Mitos y humo

(Por Carlos Resio) A manera bajada del título de esta columna, un mito es un conjunto de preceptos que se aceptan como verdades sin necesidad de corroboración por parte de quienes los reciben y circulan entre las poblaciones, y aún a nivel global, reglando de cierta forma el funcionamiento de una sociedad. Los ejemplos clásicos son los mitos fundantes de las naciones o el valor que se le atribuye a ciertos bienes que no son de necesidad vital como por ejemplo los metales preciosos como valor de cambio o de atesoramiento.

Carlos Resio en La 99.3 el 9 de marzo de 2022

El filósofo israelí, Yuval Harari, en su libro De animales a Dioses, asegura que lo que mantiene cohesionada a la especie humana en tanto animal social y racional, además de permitirle todos sus ensayos de organización social hasta hoy en día, son mitos generados tanto por las propias bases sociales como por sus élites intelectuales y gobernantes. El número aproximado a partir del cual los clanes de primates se dividen es de 150 individuos y es a través de estos mitos, según Harari, que podamos convivir en un mismo espacio geográfico más individuos porque es a través de creencias comunes que las personas puedan colaborar entre si aún sin conocerse.

Muchas veces, los mitos de los que hablo contribuyen a sostener y reproducir situaciones que benefician a unos sectores en detrimento de otros y solo cuando son destruidos el estatus quo que se mantuvo durante un tiempo puede ser modificado. En general las sociedades han aprendido a derribar los mitos mas o menos pacíficamente pero esto no fue siempre así y muchos de ellos fueron borrados con ríos de sangre y cabezas en una pica. Es notable ver como creencias fuertemente arraigadas como la de aceptar el carácter divino de un rey puede ser modificado diametralmente en un breve lapso como sucedió en la revolución francesa donde ese mito fue reemplazado por uno nuevo que le daba la soberanía al pueblo por ejemplo.Otro ejemplo es el patriarcado, un concepto basado en un conjunto de mitos muy arraigados que hacen que la lucha por derribarlos sea tan dura. Siempre los mitos son sostenidos por quienes se ven beneficiados, en este caso, como en muchos otros, el sistema de poder.

El estado nación argentino, fue creado alrededor de los mitos ofrecidos por Sarmiento y Mitre entre otros que delinearon el perfil de la Argentina en favor de los vencedores de Pavón, una oligarquía prebendaria, derrochadora y extranjerizante y gracias a ello pudieron mantenerse durante medio siglo sin oposición efectiva y a pesar de que se les disputa su hegemonía aún resisten en sus reductos de poder teniendo influencia decisiva en los destinos de nuestro país.

Desde el inicio de la historia, la transmisión de estos conceptos ha tenido distintos canales. El oral ha sido el más utilizado pero a partir de la invención de la escritura y los mecanismos de reproducción masiva de esta ha logrado que los efectos producidos hayan afectado a grupos sociales cada vez mas grandes y diversos. Los medios masivos de comunicación han potenciado el fenómeno de manera exponencial desde hace apenas unas décadas. Las políticas de educación pública también son herramientas que inciden en la difusión de mitos tanto para reforzarlos como para ponerlos bajo la mirada crítica de las sociedades y explica las posiciones duramente enfrentadas al respecto. De estas creencias grabadas a fuego en la mente popular nos habla magistralmente Arturo Jauretche en su manual de zonzeras argentinas.

Puede ser cierto que los mitos ayudan a la organización social y a veces los aceptamos si pensar demasiado pero es importante conocer su existencia y estar atentos para que sus efectos no sean paralizantes o vayan en sentido contrario a los intereses de las mayorías. La toma de conciencia y una posición crítica al sistema de mitos que rigen la sociedades son, a mi entender, conductas saludables. Pregunta Pedro Peretti, ¿Cómo es posible que en el país de una de las tierras más fértiles del mundo no se hable sobre el latifundio?

Esta introducción viene a cuento de lo que parece ser la construcción,en nuestra provincia,de nuevos imaginarios, nuevos mitos, por parte del gobierno provincial. Desde que el Frente Renovador de la Concordia llegó al poder se han comenzado a utilizar en los mensajes oficiales nuevas construcciones gramaticales con la inclusión de palabras poco utilizadas en el lenguaje popular, las más de las veces vocablos de idioma inglés, para describir supuestos nuevos paradigmas superadores. Al comienzo el cierre de los discursos se terminaban con un “hasta la victoria siempre”, en la actualidad ya no se utiliza esta forma y ha sido reemplazado frases como“Misionerismo diferenciador”, “Flippedlearning”, “educación disruptiva”, “espacios makers”, plantas de hidrogeno verde y tantos otras imaginativas propuestas de una política de “mentalidad hacedora” como lo consigna una nota en el diario Primera Edición del día 8 de marzo, de cobertura el lanzamiento del año lectivo de 2022, que más que nota parece un comunicado de prensa elaborado por el propio gobierno.

Recordemos que para que un mito se convierta en un elemento aglutinador y organizador de una sociedad debe ser aceptado masivamente, tener sentido integrador y de gesta y esto no sucede si mínimamente los beneficios de la propuesta no son percibidos por las sociedades. En el mundo real y a la vista hayen la provincia un sistema de educación pública con serios problemas de fragmentación y bajos recursos como los denunciados por el sector docente que mayoritariamente realizó sus reclamos en las calles de Posadas y otros puntos de la provincia este 2 de marzo pasado. El sistema de salud, si bien ofrece alta complejidad y ha mostrado algunos avances, aún no llega con buena calidad a toda la provincia. El servicio de justicia sigue mostrándose patriarcal, de escandaloso nepotismo y favoritismo además de graves casos de connivencia con el poder ejecutivo.

El gobierno provincial, en el poder desde hace 20 años, viene administrando una de las provincias con menor PBI per cápita del país y es la mitad que el del promedio nacional, que no produce sus propios alimentos (misiones produce solo el 10% de los huevos que consume), que tiene un sistema productivo que no incluye a las mayorías por estar fuertemente concentrado y estar basado en monocultivos con escaso o nulo valor agregado lo que determina que Misiones sea una de las provincias donde se pagan los sueldos más bajos en el sector privado y con ingresos fiscales que dependen en un 60% de  los aportes del tesoro nacional. Este gobierno no ha podido o no ha querido transformar las estructuras económicas descriptas con políticas específicas y aprovechar ventajas diferenciales (Informe productivo de Misiones MdeH de la Nacion 2018). Sólo propone la invención de frases extrañas, proyectos que luego de implementados demuestran su inutilidad y negocios para pocos en las áreas donde deberían prevalecer las políticas públicas que incluyan a toda la población en un proyecto común.

Si los mitos con los que se integra el relato de realización popular que impulse al pueblo a adoptarlo para hacerlo propio no se acompañan con verdaderas políticas que vayan en consonancia con lo enunciado, como el humo que no deja ver, van a ser barridos por el viento del tiempo y se terminarán olvidados sin haber dejado huellas permanentes sino nuevas frustraciones.

Para analizar, reflexionar y debatir el ideario del Manifiesto Argentino, Carlos Resio, integrante de la Mesa Ejecutiva de la organización que conduce Mempo Giardinelli, comparte propuestas de la agenda pública en su columna semanal de cada miércoles, a las 7,30 en el programa Contala como quieras, en La 99.3

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