Lo dicho y lo hecho

(Por Carlos Resio) En su libro “La condición humana”, Hannah Arendt aborda en profundidad un estudio sobre el significado de vida activa. Divide los distintos estados de actividad en que se desarrolla una vida humana; labor, trabajo, acción y contemplación y enfoca el concepto de acciónen contraposición con el de contemplación. Esta última entendida como un estado de silencio en búsqueda de comprensión y verdad con el objeto de una mejora de la humanidad a partir de la mejora individual y aquella como un intento por modificar las condiciones del entorno en que se desarrolla la actividad de vida colectiva. La contraposición y discusión viene planteada desde el siglo V ac cuando la contemplación del filósofo quitaba méritos a la acción de la política. Por otro lado explica la labor como la actividad que provee la supervivencia y es solo para ser consumido agotándose apenas terminado, por ejemplo la limpieza del hogar, la preparación del alimento, la labor del labriego. El trabajo en cambio es el que construye objetos para su uso y combina la creatividad con la habilidad material, objetos que hasta pueden durar mas allá de la vida de su constructor. En cambio, la acción es aquella actividad que cambia las condiciones en que la comunidad desarrollará todas sus relaciones. Son los casos de la política y de la docencia que, al decir de Paulo Freire, “Es la educación un quehacer político”.

Carlos Resio en La 99.3 el 17 de marzo de 2021

Quiero traer a esta columna la idea de que si en nuestras vidas no incluimos la acción como actividad propia, realmente nos morimos en el preciso instante que dejamos de respirar y nuestro paso por la vida no dejará efectos, al menos buscados.

Una de las ideas que de ese libro me atrajeron es precisamente los efectos de la acción, su intencionalidad y su capacidad de transformación proyectada en el tiempo. ¿Cuántos efectos podemos identificar en nuestra vida cotidiana relacionados con hechos de acción de las personas en el pasado? Nuestro sistema de justicia se base en lo que hombres de acción propusieron hace al menos 2000 años. Saber esto y estudiar sus particularidades da ventajas, y por el estado en que está el mundo, en cuestiones de acción, la derecha con sus distintas caras a través de la historia es la que lo supo y lo sabe mejor.

Leer un libro a un niño es acción, estudiar algún tema de la realidad es acción, debatir con los compañeros, presentar una demanda colectiva en favor de alguien a quien se han vulnerado los derechos son actividades de acción. Y son, según lo explica Hannah Arendt, las actividades humanas que modifican las condiciones preexistentes y proyectan sus efectos en el tiempo.

En este sentido, la acción del espacio gobernante en Misiones proyecta sus efectos en la provincia y sobre sus habitantes desde hace 18 años y seguramente sus efectos perdurarán. Y lo hace, hasta ahora, sin oposición efectiva. A toda acción corresponde una reacción. En el caso de la provincia de Misiones la reacción de oposición no logra un equilibrio  y mucho menos torcer el rumbo. Una reacción con la fuerza para modificar el sentido de la política localdebería tener la suma de las diversas expresiones políticas y sociales que hoy actúan más o menos disgregadas y en todos estos años no han acertado en este propósito.

Claro que en el concierto de ideas que se expresan en nuestra provincia, no todas son compatibles entre sí, pero también se puede decir que en los últimos procesos electorales ha habido intentos de confluencia para presentar una oposición de sentido progresista contra el oficialismo gobernante. Distintos motivos han impedido la concreción de una construcción eficaz, atractiva al electorado y con proyección en el tiempo, siendo hasta ahora meros experimentos de coyuntura electoral que no se han sostenido más allá de finalizado el proceso electivo.

Los proyectos personales, la desorientación ideológica, la dependencia de instrucciones supra provinciales y, muchas veces, la incapacidad de los liderazgos han sido el impedimento pero, sobre todo, lo que ha mantenido a raya una construcción política de oposición han sido las ACCIONES del propio espacio gobernante que, con destreza, muchas veces malas artes y aprovechando el vacío opositor, ha sabido mover sus piezas para lograrlo.

Hay que saber que los ciclos, las olas, como dice García Linera, se producen tarde o temprano. Pero la acción para modificar el contexto y crear las condiciones para que esos ciclos terminen de producirse está en manos de las sociedades y la oportuna interpretación de sus dirigentes. Los fracasos obtenidos debería ser materia prima para seguir construyendo la alternativa buscada.

Hay condiciones objetivas sobre las cuales se pueden ofrecer al pueblo misionero una propuesta superadora de este período de estancamiento y mediocridad en que nos encontramos. ¿Es que la sociedad misionera acepta que el gobierno siga hablando de educación finlandesa mientras sus hijos asisten a escuelas rancho?, ¿debemos seguir tolerando una justicia que exculpa a hijos del poder y encarcela 14 años a una inocente o persigue a los desvalidos? Extraños negocios medioambientales, una economía basada en el extractivismo sin valor agregado, un desprecio por los derechos de las niñas y tantos temas de los que no se habla deben ser llevados a la comunidad para su conocimiento y discusión.

Estas preguntas y tantos temas demorados, impedidos y ocultados son los que debemos discutir de cara a la sociedad para que sea ella misma la que a través de quienes intenten interpretarla produzcan la acción necesaria para modificar el rumbo de nuestra provincia y efectivamente, y no  través del vacío misionerismo, inicie un camino de desarrollo inclusivo, igualador y que se ocupe primero de los últimos.

Este proceso necesita un punto de partida ylas condiciones objetivas están dadas. Solo falta la conjunción entre el pueblo y los dirigentes pero sobre todo la voluntad popular de no conformarse con la tranquilidad mediocre que proyecta miseria y frustración generación tras generación. Tengamos la voluntad de intentarlo nuevamente.

Carlos Resio

Para analizar, reflexionar y debatir el ideario del Manifiesto Argentino, Carlos Resio, integrante de la Mesa Ejecutiva de la organización que conduce Mempo Giardinelli, comparte propuestas de la agenda pública en su columna semanal de cada miércoles, a las 7,30 en el programa Contala como quieras, en La 99.3

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