Los Profetas de la (falsa) antipolítica

Por Fernando Fernández (*) La crisis global por el Covid-19 dejó expuesta la necesidad urgente de enrolarnos detrás de un objetivo, el de priorizar cuestiones fundamentales por sobre aquellas que nos hacían creer que la salud, y por lo tanto la vida, era algo secundario.

Argentina, a diferencia de países y gobiernos «predicadores» del mercado y las «planillas de Excel», desde el principio tomó las medidas correctas que aconsejó el «gabinete asesor de emergencia», compuesto por un grupo de prestigiosos expertos médicos y sanitaristas argentinos (de los mejores del planeta).

Todo parecía ir muy bien, incluso toda la «clase política» había tenido un comportamiento ideal- alineados detrás del Presidente Alberto Fernández y el Ministro Ginés González García- aportando cada espacio (oficialismo y oposición), desde su perspectiva, las herramientas necesarias para la construcción de una estrategia solida ante la crisis sin precedentes que golpea al mundo, pero de pronto, pasaron cosas (como lo diría un ex-presidente) y las dificultades empezaron a surgir; primero intentos de comprar con sobreprecios escandalosos mercaderías por parte oscuros «funcionarios» del Ministerio de Desarrollo Social -que es atravesado por una interna feroz- por suerte Fernández ordenó que esas compras no se hicieran y, al Ministro Arroyo, que rueden las cabezas que sean necesarias (todo esto sucede cuando nombras en lugares sensibles y claves a «enemigos»), luego de esto el Presidente, en su mensaje más confrontativo hasta aquí, desafió a los «grandes empresarios» con una frase contundente: “muchachos, les tocó el momento de ganar menos», en alusión a los despidos miserables que habían iniciado las más grandes empresas argentinas. Esto desató la ira del sector y, quiénes SIEMPRE se han dedicado a ganar guita sin importar la crisis que sea, declararon la guerra… de inmediato empezaron a desfilar por los medios de «incomunicación» nacionales y por las redes sociales los «Profetas de la (falsa) antipolitica», las inefables fake news salieron con mas fuerza que nunca inundando cada red social que encuentran a su paso, los pseudoeconomistas chantas a intentar destruir con sus mentiras habituales lo que se intenta construir llenando de sus teorías apocalípticas (que JAMÁS se cumplen) acerca del Estado, unos bufones de saco y corbata.

También el periodismo «de servilleta» volvió a mirar con un solo ojo, criticando absolutamente todo y «jugando» para los empresarios (su estado normal),  trasmiten miedo y desinformacion a la población. A todo esto, y tal vez lo más preocupante, se sumó un recrudecimiento de miserias tales como la xenofobia o la discriminación (al personal de Salud, por ejemplo). Sin mencionar el abuso de algunas autoridades de las fuerzas de seguridad o los femicidios que se fueron en  incremento en lo que va del confinamiento.

Los «Profetas de la (falsa) antipolitica» hacen creer a una buena parte de la sociedad (en su mayoría de clase media) que la política no sirve, que aquellos que tienen responsabilidades de gobierno son parásitos y que nada hacen por la gente, que deberían NO cobrar sus sueldos y que ajustando allí daría el alivio económico que necesitamos; todo esto no es otra cosa que una farsa, «craneada» por un pequeño grupo de personajes vergonzosos que pretenden hacer lo que se les canta (como siempre lo han hecho) e imponer a supuestos hombres o mujeres que serán los «salvadores» y que vienen por afuera de política, el ejemplo mas palpable es Bolsonaro en Brasil o Macri en nuestro país, con consecuencias devastadoras para los países, son «muchachos» que su misión es hacer que el Poder económico crezca cada vez más en detrimento del Estado, sin importarles NADA la gente.

Nos quieren convencer que la política no sirve, justamente para hacer política y quedarse con la suma del Poder. Son peligrosos y mucho más en tiempos tan críticos como éste.

Mandan a sus voceros políticos a despotricar y reclamar al Congreso porque no sesiona, pero cuando se quiere hacer mediante las distintas herramientas y se propone un impuesto extraordinario a las grandes fortunas, se esconden (Abogamos para que esta medida sea un primer paso para encarar la discusión sobre una reforma tributaria integral progresiva).

Lamentablemente cuando la Pandemia pase, estaremos sumergidos en otra tragedia, que va a ser la económica (que va en caída libre) y si a los errores del gobierno le sumamos las «malas prácticas» (para ser suaves) de ésta gente, estaremos en un problema mucho más grande aún.

El gobierno debería ajustar las decisiones y convocar, además del gabinete de expertos sanitarios, urgentemente al prometido Consejo, Económico, Político y Social para empezar desde ahora a planificar el después de la Pandemia. También, así, achicar la cantidad de «errores» y cortar con las intenciones de estos «Profetas».

Hay miedo, preocupación y angustia, escuchar y dialogar va a ser la clave para lo que se viene, pero esta situación de crisis no puede constituirse en excusa para instalar ideas de ajuste y pretender resentir el funcionamiento del Estado que cumple una función social fundamental. Será, más que nunca, necesario defender la libertad y la igualdad también en el interior de las prácticas económicas y sociales. (…) Igualdad que también implica equidad y mecanismos de justicia redistributiva basados en la solidaridad colectiva.

Será la tarea de aquí en más, pensar en el futuro solidariamente y luchar en el presente por la salud y para minimizar los embates de los «Profetas de la (falsa) antipolitica».

(*) Presidente Partido Socialista Misiones

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