Alfredo Ortellado fue secuestrado y torturado en 1976, con solo 17 años
Misiones no estuvo exenta de la crueldad de la última dictadura cívico militar que se inició el 24 de marzo de 1976 y concluyó el 10 de diciembre de 1983, hace 48 años. Con un proyecto económico de mayor concentración de la riqueza, la represión en la provincia se centró en los pequeños y medianos productores agrarios y en los trabajadores rurales organizados en las Ligas Agrarias y el Movimiento Agrario Misiones, pero también abarcó a jóvenes estudiantes secundarios y universitarios, trabajadores estatales, docentes y profesionales en los centros urbanos.
Alfredo Ortellado tenía 17 años en 1976 y era estudiante secundario y trabajador, integrante de la Unión de Estudiantes Secundarios. En septiembre de ese año, cuando se dirigía a la escuela en su bicicleta, fue secuestrado a plena luz del día por una patota de civil que lo introdujo en un auto Ford Taunus con destino desconocido.
«Ese es el auto que se usó en muchos de los secuestros que se realizaron en Posadas donde la mayor cantidad de detenciones se produjeron en septiembre y octubre del ’76, después que el interventor Juan Beltrametti, designado de facto el 24 de marzo, fue suplantado por el capitán de navío René Buteler en el mes de abril», relató Ortellado en el programa Contala como quieras, en La 99.3
«Los que me secuestraron no tenían identificación de ninguna fuerza pero me llevaron a la Jefatura de la Policía de Misiones, sobre calle Buenos Aires. De ahí me trasladaron a un lugar que no podía determinar en aquel momento pero que después se identificó como la Casita del Mártires» porque se encontraba en cercanía del arroyo de ese nombre, ubicaba al final de la avenida Chacabuco donde ahora hay una señalización. En el lugar funcionaba un destacamento policial desde donde, según testimonios de otros ex presos políticos, se veía la construcción del actual aeropuerto de Posadas y que fue reconocido en 1984 cuando allí ya solo quedaban escombros.
«Hasta ese lugar me llevaron varias veces durante las noches durante una semana. Ese era el lugar de torturas», recordó y continuó: «a la semana me trasladaron a la Unidad 17 de Candelaria del Servicio Penitenciario Federal donde los presos políticos permanecíamos separados de los comunes y el lugar funcionaba como centro clandestino de detención. Mientars tanto mi familia desconocía mi paradero pero como en un pueblo los secretos son difíciles de guardar, después de buscarme intensamente sin resultado, se enteraron que yo estaba en Candelaria».
«Los primeros días de diciembre a varios nos trasladaron a la cárcel de Resistencia, Chaco. Un buen día aparecieron en Candelaria efectivos y vehículos y nos cargaron y nos trasladaron al aeropuerto a la mayoría de los que estábamos ahí, no todos, y nos trasladaron a Resistencia en un avión Hércules», continuó Ortellado quien recuperó la libertad nueve meses después. «Yo tuve suerte porque otros compañeros estuvieron años, muchos hasta el final de la dictadura».
Después de ser liberado Ortellado permaneció alrededor de un año con detención condicional, volvió a la escuela donde fue estudiante abanderado.
«Yo tenía un muy buen promedio y la Armada me premió. Una locura porque meses antes me habían secuestrado y torturado, y la misma fuerza que era la que gobernaba Misiones me condecora en nombre del Gobierno provincial».
Posteriormente, Ortellado fue convocado para realizar el servicio militar que por esos años era obligatorio. «Otra vez me llevaron sin poder avisar a mi familia, que me encontró poco después y me fueron a visitar. Me tocó el Regimiento de Apóstoles donde también a los soldados nos maltrataban bastante. Ese año murieron dos soldados en la enfermería donde me tuvieron que llevar por un golpe que sufrí en las rodillas y tobillos», siguió el relato de Ortellado que hoy, 48 años después, padre de dos jóvenes, recuerda con detalles su propia historia como ex preso político y trabaja en Obra Social del Personal de Edificios de Rentas y Horizontal en Posadas.