El triunfo de los pañuelos verdes

A las diez de la mañana de este jueves la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación le dio media sanción al proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo con 129 a favor y 125 en contra, que ahora pasará al Senado para atravesar la última etapa para convertir en ley la legalización del aborto. Una multitud conglomerada frente al Palacio Legislativo, con miles de personas que habían pasado la fría noche a la intemperie expectantes de la votación, estalló en vítores, cánticos y otras manifestaciones de celebración por el histórico paso dado para que la interrupción de un embarazo ya no sea considerada un crimen.

La iniciativa aprobada por la Cámara baja tiene como eje el texto original presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, pero se consensuaron modificaciones a fin de sumar el apoyo de muchos diputados indecisos en torno a una cuestión que planteó posiciones enfrentadas aun al interior de los bloques parlamentarios, lo que dejó en evidencia la transversalidad de la discusión en debate.

El punto principal aprobado, que permaneció inalterable, consiste en permitir el aborto a simple demanda hasta la semana 14; superado ese plazo, se habilita la práctica en casos de violación, riesgo para la vida o la salud de la gestante, o si se diagnosticara la inviabilidad de vida extrauterina del feto.

Además, se incorporó la objeción de conciencia individual; se agregó la creación de consejerías integrales no obligatorias pre y post aborto; y en el caso de las menores de 16 años se remite al artículo 26 del Código Civil, donde se presume que la mujer “tiene aptitud para decidir por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física”.

Otro punto importante del dictamen es que se sanciona con pena de prisión de entre tres y diez años al médico que obre sin consentimiento de la mujer; y con penas de entre tres meses y un año si realiza el aborto a partir de la semana 15, sin consentimiento de la gestante -salvo si se verifica alguna de las causales antes citadas.

La votación de esta mañana se había esperado con expectación desde las once de la mañana del miércoles, cuando se inició la histórica sesión de Diputados. La Plaza del Congreso, vallada al medio para separar a las columnas de manifestantes a favor y en contra del proyecto, había reunido a multitudes a uno y otro lado: los opositores a la iniciativa, mayoritariamente identificados con pañuelos celestes, congregados sobre la avenida Entre Ríos; los impulsores de la legalización del aborto, con pañuelos verdes, sobre la avenida Callao.

A la hora de la votación, la columna “verde”, que desde primera hora había sido mucho más numerosa y que se mantuvo así durante toda la fría madrugada, soltó la celebración: se lograba un avance histórico en la protección del derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo y en defensa de la salud pública, especialmente de las de menores recursos.

Así lo dejó expreso durante la sesión la diputada kirchnerista bonaerense Mónica Macha: “No importa lo que hacemos nosotros ni lo que creemos religiosamente; importa sí que esto implica la muerte de muchísimas mujeres en la Argentina todos los años y que de no legalizar el aborto esas muertes se van a seguir produciendo”, sostuvo, para agregar que “importa también que nos podamos ubicar como un Estado laico, que es lo que somos, y entonces pensar que las distintas creencias religiosas son parte de nuestra cultura y para muchas personas pueden ser discurso e instituciones fundamentales, pero no lo son para todos y para todas”.

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