Mano a mano

(PL) Los gobernantes de la República Democrática Popular de Corea (RPDC) y Estados Unidos abrieron ayer en Singapur una reunión considerada histórica por ser la primera de su tipo en casi siete décadas y vital para desnuclearizar la península coreana.

A las 09:04, hora local, de la ciudad-Estado arrancó el encuentro del líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente estadounidense, Donald Trump, con el saludo formal.

Al comienzo del encuentro, ambos líderes se han estrechado la mano. En una breve aparición ante la prensa antes del inicio de la reunión bilateral, Kim Jong-un ha destacado que Corea del Norte y EE.UU. han tenido que superar muchos obstáculos para poder celebrar esta cumbre.

En un inicio, los dos sostendrán pláticas en privado durante 45 minutos y solo acompañados de los traductores.
Luego, celebrarán un encuentro ampliado y más tarde un almuerzo de trabajo con la presencia de altos funcionarios de sus respectivos gobiernos.
Según la Casa Blanca, Trump ofrecerá una rueda de prensa ante dos mil 500 periodistas presentes en Singapur antes de partir en la noche de regreso a Estados Unidos.
Por su parte, la agencia norcoreana de información KCNA indicó que Kim enfocará el diálogo en el establecimiento de un mecanismo permanente destinado a concretar la paz, resolver la desnuclearización de la península y otros asuntos de mutuo interés.
El mandatario asiático también intercambiará con el estadounidense ‘puntos de vista amplios y profundos’ para mejorar las relaciones bilaterales y desarrollarlas a tono con los tiempos actuales, agregó ese medio de prensa.
El encuentro capta la atención global y se enmarca en un proceso abierto precisamente por Kim a principios de 2018 con el objetivo de lograr la distensión y la paz en la península coreana.
También es visto como un elemento fundamental para concretar la desnuclearización pacífica de dicho territorio y un acuerdo de paz que reemplace el armisticio sellado en 1953 como fin de las hostilidades entre Pyongyang y Seúl.

Desde enero anterior la RPDC y Corea del Sur avanzan en la normalización de sus vínculos con reuniones frecuentes de funcionarios y entre sus máximos líderes que arrojaron consensos favorecedores para la reconciliación bilateral.

La comunidad internacional espera que la cita de hoy contribuya a un mayor entendimiento entre Pyongyang y Washington, aunque este último asegura que mantendrá las presiones hasta verificar por sí mismo el fin del programa nuclear de la nación asiática.

Esa postura dura discuerda con los gestos de la RPDC para pactar la paz, pues ya desmanteló su centro de ensayos nucleares de Punggye-ri como lo prometió.

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