«Tiki», desde el llano y fuera de la Renovación

“Uno no puede estar en lugares estancos, donde a lo mejor está sosteniendo algo que ya el otro no sostiene.” Un año después de terminada su gestión como ministra de Derechos Humanos de Misiones, Lilia “Tiki” Marchesini ya no se siente integrante del Frente Renovador y desde el llano define: “Uno está donde se siente identificado, y si no da un paso al costado.”

“Yo tenía muchos ideales coincidentes con el proyecto político provincial”, le dijo a Contala como quieras, y aunque aclaró que no se siente “tan importante como para juzgar a otro, o a un partido político”, en su alejamiento de la fuerza gobernante en Misiones desde hace dos décadas pesaron razones como que “para mí la política siempre fue un servicio y no puedo verla de otra manera. Tampoco puedo ver que los poderes del Estado no funcionen, porque entiendo que están para eso”.

Lilia «Tiki» Marchesini en La 99.3

“No niego el agradecimiento a Carlos Rovira cuando, en su momento, me designó, no solamente como ministra sino para integrar la lista de diputados del Frente Renovador”, señaló respecto del presidente de la Cámara de Representantes, pero “el proyecto político actualmente gobernante se ha transformado, de la misma manera que, en mi caso, se ha transformado una Tiki”, señaló.

“El tema está en dónde uno siente que hay una identidad colectiva y transformadora de la cual puede ser parte, y desde ahí aportar. Hay procesos que devienen a lo mejor tan lentamente, en la vida y en los cambios políticos, que uno no llega a darse cuenta cuando los está transitando y lo hace recién cuando puede tomar cierta distancia, verlo como de afuera. Eso a veces exige este tipo de decisiones”, se explayó.

Tras más de veinte años de compromiso asumido desde la militancia política misionera, Marchesini  habla de sus propias transformaciones, que ahora la encuentran “en un lugar que tiene que ver más con el ecofeminismo, mucho más con el desarrollo humano integral, con el no a los agrotóxicos, con la salud y la vida entendiendo la naturaleza como un eje y un sostén”.

“Estos tiempos de pandemia invitan a que cada uno sea consciente de sus propias responsabilidades: cada uno hacerse cargo de su participación ciudadana, de a quién vota, qué defiende, desde lo chiquito, lo familiar, hasta lo social, lo político. Ésa es la gran lección que nos está dejando este año”, reflexionó.

Para la ex ministra “la Argentina ha sufrido en los últimos años dos grandes golpes: uno fue (Mauricio) Macri presidente, y el segundo ha sido la pandemia. Me hubiera gustado que el presidente Alberto Fernández hubiera tenido otro escenario para poder gobernar”.

Y como muestra más clara de su adhesión a la fuerza gobernante a nivel nacional, expresó su identificación con la Vicepresidenta: “La figura de Cristina Kirchner es estratégica. Es una estadista, está a la altura de Eva Perón y es una de las grandes líderes mundiales”, afirmó.

En su evaluación de la actualidad sociopolítica y de la necesidad de un mayor compromiso ciudadano , la ex ministra consideró que “esa responsabilidad se vino construyendo sustantivamente con los movimientos sociales, que afloraron y se fortalecieron enormemente durante los cuatro años de la primera epidemia, que fue Macri”.

“Esa unidad y resistencia que se fue construyendo ha sido y es fundamental para sostener a los más vulnerables. Hay que empezar a mirar cuáles son las políticas de cuidado, a sostener el rol de las mujeres en ellas; hay que tirar abajo el patriarcado: basta de solamente hombres en los lugares de decisión. Hay que empezar a replantearse una sociedad distinta… Todavía tenemos a muchas mujeres en lugares estratégicos que responden a ese mismo sistema patriarcal, y son a veces peores que los propios compañeros”, sostuvo.

La mirada a los cuatro años de gestión en Derechos Humanos, a los que definió como “feroces”, le trae el recuerdo de “la plata que nunca llegó de Macri” para afrontar “las necesidades de la gente, que hacía que ese ministerio tuviera que tener no uno sino mil paraguas”.

“Con un esquema muy reducido, el más chico de la provincia, con empleados de los que tienen los sueldos más bajos y sin adicionales, con el parque automotor absolutamente deteriorado, todo esto generaba un nivel de exigencia y esfuerzo en donde uno veía que la necesidad era más fuerte, que no podía llegar a solucionar y que tampoco estaba sostenido por ayuda de otros compañeros de otros ministerios”, evaluó.

Y al evocar toda aquella tarea reivindicó: “Para nosotros fue de una enorme ayuda que pusieran en funcionamiento la Comisión de Prevención de la Tortura, a fines de de 2016, porque nos liberó un poco de ese primer año, que fue tremendo, donde estábamos todas las noches en distintas comisarías.”

Marchesini está hoy dedicada a “una actividad que tenía pendiente y también fue parte de esta decisión de correrme un poco de lo que era el ejercicio público, y es una investigación sobre la militancia teatral de Luis Andrada”.

Habla de Luis Gonzaga Andrada, director teatral fallecido en 2017 con más de cincuenta años de trabajo en la tierra colorada “con una faceta muy interesante en su activismo: el sindicalismo, el peronismo desde el teatro”. A él la unió “una historia de mucho cariño, mucho afecto”, y recordó que en algún momento ella le había sugerido “que empezara a escribir sus memorias sobre cómo fue construyendo colectivamente los grupos, cómo fue uniendo las diferentes tareas”.

Artífice principal de lo que resultó en la sanción de la Ley provincial de Teatro Independiente, formador de escuela actoral, gran impulsor de la actividad escénica en toda la provincia, Andrada le dejó a “Tiki” esa tarea de recopilar su obra y trayectoria. “Quiero dejarlo como aporte a la memoria de Misiones. Somos hacedores de memoria, porque somos las ancestros de las que vienen.”

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