Felicidad

Clarín, La Nación e Infobae destilan felicidad por el encarcelamiento de Lula y dan por segura su proscripción: aseguran que no podrá ser candidato.

En sus sueños de plenitud dicen que “quizás se esté escribiendo allá un mensaje para ser leído aquí”, como publicó el editor Roa en Clarín, el jueves, y no hizo falta que nombrara a Cristina Fernández de Kirchner.

La toma de posición es previsible, no precisa interpretación. En las “crónicas” y relatos de cómo llegó Lula a la cárcel hay una censura expresa a lo que está en juego en Brasil y en toda la región: los dispositivos que van tomando el poder, que integran las corporaciones internacionales y oligarquías nacionales, con sus sistemas mediáticos dominantes y su manipulación de la justicia, aplican una durísima regresión en la distribución de la riqueza, quitan derechos a la población y organizan la transferencia de esa riqueza al exterior. Por eso estas crónicas no mencionan los cambios en Brasil a la política de Lula sobre la propiedad estatal del petróleo, ni la reforma laboral, ni la destrucción de las políticas sociales. Y mucho menos mencionan los asesinatos de fuerzas estatales y paraestatales en nuestros países para sostener el «modelo».

Lo demás es repetición de maniobras informativas: “analistas” de Clarín, La Nación, Infobae, afirman que la corrupción en Brasil fue prácticamente creada por Lula a partir de la empresa Petrobras, como si antes jamás hubiera sucedido nada, ignorando en especial la corrupción en el gobierno del admirado Fernando Henrique Cardoso.

La reacción política que intentan Lula y el PT es minimizada e insultada: Clarín usó varias veces, incluso en tapa, la palabra “circo” para la permanencia de Lula en el sindicato de metalúrgicos de San Pablo antes de entregarse. Hoy La Nación, reproduciendo una nota de Globo, habla de “fanfarria”. El sábado había copiado la palabreja implantada por Clarín, “circo”.

Por supuesto, no hay una sola mención al papel esencial de los dispositivos de información y opinión brasileños comandados por Globo para derrocar a Dilma Rousseff en agosto de 2016 y ahora para encarcelar a Lula, ni una mera recordación de que el juez Moro, “capacitado” permanentemente en Estados Unidos, a donde viaja con frecuencia, lanzó operativos y causas después de versiones lanzadas por Globo, como muchas veces ocurrió también en Argentina.

El ataque a Lula apenas está a medio camino, sepámoslo. En la nota de Globo que La Nación copia y pega hoy, el grupo que comanda este ataque oligárquico al pueblo brasileño anuncia que Lula no será candidato y que, para asegurar esa proscripción -que obviamente no llama así-, están previstas nuevas condenas a Lula en mayo o junio.

Igual que en Argentina en 2017 -y como ocurrirá seguramente en 2019- el despliegue judicial sigue el calendario electoral y obedece a las necesidades de quienes detentan el poder.

La columna de Hugo en Contala como quieras (10/4):

Semana a semana el periodista y escritor Hugo Muleiro repasa con detenimiento las columnas de opinión y análisis de los principales medios gráficos de mayor alcance nacional en tanto hegemónicos.

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