Unidad Nacional por la Soberanía con Justicia Social

Mirta Botzman.

Quiero retomar hoy un tema al que le dedique muy poco espacio la semana pasada y que me parece lo más importante sucedido recientemente, políticamente hablando, sin dejar de recordar insistentemente que el 1 de setiembre intentaron matar a la vicepresidenta de la Nación. Estoy haciendo referencia al acto realizado en la plaza de mayo el 17 de octubre pasado y no por la masiva participación popular sino especialmente por el documento elaborado por los convocantes a la concentración que consiste básicamente en un programa. Hace mucho tiempo no se daba a conocer desde una fuerza popular con fuerte impronta de trabajadores y sindicatos un programa consistente y convocante.

Mirta Botzman en La 99.3 el 27 de octubre de 2022

Como mencioné la semana pasada, este documento se inscribe en la tradición de los recordados documentos emitidos por el movimiento obrero de La Falda en 1957 y Huerta Grande en 1962, el de la CGT de los Argentinos en 1968 y del de los 26 puntos de la CGT del año 1986. En los tres primeros congresos que dieron lugar a sendos documentos el peronismo estaba proscripto, en 1957 todavía gobernaba la dictadura fusiladora que derrocó a Perón; en junio de 1962 se vivía en la dictadura cívico militar que había derrocado a Frondizi en marzo de ese año y los militares pusieron como cabeza del gobierno al vicepresidente de Frondizi, José María Guido. En 1968 gobernaba la dictadura de Juan Carlos Onganía. Sólo el documento de 26 puntos de la CGT del año 1986 fue redactado durante un gobierno democrático elegido por el pueblo, el de Raúl Alfonsín.

En todos los casos hubo intentos por parte de los gobernantes de desperonizar la CGT y en todos los casos los documentos surgieron de una división de la CGT o la división surgió por los propios contenidos de los documentos. Son documentos elaborados con posicionamientos políticos de los trabajadores con el fin de hacer públicos programas respecto a demandas y síntesis de discusiones que la clase trabajadora proponía para la respectiva época. El de la Falda en 1957 llevaba de título Propuesta para la Independencia Económica y planteaba entre otras cosas el Control estatal del comercio exterior sobre las bases de la forma de un monopolio estatal y la liquidación de los monopolios extranjeros de importación y exportación, la Integración económica con los pueblos hermanos de Latinoamérica; Política de alto consumo interno; de altos salarios, mayor producción para el país con sentido nacional, desarrollo industrial y energético en este caso plantean que se hace indispensable la nacionalización de los frigoríficos extranjeros, de las fuentes naturales de energía y su explotación en función de las necesidades del desarrollo del país. Control centralizado del crédito por parte del Estado, adecuándolo a un plan de desarrollo integral de la economía con vistas a los intereses de los trabajadores. Control obrero de la producción y distribución de la riqueza nacional, mediante la participación efectiva de los trabajadores en la elaboración y ejecución del plan económico general, a través de las organizaciones sindicales; la participación en la dirección de las empresas privadas y públicas. Fortalecimiento del estado nacional popular, teniendo presente que la clase trabajadora es la única fuerza argentina que representa en sus intereses los anhelos del país mismo.

Programa de Huerta Grande en 1962 plantea, siempre sintetizando: 1. Nacionalizar todos los bancos y establecer un sistema bancario estatal y centralizado. 2. Implantar el control estatal sobre el comercio exterior. 3. Nacionalizar los sectores claves de la economía: siderurgia, electricidad, petróleo y frigoríficas. 4. Prohibir toda exportación directa o indirecta de capitales. 5. Desconocer los compromisos financieros del país, firmados a espaldas del pueblo. 6. Prohibir toda importación competitiva con nuestra producción. 7. Implantar el control obrero sobre la producción. 8. Abolir el secreto comercial y fiscalizar rigurosamente las sociedades comerciales. 9. Planificar el esfuerzo productivo en función de los intereses de la Nación y el Pueblo Argentino, fijando líneas de prioridades y estableciendo topes mínimos y máximos de producción.

Programa de la C.G.T. de los Argentinos del 1 de Mayo de 1968 que se titulaba “Por una Patria Justa, Libre y Soberana, la Patria Socialista. Es un exhaustivo diagnóstico de la situación que padecía la clase trabajadora, la salud, la educación, la industria nacional y las empresas del Estado, la presencia e injerencia del FMI, del Banco Mundial y del BID y la creciente extranjerización y monopolización de la economía nacional. El análisis incluye una dura crítica a los dirigentes de la CGT autocalificados de “colaboracionistas” y “participacionistas” a los que llaman entreguistas. Dicen en una parte del documento: “La CGT de los Argentinos no ofrece a los trabajadores un camino fácil, un panorama risueño, una mentira más. Ofrece a cada uno un puesto de lucha. Las direcciones indignas deben ser barridas desde las bases. En cada comisión interna, cada gremio, cada federación, cada regional, los trabajadores deben asumir su responsabilidad histórica hasta que no quede un vestigio de colaboracionismo”

Reiteremos que este documento marca la división de la CGT entre la tradicional que pugnaba negociar con la dictadura y la redactora del documento que se llamó CGT de los argentinos, que obviamente se negaba a negociar.

El documento de los 26 puntos redactada durante el gobierno de Alfonsín fue parte de un enfrentamiento entre la central sindical y el gobierno que otra vez intentó desperonizar la CGT. Pero además el contenido del documento demuestra con claridad como salió el movimiento de los trabajadores y el país todo de la dictadura. En particular recordemos la enorme deuda externa tomada por la propia dictadura pero también y fundamentalmente por la estatización de la deuda externa privada realizada por Cavallo y la preeminencia del capital financiero por sobre el capital productivo de la mano de Martínez de Hoz. Así el texto señala entre otras cosas, la necesidad de establecer una moratoria sobre el pago de los servicios de la deuda externa y someter al Congreso Nacional todas las decisiones sobre la deuda y su legitimidad o no, y textualmente añaden, “excluyendo terminantemente toda fórmula que implique la renuncia a la inmunidad soberana, admita jurisdicción judicial extranjera y coloque al Estado como garante total y solidario por la devolución de créditos contraídos o en gestión”. También señalan la necesidad de colocar el sistema financiero al servicio de las actividades productivas del país, mediante un Banco Central que actúe como orientador del crédito, y poner coto al sistema financiero dirigido por la Ley 21526 de la dictadura, que por cierto sigue vigente. Proponen reimplantar la nacionalización de los depósitos bancarios, para impulsar la producción y los servicios de interés primordial del pueblo y de la Nación. Mencionan la necesidad de realizar una reforma impositiva, reclaman poner en marcha un plan de construcción de viviendas, uno de sustitución de importaciones. Muy próximo a la realidad actual, dicen literalmente “Recuperar la paridad en la asignación de fletes navales y terrestres de nuestro comercio exterior, evitando la evaporación de divisas hacia” transportistas extranjeros. No se olvidaron del federalismo y del orden democrático republicano.

Después de haber hecho una recontra síntesis de todos los documentos mencionados y dejando de lado otros pronunciamientos en esa misma dirección llegamos al documento que fue el origen de esta columna y fue el documento del 17 de octubre al que llamaron “Unidad Nacional por la Soberanía con Justicia Social”. Lleva la firma de la Corriente Federal de Trabajadores, Frente Sindical para el Modelo Nacional, CTA de los Trabajadores, CTA Autónoma, Unión Obrera Metalúrgica, el Partido Justicialista Bonaerense y La Cámpora, entre otras organizaciones.

Caracterizan como un momento en el país en el que no tenemos soberanía nacional para la toma de decisiones por que la estructura institucional responde al proyecto neoliberal montado sobre un esquema de “gobernabilidad” construido por los dueños de la economía para quienes los objetivos de igualdad social están en contradicción con lo que ellos designan como “igualdad de oportunidades”.

Así lo dicen en el 2do párrafo del documento “La justicia social solo dejará de ser una declamación inalcanzable cuando hayamos recuperado en plenitud nuestra soberanía, arrebatada desde hace tiempo por un poder fáctico corporativo que opera por encima del sistema democrático, burlando la voluntad popular y frustrando sus legítimas aspiraciones”. En este sentido es que plantean la necesidad de “restaurar el rol del Estado en el control y planificación de la economía”.

El programa leído en la plaza se propone poner fin a la escalada del poder corporativo y retomar por el Estado el manejo de la economía. Incluyen el control de los precios de los insumos difundidos que son centrales en la definición del resto de los precios. Lo dicen literalmente así:“Un aspecto central para combatir la inflación que deteriora el poder adquisitivo de toda la población argentina es terminar con las prácticas monopólicas y oligopólicas de los grupos concentrados de la economía que vienen ejecutando una remarcación irracional, implementando un estricto control de precios de los insumos difundidos”. El programa presentado no se olvida de plantear la necesidad de “rediseñar el sistema financiero para lo que proponen derogar la actual Ley de Entidades Financieras” implantada en el país por la dictadura cívico militar utilizada entre otras cosas para desestatizar el funcionamiento de la economía. La sustitución de la Ley de Entidades Financieras es paradigmática tanto desde el punto de vista cultural como desde la necesidad de contar con una ley que garantice plenamente el direccionamiento del crédito, que es uno de los pilares para una propuesta del carácter que se formula.

Al igual que en ocasiones anteriores, el documento plantea la necesidad de establecer un estricto control estatal del comercio exterior”, lo que necesariamente supone la necesidad de reorganizar el sector, la propiedad y administración de los puertos fluviales y marítimos, la desarticulación del oligopolio exportador de productos agroindustriales, compuesto por las grandes exportadoras extranjeras de esos bienes.

También se prioriza explícitamente las políticas de aliento a la Producción y generación de Trabajo fortaleciendo primordialmente el mercado interno y por tanto el consumo popular, promoviendo la sustitución de importaciones y ordenando el destino nacional de la demanda dando prioridad a las pymes y cooperativas de la economía popular a través del compre estatal”. Nuevamente, como en otras oportunidades de la historia nacional, se enfrentan dos proyectos de desarrollo para el país, uno basado en la producción impulsada primordialmente por el mercado interno y la diversificación y desconcentración de la producción, y otro que da preeminencia a la demanda externa con una producción sostenida centralmente por los sectores tradicionales con competitividad internacional, basada en rentas naturales y actividades vinculadas con ellos con la mira puesta en conseguir dólares para pagar la deuda externa.El Programa presentado en la plaza lleva consigo la necesidad de renegociar el acuerdo con el FMI y plantear la necesidad de recuperar la soberanía del país para definir su propia política. Claramente hoy ese acuerdo con el FMI y la soberanía nacional son contradictorios por definición.

Voy a parar acá porque se hizo muy larga esta intervención, el documento no se olvida de la ley de medios, de la corte suprema de justicia, de la necesidad de una reforma del sistema judicial y una nueva constitución que nos garantice una institucionalidad democrática plena y popular.

Solo quiero añadir que esta propuesta viene a darnos respuestas concretas por las que seguir militando y tratando de infundir nuevas esperanzas para la mayoría popular de nuestro país. 

Mirta Botzman

La economista Mirta Botzman nos propone una mirada nacional, popular y democrática de la economía nacional e internacional, todos los jueves, a las 7,30, en su columna Cuentas Claras en el programa Contala como quieras, en La 99.3.

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