La difícil tarea de llevar el aula a casa

“Sin presencialidad, el año pasado hubo chicos que no tuvieron acceso” a los contenidos virtuales del sistema educativo, le dijo a Contala como quieras Gladys Ledesma, directora del Colegio Provincial Nº 1, “Martín de Moussy”, en pleno centro de Posadas, y por eso la institución multiplica sus esfuerzos para “fomentar el uso de las herramientas informáticas, que ya sean parte del uso del alumno”.

“Eso tenemos que seguir incentivándolo”, comentó la docente mientras se desarrollaba la segunda semana de la vuelta a las clases presenciales,  para que “en caso de que tengamos que volver atrás por cuestiones epidemiológicas nuestros chicos, los de la escuela pública, estén preparados igual que todos los otros chicos de escuelas privadas”.

Desde el colegio se trabaja con los materiales elaborados por el Ministerio de Educación y brindando cursos de la institución, buscando paralelamente que los alumnos “puedan trabajar con su teléfono, con su computadora… Y si no pueden en la casa, en algún lugar, que alguien les facilite, en los centros de apoyo”, el acceso a las plataformas virtuales como vía para la adquisición de conocimientos.

El colegio dispuso durante la primera semana del ciclo lectivo 2021 la concurrencia de todos los alumnos de 1º y 2º año, mientras que los de 3º, 4º y 5º tuvieron sus clases presenciales en la segunda semana.

Para la semana próxima van a trabajar con los cinco años del Nivel Secundario, pero ya con “un sistema de alternancia por grupos, de acuerdo con la matrícula: una semana viene un grupo, lleva la tarea y a la semana siguiente la presencialidad es para el otro grupo. En algunos casos viene el grupo entero, porque alcanzan los espacios”, explicó Ledesma.

En esa búsqueda del equilibrio entre las clases presenciales y las brindadas a distancia, que también debe contemplar los aspectos estrictamente sanitarios, la directora reconoció muy especialmente el esfuerzo del personal no docente: “Los porteros están corriendo de un lado a otro”, definió.

“El Gobierno nos fue dando los sanitizantes, pero las cosas de limpieza siempre faltan”, admitió, y contó que para completar esa necesidad permanente de elementos de higiene el colegio se apoya en los aportes de la asociación cooperadora.

“También ayuda mucho el personal administrativo”, que se ocupa de limpiar sus propios espacios, “porque no nos queda tiempo para que los porteros se ocupen”, contó Ledesma.

Para facilitar el trabajo del personal auxiliar, el colegio empezó a adquirir “fumigadores más livianos, más fáciles de transportar, para acelerar el trabajo de los porteros”, que deben aprovechar los tiempos del recreo de los alumnos para sanitizar las aulas y dejarlas rápidamente en condiciones de volver a ocuparse.

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