Ahora amenazas y denuncias, después qué?
«Hay que odiar más a los periodistas» publicó el presidente Javier Milei en su cuenta de X. Inmediatamente sus troll compartieron el posteo y comentaron casi desorbitados que hay que «exterminar» a los periodistas «ensobrados». Poco después, el mismo Milei demandó penalmente a los periodistas Ari Lijalad, Carlos Pagni y Viviana Canosa. Al director de El Destape lo agredieron brutalmente en la calle. La sucesión de episodios fue escalando sin que las organizaciones de periodistas hayan hecho algo más que algún comunicado intrascendente.
Hace 42 años los argentinos y las argentinas recuperaban la democracia después de más de siete años de la dictadura más criminal de la historia del país. En esos años desaparecieron o fueron encarcelados o tuvieron que exiliarse alrededor de 200 periodistas. Entre ellos Rodolfo Walsh, Paco urondo y Héctor Oesterheld y los misioneros Hugo Dedieu y Julio César Capli. El periodismo es inherente a la democracia. Sin periodismo, sin libertad de expresión, sin libertad de prensa la democracia deja de serlo y deviene el autoritarismo y de allí se acerca peligrosamente a una dictadura.
En Sin apuros del sábado 17 de mayo, Beto Zeppa y Mariquita Torres pusieron el tema en la agenda pública local y reflexionaron al respecto con el escritor y periodista Hugo Muleiro, ex presidente de Comunicadores de la Argentina (COMUNA), y con Jorge «Coqui» Figueredo que acaba de inaugurar el dirario digital CPENa.
