«Enseñar para pocos no es calidad educativa»

“Una gran política educativa es lograr que los papás y las mamás tengan trabajo, que en cada casa haya la posibilidad de comprar un libro”, definió Alberto Sileoni, enfocado en un plano que la educación no puede soslayar: “El social, en el que siempre les va peor a aquellos que menos tienen.”

El ex ministro de Educación de la Nación participó de los “Debates de hacha y tiza” centrados en la relación entre el modelo de enseñanza y el proyecto de sociedad  a construir y abogó por un sistema educativo “más inclusivo, que piense en el pleno de la sociedad, un modelo que no llamaría de calidad a un sistema que no tuviera a todos adentro”.

“Siempre las derechas tienen la intencionalidad de hacerte creer que la educación debiera ser un escenario aséptico, donde no entran la realidad ni el mundo, y esto evidentemente no es así. No hace mucho un ministro decía que entrar al aula a Santiago Maldonado es una canallada, y en las aulas argentinas están entrando al aula, a través de diversos programas, Coca Cola, HSBC, JP Morgan, las grandes empresas que destruyen el suelo de la patria y del mundo”, señaló el ex ministro en el programa de La 99.3.

Sileoni disparó munición gruesa contra la gestión nacional iniciada el 10 de diciembre de 2015: “Este gobierno sí llamaría de calidad a un sistema educativo que mejorara un poquito los resultados de las pruebas internacionales, aunque no tenga a todos los chicos de tres y cuatro años que debiera tener: no han construido una sola escuela para eso; lo consideraría así aunque no estuvieran todos los chicos en el secundario… Constantemente agreden a las universidades del Conurbano… El ataque a la educación pública es un ataque a la igualdad. No dejan de repetirlo: ‘¿Para qué tantas universidades?’ Y aquella frase canalla sobre que ‘les hicieron creer que podían tener un plasma’ tiene un capítulo educativo: ‘Les hicieron creer que cualquiera podía terminar el secundario, que cualquiera puede ir a la universidad’”, sostuvo.

“El neoliberalismo siempre tiene una mirada amarreta de la sociedad. Una mirada absolutamente egoísta, individualista, meritocrática, vacía, que no tiene espacio para los perdedores, que son muchos y cada vez más”, afirmó.

Las luchas anteriores

En su repaso por los orígenes del sistema educativo argentino, Sileoni reivindicó la figura de Manuel Belgrano: “Fue uno de los primeros en ponerse a pensar la educación para aquellos que estaban afuera. Hablaba de una educación inclusiva cuando no se usaba esa palabra. Decía que las mujeres, los pobres y los huérfanos debían educarse… Obligaba a los jueces a que a su vez obligaran a los padres a llevar a los chicos a la escuela”, señaló.

Y en contraste con aquellas inquietudes del creador de nuestra Bandera expuso un dato de la actualidad: “El Presidente este año no fue a las barrancas del Paraná a hacerle un homenaje a Belgrano porque no está a la altura de aquel mandato”, afirmó, para recordar enseguida que “el año pasado fue, hizo un discurso de seis minutos y terminó diciendo que Belgrano es una muestra de que sí se puede. Esa es la propuesta que tiene el neoliberalismo sobre el pasado: licuarlo absolutamente, reducirlo a la nada… Como decía Rodolfo Walsh, para que estemos siempre desconectados de luchas anteriores”.

“En la tradición pedagógica americana, hace doscientos años nuestros pensadores planteaban la relación entre modelo educativo y modelo de país, y hay un modelo que ya entonces se preguntaba en qué sociedad querés educar. Cuando Simón Rodríguez (filósofo y educador venezolano, considerado un mentor del libertador Simón Bolívar) decía que había que educar a todos, era un ‘todos’ absolutamente inclusivo: nadie quedaba afuera. (Domingo Faustino) Sarmiento también decía que había que educar a todos, y sin desconocer su tarea extraordinaria en la construcción del sistema educativo, el ‘todos’ de Sarmiento estaba repleto de excepciones: no a los indios, no a los gauchos, no a los inmigrantes”, diferenció.

“Quizá sea demasiado esquemático hablar de dos modelos educativos”, admitió, pero a la vez consideró que “ésa es una de las discusiones centrales en la vida política de los argentinos hoy”, y volvió a recurrir a la Historia, materia de la que es profesor, además de abogado: “(José Gervasio) Artigas decía que habrá patria para todos o para nadie”, y en lo relativo al establecimiento de un sistema educativo señaló que se plantea una disyuntiva en torno a si “habrá una patria con todos o una patria pequeña, para algunos, para los que pueden llegar, que nunca son los pobres”.

Inclusión y aprendizajes

“Es un sistema muy igualitario el nuestro. Junto con el de Uruguay es el que tiene menos analfabetos, junto con Chile tenemos la mayor cantidad de jóvenes en el secundario, junto con Cuba tenemos la más alta proporción de estudiantes universitarios respecto de la población, y el 80 por ciento de nuestros estudiantes universitarios van a universidades públicas, cosa que no les gusta nada a quienes hoy gobiernan”, dijo.

Sileoni admitió que el sistema educativo tiene muchos problemas por resolver: “Es cierto que había todavía muchos chicos que no entendían lo que leían, y eso era una tarea que nos quedaba por delante”, dijo. “Nosotros íbamos por un camino que todavía no tenía los resultados que esperábamos, pero lentamente se empezaba a mejorar, y los resultados del nivel bajo empezaban a acercarse a resultados medios”, destacó, sin embargo.

Reconoció que los resultados de las pruebas internacionales PISA “indican que teníamos que mejorar, evidentemente”, pero señaló que esas evaluaciones se hicieron entre una población escolar que tenía incorporados “a una gran cantidad de chicos que eran primera generación de estudiantes secundarios. Cuando incluís a cada vez más cantidad de jóvenes de los sectores más carecientes es probable que haya dificultades en los aprendizajes. Nunca dijimos que eso estaba bien”, enfatizó.

“Alguien puede decir: doce años es mucho. En esos doce años se incluyeron quinientos mil jóvenes más en el secundario, trescientos cincuenta mil chicos en el Nivel Inicial. Es un sistema educativo que tuvo estables sus resultados, que no los mejoró mucho, pero que cada vez incorporó más gente. Si uno educa para pocos, evidentemente esos resultados pueden mejorar más fácilmente”, sostuvo, en defensa de la gestión educativa iniciada en 2003, que él dirigió durante los últimos siete años.

“Hay otras cosas que tiene que hacer la escuela, que tienen que ver con inversión, con capacitación docente, con la posibilidad de que haya libros en las escuelas, de que haya planes de lectura, que hoy también se están desarmando. Había que seguir invirtiendo, seguir formando a los docentes, trabajar en planes de lectura… Hay que mirar al exterior pero no copiar mucho, porque la realidad finlandesa no se puede traspolar”, propuso.

Y destacó que “la sociedad argentina no tiene tantas coincidencias, pero en esa cuestión de la educación pública hay un consenso general de defenderla. Como lo hay en cuestiones relativas a la memoria: cuando te quieren mover el 24 de marzo, cuando te quieren imponer el dos por uno para los genocidas, ahí saltamos y decimos ‘No, éste es un límite’”.

Y cerró con una reflexión a futuro: “Hay que seguir pensando, a través de un gran acuerdo, qué educación queremos, y esa es tarea para el campo popular. ¿Para qué volver en (el tema) educación? ¿Cuáles van a ser las cosas que queremos llevar adelante? Algunos compañeros quieren volver al 9 de diciembre de 2015 y eso no está bien. Hay que pensar para adelante, en otros objetivos, en todo aquello que no hicimos y que debiéramos hacer.” El archivo de audio que acompaña esta nota reproduce la entrevista completa con el ex ministro Sileoni.

 

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