El alto costo financiero, la mayor amenaza
“Todo lo relacionado con hierro y acero depende mucho de los vaivenes del dólar, y en forma indirecta la apertura de importaciones siempre afecta a la industria local”, pero para la manufacturación metalúrgica misionera el problema más acuciante es “el alto costo financiero para inversiones”, consideró José Miño, empresario del sector, en una charla con “Contala como quieras”.
Ex titular de la Cámara Misionera de Industriales Metalúrgicos (CAMIM), Miño repasó la actualidad del sector, caracterizado por ser “muy diversificado, de acuerdo con las necesidades del desarrollo productivo de la provincia”.
En líneas generales, las metalúrgicas de la zona sur (esencialmente Posadas y sus ciudades más cercanas) están enfocadas a la construcción, mientras que en la zona centro la industria se concentra en la demanda de la producción de yerba, té y tabaco, y en el norte la actividad se relaciona con las necesidades de la forestoindustria.
Caracterizada, entonces, por “no tener una estandarización de los productos, ya que cada cliente necesita algo especial, la metalurgia misionera tiene procesos productivos que tardan meses, y eso acarrea un costo financiero que va gravando la inversión”, señaló Miño.
Esta dificultad compete “tanto a nuestra industria como a nuestros potenciales clientes”, lo que abarca desde la simple demanda de herramientas o máquinas hasta las necesidades de una estructura industrial más compleja.
Un relevamiento realizado por la cámara empresarial que agrupa a los industriales metalúrgicos hace unos años consignó la existencia de unas 240 empresas del ramo, desde las pequeñas herrerías hasta “un establecimiento de Oberá fabricante de cosechadoras de té que incluso está exportando”, señaló Miño, que les dan trabajo directo a unas cinco mil personas. El archivo de audio que acompaña esta nota reproduce la entrevista con José Miño.