Por la legalización «para salvar vidas»

“Cuando hay que gobernar, cuando hay que tomar decisiones políticas, hay que cuidar la vida. No estamos hablando de aborto sí o aborto no. Estamos hablando de aborto seguro, legal, en contra del aborto clandestino, porque nos interesa salvar las vidas” de quienes deciden no continuar su embarazo, enfatizó Rosaura Barrios, activa militante feminista, en diálogo con “Contala como quieras”.

“Militamos en reclamo de un Estado responsable, preocupado por la salud pública, diciendo que sí podemos intervenir para bajar la tasa de mortalidad” por prácticas abortivas en la clandestinidad, sostuvo Barrios, doctorada en Comunicación e investigadora del Instituto de Estudios Sociales y Humanos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones.

En reivindicación de su militancia consideró que quienes dicen luchar para proteger dos vidas se apoyan en una doble moral: “¿De qué estamos hablando? Vos sí, que tenés plata para acceder a un aborto seguro, y ella que es pobre, no? ¿Cómo es?”, planteó.

Una discusión responsable y respetuosa

De cualquier manera, aclaró que “acá no se trata de herir a nadie sino de dar una discusión seria, a la altura de los tiempos”, y en ese sentido fue crítica con la mayoría de los medios de comunicación, que no se ocuparon de difundir información seria y responsable sobre el tema.

Con respecto a la votación a punto de producirse en la Cámara de Diputados de la Nación, Barrios abogó por la aprobación del proyecto de legalización, pero incluso ante la perspectiva de que la iniciativa no avance se manifestó optimista: “Lo que suceda de acá en más es todo positivo”, porque la interrupción voluntaria del embarazo “ya se ha aceptado socialmente, lo que habla de un crecimiento de la sociedad” logrado gracias a “un debate público a la altura de las circunstancias”.

“Que nos encontremos a discutir sobre algo que nos atraviesa ya es un logro del feminismo. Y decimos que es la revolución de las hijas, porque son estas nuevas generaciones, adolescentes, menores de 18 años incluso, que vienen a movilizar la arena de la cultura y de lo social. Son las hijas o las nietas de las feministas de hace treinta años que le ponen su impronta, porque los pañuelos verdes están atados en las mochilas, en las carteras, se usan como vinchas… Es como una bandera, un uniforme de batalla, como dijo Ofelia Fernández en el Congreso (alusión a la ex presidenta del Centro de Estudiantes del Colegio Carlos Pellegrini, que expuso en favor del aborto durante las audiencias previas al debate parlamentario en el recinto). Atravesamos varias generaciones en la discusión y en la visibilización pública para lograr esto”, dijo.

E insistió: “No bajar los brazos, no abandonar la lucha: seguir en las calles más que nunca, y desde cada trinchera, desde cada lugar, la militancia y el compromiso de hacerlo de la manera más responsable, solidaria, empática y siempre con el mayor de los respetos”. En el archivo de audio que acompaña esta nota, la entrevista completa con Rosaura Barrios.

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