Por amor a la Patria

Mariquita Torres.

2 de abril de 1982. Roberto tenía 25 años y Josefa 30. Roberto y Josefa son hermanos, dos de los nueve hermanos de la familia posadeña Estévez-Benítez Chapo. «Muy poca gente es capaz de jugarse por lo que piensa y en nuestra familia vos y yo somos los únicos que tomamos esa decisión. Vos estás de un lado y yo del otro pero pudo haber sido distinto». Con esa sentencia el teniente del Ejército Roberto Estévez se despidió de su hermana Josefa cuando la fue a visitar el 30 de noviembre de 1981 a la cárcel de Villa Devoto donde estaba alojada como presa política de la dictadura cívico militar que gobernaba la Argentina desde el 24 de marzo de 1976. «Aunque al otro día de ese 30 de noviembre era mi cumpleaños, yo sé que Toto, como lo llamábamos en la familia, en realidad fue a despedirse, estoy segura que sabía que en cualquier momento podía desatarse algún conflicto militar por las Islas Malvinas por cuya soberanía tenía obsesión desde que era niño».

Josefa Estévez en La 99.3 el 1 de abril de 2022

El 27 de marzo del año siguiente, desde Chubut, Roberto le escribió a su padre: «Querido papá: Cuando recibas esta carta, yo estaré rindiendo cuentas de mis acciones a Dios Nuestro Señor. El, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en el cumplimiento de mi misión. Pero, ¡fíjate vos qué misión! ¿No es cierto? Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todos destinados a recuperar las islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre generoso, ha querido que éste, su hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a nuestra Patria. Lo único que a todos quiero pedirles es: que restauren una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo. Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea la apertura a la tristeza. Y, muy importante, que recen por mí. Papá, hay cosas que en un día cualquiera no se dicen entre hombres, pero que hoy debo decírtelas: gracias por tenerte como modelo de bien nacido, gracias por creer en el honor, gracias por tener tu apellido, gracias por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy, y que es el fruto de ese hogar donde vos sos el pilar. Hasta el reencuentro, si Dios lo permite. Un fuerte abrazo. Dios y Patria o Muerte. Roberto».

La carta llegó a manos de la familia cuando finalizó la guerra. Se la había dejado al director del regimiento para que se la entregara a los familiares en caso de no volver. «Asi fue que cuando terminó la guerra nos enteramos de su fallecimiento, este oficial nos entregó a mi hermana y a mi cuando fuimos a Chubut a buscar sus cosas en el regimiento a fines de junio y ahí se la entregamos a mi viejo», cuenta Octavio Estévez, otro de los hermanos de Roberto y Josefa.

Cinco días después de escribir esa carta y cuatro meses después de aquella visita a su hermana a la cárcel de Devoto, el 2 de abril de 1982, Roberto Estévez participó del desembarco del Regimiento de Infantería Mecanizado 25 en las islas Malvinas. La Argentina le declaró la guerra a Gran Bretaña con el propósito de recuperar ese territorio ocupado por los ingleses desde 1833.

Decidido desde pequeño a dar la vida por la recuperación de Malvinas, el 28 de mayo de 1982 Roberto murió en combate en la batalla de Pradera del Ganso en Colonia Darwin. «En una carta que le escribí a mi papá en ese tiempo -cuenta Josefa- le decía que era imposible ganar esa guerra y que en tal caso era imposible pensar que él volviera, él no se iba a entregar, él iba a morir allá y que pensara en eso, que fue una elección consciente, muy pasional pero consciente, que no es el caso de los soldaditos que tuvieron que ir porque los llevaron».

El 22 de diciembre de ese mismo año la dictadura liberó a Josefa, quizás como una compensación a la familia Estévez por la muerte heroica de Roberto. «Esa guerra fue una patraña más de la dictadura y su propósito de matar a los jóvenes, a nosotros por subversivos, dice que, y a los soldaditos porque tuvieron que ir y muchos de ellos sin siquiera saber dónde quedaba Malvinas. Acá hacía falta disciplinar para instalar un modelo de país que era lo que habían venido a hacer».

Josefa y su compañero de entonces, Alejandro Rodríguez, fueron secuestrados en su domicilio en Posadas por grupos de tareas de las Fuerzas Armadas el 20 de octubre de 1976. Ambos eran militantes de la Juventud Peronista y padres de dos niñas, una de dos años y otra de pocos meses. Al momento del secuestro, por separado, los llevaron a centros clandestinos de detención y permanecieron en condición de desaparecidos durante cerca de dos meses. Las niñas fueron entregadas a la abuela materna en la Jefatura de la policía «donde fuimos a buscarlas antes de que se les perdiera el rastro», relata Octavio. Lo que siguió para Josefa y Alejandro fue un largo y tortuoso peregrinar por distintas cárceles del país durante seis años.

«Los dos, Roberto y yo, cada uno desde su lado, éramos idealistas y capaces de jugarnos por lo que creíamos. A mi me han pintado como una guerrillera peligrosísima y todavía hay gente en mi familia que no entiende que la guerra de Malvinas fue un capítulo más de esa horrenda dictadura. Mi familia tiene una larga historia de militarismo y de antiperonismo, asi que la decisión de Roberto no fue una sorpresa, la que sí los sorprendió fui yo y me asociaban a lo peor que podía ocurrir, que era el peronismo».

Cada año, el 2 de abril en la Argentina se conmemora el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas, denominación impuesta por ley 25.370 en 2006. En cada ciudad se realizan actos en homenaje a los combatientes y se impone el nombre de alguno de ellos a plazas, paseos, escuelas o calles. Para Roberto los homenajes y reconocimientos no son pocos: Según lo resuelto el 30 de octubre de 2009 por el jefe del Estado Mayor General del Ejército, el 14 de noviembre se impuso el nombre histórico de «Teniente Primero Roberto Néstor Estévez» a la Compañía de Cazadores de Monte 18, de la ciudad de Bernardo de Irigoyen, Misiones; en la estación Juramento de la línea D de la red de subterráneos de Buenos Aires se exhibe en una vitrina una copia de la carta escrita por Roberto a su padre; en varias localidades de Misiones, de Entre Ríos, Jujuy y Catamarca hay calles y avenidas con su nombre, plazas, plazoletas y hasta barrios que le rinden homenaje; el Radio Club Posadas LU1IB lleva el nombre «Tte. 1.º Roberto N. Estevez»; Federico Gastón Addisi publicó a mediados de 2009 un libro llamado «Estévez, vida de un Cruzado«; el 17 de junio de 2010 el Concejo Deliberante de Posadas instituyó el 28 de mayo de cada año como el «Día del Héroe de la Ciudad de Posadas«.

Por convicción Josefa no participa de los actos oficiales del 2 de Abril ni de homenajes a su hermano. «No me sirve para nada que lo pongan como un héroe, que no dudo que fue un héroe porque se jugó de verdad, pero no reconozco a unas fuerzas armadas tan mal paradas a las que les hacía falta un héroe lindo, recapo, valiente. En cambio cuando puedo asisto a los ex combatientes, de los cuales muchos todavía ni siquiera hoy fueron reconocidos con alguna pensión, me reúno con muchos de ellos, que son mis compañeros, pero no voy a esos actos que solo sirven para seguir mintiendo».

Cada año desde 2002 por ley 25633 se conmemora en el país el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en homenaje a las víctimas de la última dictadura cívico-militar que usurpó el poder entre 1976 y 1983. Desde 2006 esa fecha es feriado nacional inamovible. Con el paso de los años y fundamentalmente desde los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner muchos detenidos desaparecidos son homenajeados con la imposición de sus nombres a calles, plazas o escuelas. Cada año, desde que recuperó la libertad, Josefa participa conmovida de las movilizaciones populares del 24 de Marzo acompañada por sus hijas y cientos y miles de compañeras y compañeros, reivindicando la lucha incansable de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

(La foto de portada de Josefa es de Marcos Otaño. La de Roberto es de archivo)

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