La herencia de extraños y de propios

Mirta Botzman.

Voy a comenzar repitiendo una vez más que la actual situación económica y social que estamos viviendo tiene su origen en la herencia que con premeditación nos dejó el gobierno de cambiemos. Un enorme endeudamiento y un acuerdo imposible de cumplir con el FMI. Esa fue la trampa de la que no nos permitió salir la gestión o la falta de gestión de Martín Guzmán que nos tuvo dando vueltas con promesas de menores tasas, de mayores plazos y varios etcéteras más hasta que llegamos al punto sin retorno de tener que firmar o firmar un nuevo préstamo ahora de largo plazo para pagar el préstamo de corto plazo firmado por Macri.

Mirta Botzman en La 99.3 el 20 de octubre de 2022

La opaca negociación llevada adelante por Guzmán avalada y amparada por el presidente impidió que se desplegaran estrategias a nivel internacional para que el FMI se hiciera cargo de la gran parte de responsabilidad que le cabe por ese préstamo ruinoso e impagable acordado a Macri. Puede ser que la estrategia de Trump fuera que quería asegurar la reelección de Macri pero en realidad esto se parece mucho más a querer condicionar la política argentina y poner de rodillas al país y así facilitar la docilidad para la entrega de la soberanía sobre nuestros recursos naturales como el gas y petróleo de vaca muerta o el litio y minerales raros del norte del país, recursos que si se administraran con un sentido nacional podrían significar una excelente base para el desarrollo del país y disminuir la dependencia de los sojeros.

Hace pocos días, Guzmán desde algún escenario de Estados Unidos, en una nueva demostración de soberbia defendió su gestión y aclaró que el FMI es opaco y complicado, pero no contó que ocultó debajo de la alfombra un déficit fiscal mucho mayor al reconocido en ese momento y sin recursos para pagar un buque que llegaba con combustible al país, esas entre otras lindezas. Parece que la comprensiva y sensible de Kristalina Georgieva de hada buena se convirtió en la bruja de la película y el país se quedó con los daños de esa brujería. Ahora, con cada vencimiento de capital del préstamo del FMI se contrae una nueva deuda a pagar en diez años y como Estados Unidos eleva su tasa de interés para controlar su propia inflación, a nosotros se nos eleva exponencialmente los intereses que le tenemos que pagar al FMI. La deuda fugada por los sectores concentrados que a pesar de sus promesas el presidente se negó a investigar y dar a publicidad y luego la pandemia y la guerra en Ucrania terminó de configurar un cuadro muy difícil que desde el gobierno no supieron cómo salir y evitar dañar tanto el poder adquisitivo de los ingresos. Se requería mucha determinación y voluntad de transformar esa realidad voluntad de la que careció la gestión del gobierno.

Ahora el problema urgente a resolver es la inflación que contribuye en mayor medida a agravar la desfavorable distribución del ingreso actual. Cristian Carrillo publicó en la página web de El Destape información sobre como retrocedió la participación de los trabajadores en el valor agregado bruto nacional. Carrillo dice que, en el segundo trimestre, la participación de la remuneración al trabajo asalariado en el valor agregado bruto nacional se desplomó más de 5,2 puntos, al pasar de 38,2 por ciento en el primer trimestre a 33 por ciento en el segundo. Esta caída en un solo trimestre fue superior a la que se da habitualmente en un año; incluso en uno pésimo. La transferencia de recursos desde los asalariados hacia los dueños del capital acumula ya cinco años y esa transferencia se aceleró a partir de la espiralización de los precios desde marzo. En contraposición, el excedente de explotación de las empresas pasó de 47,8 por ciento al 56,6 por ciento de un trimestre al otro, según se desprende de la cuenta generación del ingreso que mide el INDEC. Una vez más tenemos que recordar que cuando Cristina dejó el gobierno en diciembre de 2015 la participación de los asalariados superaba el 50%, es decir, que los asalariados perdieron casi20 puntos de participación en el producido en el país. En medio de estos datos, la cúpula empresarial de la CGT arma un partido político para disputar lugares en las listas para las elecciones mientras se sigue negando a un aumento de suma fija para comenzar a paliar esta situación ya muy grave.

Para las personas cuyos ingresos no les alcanza para comer que no están recibiendo ni la Asignación Universal por Hijo, ni un plan social, ni ninguna otra transferencia del Estado, la cartera de economía prevé otorgar, con los fondos de lo recaudado con el dólar soja, una suma de 45 mil pesos a ser pagada en dos cuotas, una en noviembre y otra en diciembre. Se estima que existen 2 millones cien mil argentinos en esa condición, claro que si no se para el aumento de precios esa suma servirá de poco o nada. Mi otra duda es como hará el Estado para identificarlos y hacer efectivo el pago y si esto será posible para el mes de noviembre. Esperemos que sí.

El ministro Massa está proponiendo un nuevo plan para combatir la inflación que ahora se llama de precio justo que consistiría en congelar por 3 o 4 meses, entre 1500 o 2000 productos y propone que ese precio venga impreso en el empaque del producto tratando de evitar lo que viene sucediendo desde que comenzó este gobierno, que los empresarios se levantan de la mesa de negociación y mandan una lista con aumento de precios. A pesar de querer evitar los errores de sus antecesores, cometió al menos un mismo error que se viene repitiendo sistemáticamente en el gobierno, anuncian con tanto tiempo de antelación las medidas que les da mucho tiempo a los empresarios para aumentar los precios y armar estrategias y argumentos defensivos para evitar la medida. Obviamente muchas de las empresas mientras aumentaron sus precios ya manifestaron que de ninguna manera van a imprimir el precio en el envase, usando distintos argumentos.

La teoría dice que en un régimen de alta inflación como el que estamos padeciendo, se rompe o se pierde el sistema de precios de referencia, entonces se fijan precios con un margen de ganancia mayor por pura incertidumbre sobre cuáles serán los costos de reposición, es el conocido por las dudas. Si los costos resultan inferiores a los supuestos la ganancia queda realizada y los asalariados y consumidores pierden poder adquisitivo. Es decir que en la teoría hay más remarcación porque estamos en un régimen de alta inflación y no al revés. Claro que esta teoría no contempla el poder monopólico y corporativo de las grandes empresas con capacidad de fijar el precio que les parezca totalmente disociado de los costos de producción. Ellos conocen el sendero que recorrerán los costos, porque no se aumentaron las tarifas de luz para no acelerar más la inflación, no se aumentaron impuestos, no se provocó una devaluación abrupta y sólo para mencionar un ejemplo, el reciente acuerdo salarial de los trabajadores de neumáticos, se alcanzó recién cinco meses después de más de 30 reuniones de negociación. En ese lapso, fijaron el precio que quisieron e incluso abusaron de la capacidad de importar a un precio del dólar barato.

Otra dificultad que seguramente enfrenta la propuesta del Ministerio de Economía es que la cadena productiva incluye eslabones como toda la intermediación entre que el producto sale de la fábrica y llega a la góndola minorista y hay que ver como se garantiza el mantenimiento de precios congelados entre todos esos eslabones, Claramente nada fácil porque el poder de vigilancia y control en cantidad de inspectores que tuvo durante la gestión de Cristina la Secretaría de Comercio fue desmantelado durante el gobierno de Macri y no fue restaurada durante este gobierno.

El recurso de una devaluación general que normalmente se aplica antes de un plan de estabilización no es factible políticamente porque agravaría aún más la caída en el nivel de ingresos de la población, pero además la existencia de dólares múltiples para distintos sectores (soja, turismo, cultura/recitales, tecnológico) complica la posibilidad de saber a ciencia cierta cuál es el nivel del tipo de cambio que puede considerarse óptimo. De hecho, los sojeros ya están reclamando un dólar mayor al obtenido con el dólar soja y así se van fijando tipos de cambio diferenciales de acuerdo a la capacidad de presión de los distintos sectores. Es decir que descartada la posibilidad de una gran devaluación, lo que se necesita entonces es una especie de “estabilización light”, es decir instrumentos que corten la dinámica de las remarcaciones, pero sin devaluar.

Sin dudas Massa está en problemas. Claramente que el ministro se sienta parte del establishment no garantiza que el establishment se alinee políticamente a sus deseos, dirían, nada es personal esto es político y de tasa de ganancia. En una encuesta sobre expectativas empresariales que realiza el Coloquio de IDEA que nuclea a las 500 empresas que más facturan en nuestro país, mostró que, durante los gobiernos populares, las grandes empresas esperaron perder rentabilidad, pero en verdad ganaron y durante un gobierno de derecha como el macrismo con la aplicación de las políticas reclamadas por el propio Coloquio de IDEA pronosticaron ganar más, pero en verdad sus ganancias fueron menores. Evidentemente la ideología puede más que los datos de la realidad.

Así como el sistema judicial no se autodepura, las empresas no se autocontrolan. En un mundo fuertemente centralizado y concentrado, donde las grandes empresas (trasnacionales o nacionales transnacionalizadas) pueden igualar tasas de ganancias con sus inversiones en el país y en el exterior, se torna imprescindible el control del Estado. Evidentemente, al vincular su accionar a la cadena de valor internacional, condicionan el nivel de actividad y de comercio en general y son causantes sistemáticos de la crisis del sector externo, que provocan vía endeudamiento o fuga de excedentes.

Las corporaciones que operan en el país sólo aceptaron, y forzadamente, compartir parte de su poder durante el kirchnerismo porque obtuvieron tasas de ganancias mayores que en otros mercados, pero a sabiendas de que, en algún momento, esa relación no podía continuar por la simple razón de que su objetivo es vender desde nuestro país alimentos, materia prima, minerales y energía al exterior. No les interesa apuntalar el mercado interno y menos recomponer el poder adquisitivo de la población. Al contrario, tratan de reducir el consumo local para tener mayores saldos exportables.

El 17 de octubre, día de la lealtad peronista en la plaza de mayo que es el escenario natural de esa conmemoración se produjo una gran concentración en la que confluyeron organizaciones sindicales, políticas y sociales, pequeñas y medianas empresas y el PJ bonaerense, entre otros. Todos los presentes no sólo reivindicaron la gesta del 17 de octubre de 1945, sino también la aplicación de un modelo que tenga una mayor injerencia en la planificación de la economía y en la (re) construcción de la unidad nacional para evitar que la derecha regrese al poder en las elecciones del próximo año. Cuando los oradores nombraban a CFK los aplausos se incrementaban y el cántico de «Cristina presidenta» se imponía. Creo que no se puede ponderar adecuadamente este enorme acto sino no se pone de relieve el potente documento dado a conocer por los organizadores. Cuando lo leí sentí que ese documento recuperaba para el presente lo mejor de la tradición sindical argentina que fue plasmado en los históricos documentos de La Falda en 1957, llamado Programa para la Independencia Económica, el programa de Huerta grande de junio de 1962,y el Programa de la C.G.T. de los Argentinos del 1 de Mayo de 1968. Recomiendo calurosamente la lectura de los cuatro documentos y les aseguro que el optimismo volverá como sonrisa a sus rostros. Como dice el ex vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera y lo voy a parafrasear porque no tengo la cita literal, la vida de todo militante es triunfar, perder, caerse, levantarse, luchar, triunfar y así se nos va la vida. Creo que estamos en la fase de la lucha, falta menos para triunfar.

Para terminar, elegí leer un párrafo del documento dado a conocer el lunes:

Es hora pues, de que el movimiento sindical, las organizaciones sociales y políticas, los pequeños y medianos productores agropecuarios e industriales, el cooperativismo y todos los sectores que están identificados en los hechos con el interés nacional, dotados de la solidaridad imprescindible para la vida en comunidad, representativos de la inmensa mayoría de nuestro Pueblo, reemprendamos el camino para recuperar nuestro derecho a la autodeterminación, a nuestra Independencia Real, sin la que no hay Nación, Democracia, ni Justicia Social.

Mirta Botzman

La economista Mirta Botzman nos propone una mirada nacional, popular y democrática de la economía nacional e internacional, todos los jueves, a las 7,30, en su columna Cuentas Claras en el programa Contala como quieras, en La 99.3.

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