Los mbya no son prioridad

Con dos hijos discapacitados, Salustiano Benítez, de la aldea mbya Guapo’y, en Puerto Libertad, reclama la asistencia del Estado provincial para continuar con el tratamiento médico y de rehabilitación de Enrique y Axel, ambos con retrasos madurativos y otras afecciones.

Aunque el Gobierno provincial cuenta con un Programa de Salud de Pueblos Indígenas, a los Benítez el beneficio no los alcanza. En la Zona Norte hay tres vehículos del programa, pero «se comprometen y después no cumplen, y encima salen a decir públicamente que nos ayudan a los guaraníes. El estado de nuestros hijos demuestra que lamentablemente eso no ocurre. No hay un verdadero relevamiento en las aldeas», denunció Benítez.

El caso de los Benítez se conoció a raíz de la asistencia que recibió el matrimonio de Elías y Renata Sayas tras insistir con la necesidad de una vivienda donde criar a su pequeña Rita, que nació cincomesina y padece cardiopatías. Los Sayas fueron atendidos por el diputado provincial Martín Sereno y, a través suyo,por el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional.

Salustiano e Isabel Benítez son padres de varios hijos, entre ellos Enrique y Axel por quienes piden traslados para la atención y control médico, además de la provisión de la leche especial recetada para ambos, quienes, además, cuentan con el Certificado Único de Discapacidad.
«Tengo dos hijos discapacitados, ellos necesitan un seguimiento especial de los médicos»contó Benítez. «Al más chico, Enrique, hace un año le hicieron los primeros controles en Posadas, los médicos tenían que seguir con eso y hasta ahora no lo llevaron más, relató y añadió: » Nos dijeron que le iban a conseguir un carrito de tres ruedas para que pueda estar erguido pero aún no se resolvió».

El pequeño Enrique padece retraso madurativo y discapacidad motriz, «pero con esos elementos podría moverse mejor», aseguró su padre al tiempo que se quejó que «hasta ahora mis hijos están olvidados por Salud Pública».

El otro hijo con discapacidad es Axel, de solo un año y seis meses. «Los médicos de Posadas nos explicaron que él puede digerir bien los alimentos, pero si le no le damos la leche especial se le complica, tiene problemas intestinales». El pequeño también padece retraso madurativo y convulsiona. Debe ingerir un medicamento cada 12 horas al que acceden en el Hospital de Eldorado, pero el problema entonces es el traslado. «Los médicos tienen que controlarlos y cuesta conseguir turnos y una vez que los tenemos, necesitamos un móvil para llevarlos», dice Benítez.

«No tenemos otro ingreso más que el aporte de la Asignación Universal por Hijo», contó y coincidió con los Sayas en que el Iprodha debería garantizar la vivienda, el agua y la luz. «Estamos pidiendo que respeten nuestro derecho al agua potable y la luz eléctrica para que los chicos puedan estar bien», insistió.

 

Colaborá con Nosotros

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *