas buenos se quejan de que es el propio macrismo el que elige “levantar” a Cristina Fernández de Kirchner como estrategia de polarización.
Varios escribidores de Clarín y La Nación coinciden además en que en Cambiemos hay una diferencia cada vez más dura: esta línea que busca el acuerdo con el peronismo y del otro lado Peña y Durán Barba, que están totalmente confiados todavía en la posibilidad de reelección de Macri en 2019 y que quieren seguir jugando a pelear con Cristina y Moyano.
En Clarín, un columnista segundón, Miri, habla de fuentes de Cambiemos que están diciendo que el macrismo tiene que influir para que la “alternativa” en 2019 no sea el kircherismo, sino peronistas rubios y de ojos claros. Pero aún, agrega, no hay quien haya hablado de un “acuerdo electoral”.
Cuidado con todo esto: nunca a ellos se los puede tomar al pie de la letra. El desastre económico, la quita a los jubilados, los tarifazos, produjeron una amalgama opositora que es lo que tal vez estén combatiendo. Quizá están usando formas para enemistarlos, enfrentarlos, romperlos, sin negar por esto que haya diferencias, profundísimas incluso, en la oposición.
Por lo demás, los chicos están amargados y se ponen ácidos, casi casi como si tuvieran ideas propias y los dejen, por esta vez, jugar a ser autónomos: Van der Kooy dice que el macrismo asume que lo peor no pasó, sino que está por venir, e ironiza: por fin un pronóstico acertado. Le reprocha a Peña y Dujovne haber afirmado que la crisis había sido superada, y no es verdad. Para esto tiene que olvidarse que Clarín y La Nación, en montones de espacios, dijeron lo mismo, que el gobierno había superado la turbulencia, que había calma recuperada y dólar estabilizado.
También entre ofendido y rebelde quiere presentarse Pagni, el jueves en La Nación: el acuerdo con el FMI no trajo la calma anunciada. En gabinete, Dietrich expone su “canasta de minucias”; Macri hace sobre la situación una analogía con el fútbol, porque es “incorregible”. Vidal y Larreta se aliaron en un frente interno con Nicolás Caputo, un “crack”, dice Pagni, porque hizo unos pases mágicos para cuidar un negocio propio antes de la corrida cambiaria.
En fin, quién sabe cuáles son las intenciones finales, las maniobras en curso, las influencias, llamaditos, ayuditas, incentivos, para que cada uno de estos escriba lo que escribe. Lo seguro es que hay mucho movimiento en el poder. Todo todo lo que escriben hay que tomarlo con cuidado extremo.
Semana a semana el periodista y escritor Hugo Muleiro repasa con detenimiento las columnas de opinión y análisis de los principales medios gráficos de mayor alcance nacional en tanto hegemónicos.