Descentralización de los análisis, arma clave contra el «enemigo invisible»

La descentralización de los análisis de posibles infecciones con coronavirus, que según aseguró el Ministerio de Salud Pública misionero tendrá en breve en la provincia al menos un laboratorio habilitado para hacerlos, será “fundamental para recuperar la iniciativa, saber por dónde circula el virus y poder actuar en consecuencia con las mejores medidas: proteger a los sanos y resguardar a los enfermos”, sostuvo el prestigioso bioquímico Enrique Jorge Deschutter.

“Las estrategias seguidas en los lugares donde se han obtenido mejores resultados ante la infección se asocian a la mayor cantidad posible de estudios de laboratorio sobre casos sospechosos para hacer el aislamiento de los que se van confirmando como positivos”, evaluó, entrevistado en el programa Contala como quieras.

Ex titular del Comité Ejecutivo de Desarrollo e Innovación Tecnológica (CEDIT), catedrático, docente en la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), Deschutter consideró que poner a disposición de la política sanitarista “la mayor cantidad posible de pruebas y, en base a ellas y al seguimiento, el monitoreo de los pacientes”, permitirá acercarse a “la certeza sobre dónde está el enemigo”.

“Por supuesto, siempre sosteniendo el aislamiento de los grupos de alto riesgo”, aclaró, “ya no serían 45 millones de personas encerradas en sus casas”.

“Además de la identificación del virus, su estructura o sus elementos, lo otro que permite el diagnóstico es identificar que el individuo estuvo en contacto con el virus y como consecuencia tuvo su respuesta, su defensa inmune, y entonces se pueden detectar anticuerpos: con estas pruebas uno identifica que la persona ha tenido en un tiempo reciente la infección, y esto también es importante para la salud pública”, destacó.

Un enemigo todavía poco conocido

“No hay antecedentes de una pandemia de estas características en la historia mundial por la velocidad de la transmisión, el modo terriblemente veloz con que esto se expandió a nivel planetario”, comentó, y explicó que ése también es un factor que atenta contra las certezas sobre cómo combatir el flagelo.

 “Estamos viendo la punta de un iceberg”, porque se está cuantificando en base a los casos “que están notificados e identificados y fueron estudiados, pero los posibles son muchos más. Hay un montón de personas que son afectadas por el virus pero no tienen clínica”, señaló.

Deschutter apuntó también a otro factor que, por la velocidad de su transmisión y la premura con que la ciencia se encuentra forzada a responder, atenta contra las respuestas certeras: “Todavía se desconoce el comportamiento del virus en relación con su eliminación en orina y materia fecal. Aún no se ha investigado qué potencialidad tiene para llegar a individuos sanos. Con condiciones ambientales negativas el impacto puede ser mucho mayor”, advirtió.

Y, con la aclaración de que su advertencia no tiene que generar pánico, aseguró: “Esto va a crecer, y lo hará a cifras de miles… Y no lo digo porque sea escéptico en relación con las medidas del Gobierno, que son excelentes, sino por las características del virus en su transmisión.”

“Como el virus empieza a entrar en contacto con otra persona cuando el que lo padece aún no tiene síntomas, se hace imposible poder contenerlo”, explicó.

El “enemigo invisible”, como lo llamó el presidente Alberto Fernández, presenta la particularidad de que “hasta diez o quince días después de la cura el que atravesó la infección sigue ‘desparramando’ el virus. Esto hace imposible garantizar que no se disperse y amplifique la distribución de la infección entre la población”, dijo Deschutter.

El archivo de audio que acompaña esta nota reproduce la entrevista completa con el doctor Enrique Jorge Deschutter.

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