Oficialistas sin pudor


El sostenido y grotesco esfuerzo editorial de los medios oficialistas por dinamitar la aproximación entre el kirchnerismo y Massa corrió el límite de la degradación periodística argentina. Clarín toma una expresión -que admite no verificada- de una única persona para propalar en tapa la leyenda “voto a la chorra”. La Nación retrocede en el tiempo: civilización (macrismo) o barbarie (peronismo K).
Hugo Mulerio en Contala como quieras de La 99.3

   El discurso de odio hacia el kirchnerismo, de ya larga trayectoria, y el ataque contenido a medias a quienes se le aproximen, como Massa, convivió en estos días con el operativo optimismo: Macri mejora en las encuestas, escriben al unísono. Pero los hechos no parecen convalidarlo, y tanto así que si bien Peña dio permiso para explorar en Buenos Aires un sistema de colectoras para que la gobernadora vaya en más de una boleta, el experimento no tiene mucho destino.

   Paradoja triste en la semana del Día del Periodista: con Clarín, La Nación e Infobae a la cabeza, los medios oficialistas demostraron que todavía no agotaron su repertorio de manipulaciones y que cada día pueden inventar algo para defender al dispositivo de poder del cual el régimen macrista es uno de sus brazos.

   El nuevo extremo lo tocó el martes Clarín: en la versión en línea, un título decía que Vidal dialoga con Massa. El primer párrafo decía que “habría” un posible diálogo. El segundo párrafo decía que ambas partes habían negado el diálogo.

   Y que Massa los haya desmentido en pocos minutos no les importa, porque no les importan los hechos: por eso se permiten machacar con la versión de una cumbre, versión que significa a la vez admitir que Vidal busca desesperada los votos de Massa porque el peligro de derrota es grande.

   Ya que Massa parece a punto de acordar con Alberto Fernández, se lanzan contra él, igual que los trolls de Peña, llamados ahora “voluntarios” en el lenguaje oficialista. Morales Solá, como siempre, en primera línea contra el ex intendente de Tigre. Pero no es el único objeto de ataques furiosos: el Papa la liga el domingo, en nota de Roa de Clarín, por haber mencionado la manipulación de la justicia, combinada con operaciones mediáticas, para perjudicar a opositores. “Nuevo abogado de Cristina”, es el rótulo para Francisco.

   También hay metralla mediática para el simple y desguarnecido votante, encarnado en un supuesto ciudadano que participó de un supuesto “focus group”. Clarín, en nota de Van der Kooy este domingo 9 de junio, habla de un votante del macrismo en 2015 y 2017 que ahora está enojadísimo y desencantado (¿por qué será?) y que dice: “me parece que amo a la chorra”. Palabrita que va a los espacios principales del diario, impreso y digital, con un dibujito de “Ella”.

   Así que el bueno de Macri se encuentra, dice el columnista, con un “problema cultural”: los votantes que no saben votar, que no tienen moral. Por este desfiladero anda también Morales Solá: parece que el segundo gran amor de su vida, el senador Pichetto -el primero es y será Macri- está negociando a cuatro manos con el macrismo para quedar enganchado en caso de reelección.

   Y en el “pensamiento” del gran senador está la idea, dice Morales Solá, de que en la elección está en juego un “sistema”, más que un gobierno o un partido. Y así retrocede en el tiempo para la disyuntiva “civilización o barbarie” reformulada con maquillaje de poca calidad: confrontarán el macrismo y el peronismo bueno -es decir el anti K- con el peronismo feo, sucio, malo, el peronismo K, y la izquierda. República versus “Irán, Rusia, Venezuela, Cuba”.

   Además, si Massa va con los peronistas malos será su “suicidio político”, consecuencia de “confusión intelectual y política”.

   En este electoralismo desenfadado, La Nación e Infobae escoltaron a Clarín, aunque con despliegues más cuidadosos, en las operaciones para mostrar a Massa hablando al mismo tiempo con Vidal y Alberto Fernández. También fue indicativo de la desesperación oficialista el título de tapa de Clarín de esta semana para traer al presente, por enésima vez, el cadáver de Nisman. El fenomenal “hallazgo periodístico” dice esto: el día de la muerte del fiscal, la entonces presidenta habló un montón de veces por teléfono con su secretario de Seguridad. ¡Tremendo!

   Kirschbaum, en el mismo diario, insiste en acusar a Alberto Fernández de tener ya armada la “impunidad” para “Ella”, un recurso de campaña que será tan usado como los procesamientos de Bonadío.

   Ante este despliegue, quedan espacios apenas marginales para otros temas, como la interna de Cambiemos y la definición de la fórmula oficialista. Hay varios postulados para acompañar a Macri, desde el ex peronista Monzó a Urtubey. Y una larga lista de “radicales”, por así llamarlos: Sanz entre ellos, y algunas figuras casi desconocidas, títeres del siniestro Coti Nosiglia (a quien los medios oficialistas definen como muy allegado a Macri) y de Cobos.

   Todo esto coronado por un “operativo optimismo”: varios dactilógrafos teclean que Macri se está recuperando en las encuestas.

Semana a semana el periodista y escritor Hugo Muleiro repasa con detenimiento las columnas de opinión y análisis de los principales medios gráficos de mayor alcance nacional en tanto hegemónicos. Sus columnas se publican en Comunicadores de la Argentina (OPERETAS. www.comunanet.com.ar)

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