Carvallo, el represor y sus redes de protección

El locutor y periodista Carlos Carvallo, ex agente de inteligencia e integrante de los grupos de tareas de la represión ilegal ejercida por la última dictadura cívico-militar, contó con “una red de protección” que incluso lo puso sobre aviso sobre su inminente detención en 2014 y le permitió permanecer cuatro años clandestino y prófugo de la Justicia hasta 2018, cuando fue capturado en Posadas.

Así lo aseguró Manuel Ramat, el hombre que identificó a Carvallo como uno de los autores de su secuestro y las torturas recibidas cuando fue “chupado” por una patota del aparato genocida en Paraná, en 1976.


Manuel Ramat en La 99.3, el 25 de septiembre de 2020.

Víctima de la violencia del reconocido conductor de programas radiales de Posadas cuando actuó, durante la última dictadura, como agente del Batallón 601 de Inteligencia y se presentaba como oficial de Investigaciones de la Policía de Entre Ríos, Ramat habló con el programa de La 99.3 el día en que estaba previsto que se presentaran los alegatos de la defensa y la parte acusadora en la causa que juzga a Carvallo por delitos de lesa humanidad. Finalmente, esas presentaciones fueron postergadas para el próximo 14 de octubre, según dispuso el juez que deberá dictar sentencia, Pablo Seró.

Actualmente delegado de la Asociación de Trabajadores del  Estado (ATE) en la capital entrerriana, Ramat le dijo al programa Contala como quieras que conoció a Carvallo en junio de 1976, unos meses antes de su secuestro: el día 11 de aquel mes había sido asesinado un hermano de Ramat “que trabajaba en Techint”; dos días después, en un allanamiento a la casa de su padre en el que supuestamente se buscaban pruebas de las actividades ilícitas del joven acribillado, cuando Ramat reclamó que terminaran con ese procedimiento, Carvallo se presentó como el responsable de aquella intromisión.   

Tres meses y medio después, y tras un primer secuestro y detención ilegal de la que fue liberado a las pocas horas, Ramat fue citado por la Policía entrerriana; “el comisario Escobar, que estaba a cargo de la Jefatura, me avisó que a la tarde me iría a buscar Carvallo. Y así fue”, contó la víctima, que por entonces era militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP).

Esa misma tarde del 30 de septiembre de 1976 Ramat fue detenido: “Me subieron a un Falcon, esposado, y se dirigieron hacia Santa Fe”, y ya en una zona llamada Colastiné Sur “me bajaron del auto, me encapucharon y me metieron en el baúl”, recordó.

Desde ese baúl Ramat pudo darse cuenta de que regresaban hacia Paraná por el Túnel Subfluvial que comunica ambas capitales provinciales, y pasados unos días desde su secuestro pudo deducir por “el ruido del tren a determinada hora de la tarde, una línea de alta tensión que se veía a través de la puerta” de la celda en que lo mantenían cautivo que estaba “en la vieja comisaría de El Brete, cerca del Acceso Norte a la ciudad, enfrente de donde está actualmente” esa seccional.

Frente a esa celda estaba la sala de interrogatorios, en la que Ramat fue sometido a tormentos, y aunque él estaba “en una cama, encapuchado, estaqueado”, y no podía ver a sus verdugos, escuchaba a Carvallo, que incluso se jactaba de formar parte de los grupos de tareas.

En los interrogatorios “Carvallo decía que desde el año anterior (1975) estaba recibiendo instrucción de los militares en lo referido a torturas, secuestros, desapariciones, todas las formas de operar de los grupos de tareas”, contó su víctima.

Cuando se “legalizó” su detención, Ramat quedó a expensas de un tribunal militar, “sin derecho a defensa ni a justicia”, y recién en 1982, cuando tuvo oportunidad de declarar ante un juez, pudo denunciar a Carvallo.

 “No sé hasta qué fecha siguió actuando como agente civil de inteligencia. Posiblemente estando en Misiones haya seguido operando”, supuso Ramat, que perdió el rastro de Carvallo hasta 2014, cuando “leyendo los expedientes me enteré, y eso es lo que le dije al juez, que era locutor o algo así y que trabajaba en Formosa o en Misiones”.

Carvallo “tiene que dar explicaciones no sólo por mí sino por un montón de hechos” criminales de la represión ilegal con que se perpetró el genocidio planeado y ejecutado por la dictadura, y recordó al respecto que “ya en 1975 se produjo la primera desaparición en la provincia (de Entre Ríos), y él tiene mucho que explicar sobre todo lo que se vivió acá”.

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