Vos que sabés de todo, Juan

En estos días la tele y los diarios nacionales, que es lo que los argentinos tragamos hasta atragantarnos, nos están mostrando la historia de un jubilado que mató a un ladrón en el interior de su casa. Allá fuimos todos, como expertos, a opinar sobre qué carátula le corresponde a su acusación y a discutir a los gritos con los panelistas de toda laya que se horrorizan con la justicia por mano propia los unos y contra el garantismozaffaroniano los otros. Ahora es este tema, como ayer fue otro y mañana será distinto. No importa el rubro, en un segundo nos viene e impulso por opinar y fijar posición.
Carlos Resio en La 99.3 el 22 de Julio de 2020

(Carlos Resio) Como ya saben, me gusta bucear en mi prehistoria y me acordé de un sketch, Juan y Juan se llamaba, del programa humorístico La Escopeta, de Hugo Moser, en la que Juan Carlos Galván le decía a UlicesDumont, “Juan, vos que sabes todo, decime …” y el otro se explayaba como un experto. Esa frase usaba mi mamá para cargarme porque era un pretensioso e insoportable niñoque quería saberlotodo y es probable que a veces aún lo sea ya que de tanto en tanto me lo dice. ¿Será una cualidad argentina? ¿La aseveración profesoral en el café es solo nuestro? Parece que no

El efecto Dunning-Kruger puede resumirse en una frase: cuanto menos sabemos, más creemos saber. Es un sesgo cognitivo según el cual, las personas con menos habilidades, capacidades y conocimientos tienden a sobrestimar esas mismas habilidades, capacidades y conocimientos. Como resultado, estas personas suelen convertirse en ultracrepidianos; gente que opina sobre todo lo que escucha sin tener idea, pero pensando que sabe mucho más que los demás. (me encantó aprender que no existe crepidiano sin el prefijo ultra)

El problema es que las víctimas del efecto Dunning-Kruger no se limitan a dar una opinión ni a sugerir sino que intentan imponer sus ideas, como si fueran verdades absolutas, haciendo pasar a los demás por incompetentes. Obviamente, lidiar con ellos no es fácil porque suelen tener un pensamiento muy rígido.

Entonces los investigadores notaron que cuanto mayor era la incompetencia de la persona, menos consciente era de ella. Paradójicamente, las personas más competentes y capaces solían infravalorar su competencia y conocimiento (Se demuestra el “Solo sé que no sé nada de Sócrates”). Así surgió el efecto Dunning-Kruger. Para que tengamos una idea de hasta qué punto se puede llegar, esta investigación fue inspirada en un caso en que un ladrón quiso robar a cara descubierta porque creía que pasándose jugo de limón por la cara, su imagen no podría ser captada por las cámaras.

Esta pulsión que nos mantiene prendidos a este tipo de circo tiene un segundo efecto negativo, según creo, que es el de alejarnos de los temas que realmente nos afectan o impactan en forma directa en nuestras vidas. ¿Cuánto sabemos acerca de casos de justicia por mano propia y violencia institucional en nuestra provincia? ¿Y cuánto sobre desapariciones o crímenes no resueltos? ¿Cuántos misioneros se habrán enterado por los diarios o canales de televisión local acerca de la nueva incursión de la COMIP sobre la represa de Corpus? Entre tantos otros temas que realmente deberían preocuparnos e intentar obtener información relevante.

Creo que la buena noticia que nos da el estudio de D-K es que las personas más competentes y capaces suelen dudar de sus conocimientos y tienen una prudente actitud antes de opinar. Esto significa que podemos salir de este sesgo con un sistema educativo que realmente nos transforme en ciudadanos competentes y críticos. Aunque no es fácil y va en contracorriente de lo que los que mandan quieren, podemos pelear para que se vaya en ese sentido

Por último, la conclusión propositiva del estudio nos dice

  • Seamos consciente al menos de la existencia de este sesgo cognitivo.
  • Dejemos siempre un espacio para la duda, para formas diferentes de pensar y hacer las cosas.
  • Opinemos siempre desde el respeto a los demás, por muy seguro que estemos de nuestra opinión, no intentemos imponerla.
Carlos Resio

El Manifiesto Argentino es un colectivo integrado por ciudadanos y ciudadanas de toda la república, y todas las profesiones y actividades, que ha instalado ya en la agenda política de la República Argentina algunas ideas hoy fundamentales para la vida nacional. En primer lugar la necesidad de una Reforma Constitucional profunda y popular de la que resulte una Nueva Constitución Nacional.

Para analizar, reflexionar y debatir el ideario del Manifiesto Argentino, Carlos Resio, integrante de la Mesa Ejecutiva de la organización que conduce Mempo Giardinelli, comparte propuestas de la agenda pública en su columna semanal de cada miércoles, a las 7,30 en el programa Contala como quieras, en La 99.3

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