Las pymes de la construcción esperan señales

“Se trata de evitar despidos y mantener empresas vivas, porque superada esta pandemia habrá que reactivar la economía y las pequeñas y medianas empresas constructoras, los proveedores de bienes y servicios y las fábricas que están vinculadas a su cadena de valor tienen un potencial muy particular”, reflexionó Daniel Mafud, presidente de la Confederación de Pymes Constructoras de la República Argentina.

Entrevistado en el programa Contala como quieras, Mafud coincidió en el reclamo común de todo el sector pyme nacional sobre la necesidad de un mayor y más efectivo apoyo crediticio por parte de la banca, pero a la vez apuntó a una intervención más firme del Gobierno a través de programas para la construcción de barrios de viviendas, escuelas, las llamadas obras de arquitectura.

“Tenemos un plan para reactivar la economía desde nuestro sector” una vez que se puedan dejar atrás las restricciones de actividades impuestas por la pandemia, aseguró.

“Entre los planes del Gobierno para la reactivación de la economía futura hay propuestas como el Argentina Hace, para cooperativas, y para la continuidad de grandes obras. Pero por lo que venimos escuchando no se prevé un plan que contenga a la mediana y la pequeña empresa constructora, que en definitiva es la que genera el empleo más estable y de mejor calidad”, señaló.

“Como organización, siempre hemos planteado la necesidad de equilibrar los presupuestos para grandes obras de infraestructura y para las obras de arquitectura, como barrios de viviendas, escuelas, centros culturales y deportivos, salas de atención primaria de la salud, relacionadas en general con las necesidades sociales de la gente: ambas son necesarias”, sostuvo.

“Entonces, o bien se genera el mecanismo legal para que las constructoras puedan contratar a las cooperativas de trabajo –lo que hoy no está permitido-, o bien se generan planes específicos para obras de arquitectura, para así equilibrar el presupuesto de obra pública con la inversión que se hace en infraestructura desde hace larga data”, reclamó.

En ese punto Mafud se detuvo para considerar la alternativa de articular el trabajo que pueden aportar las cooperativas formadas bajo el tutelaje de las organizaciones sociales con proyectos de obras de arquitectura, a cargo de las pymes constructoras.

“Hoy una empresa constructora no puede contratar cooperativas de trabajo: los contratos deben hacerse exclusivamente a través del convenio colectivo de la construcción.  Nosotros ya le planteamos esto al ministro (de Obras Públicas, Gabriel) Katopodis”, comentó.

Aclaró al respecto: “Las cooperativas tienen un régimen impositivo diferente al de las sociedades anónimas o de responsabilidad limitada, y eso hay que contemplarlo, porque podría generar una competencia desleal. Y para el caso de que se pretenda formalizar esa relación (pýmes constructoras-cooperativas de trabajo) se necesita establecer un marco legal que lo habilite.”

“Llevar adelante obras, cuando son públicas, requiere de que sean conducidas profesionalmente, en un marco de formalidad adecuado, para evitar algunos problemas que surgieron en el pasado. Pero, por sobre todo, hace falta generar programas con empleo de calidad y que garanticen obras públicas de larga vida. Porque no es sólo invertir y hacer: hay que hacer bien.  Y hacer bien requiere controles de calidad, formalidad de la contratación, equipamiento adecuado. Si no, son soluciones muy cortoplacistas que no generan empleo de calidad ni calidad de la obra pública”, enfatizó.

Apoyo crediticio: sobre llovido…

En el marco de una economía que. especialmente a partir de mediados de 2018, entró en el tobogán, Mafud señaló una coyuntura que ha puesto a las pymes constructoras en un plano de emergencia desde meses antes del “parate” forzado por la pandemia de Covid-19: la suspensión de los pagos por parte del gobierno anterior.

“Las obras de arquitectura arrastran un endeudamiento que data desde octubre de 2019. Si esas obras se hubiesen pagado en tiempo y forma la realidad hoy sería otra. Pero esos atrasos han generado un impacto económico que han dejado a las empresas en una situación realmente crítica”, repasó.

“Es necesario obtener herramientas crediticias que permitan superar esta coyuntura para luego hablar de reactivación productiva”, dijo, para agregar enseguida: “En una situación como la que estamos viviendo todos los actores debemos tomar parte con una cuota de participación positiva, y el sistema financiero tendrá que poner su contribución, tendrá que sumar.”

Desde el sector “hemos tenido contacto con gerentes de entidades financieras que manifiestan su vocación de contribuir, pero de la vocación a los hechos hay una distancia, y necesitamos la flexibilización de las condiciones crediticias para superar esta coyuntura”, reclamó.

Y con relación a esa demanda de mayor compromiso del sector financiero, subrayó “la necesidad de bancarización de las planillas: en muchos lugares, por realidades sociales y culturales, se recurre al pago de las quincenas en efectivo, porque también es una forma de facilitar la cobranza de los trabajadores en muchos lugares. Así hemos tenido empresarios que, aun contando con saldo positivo en sus balances, no han podido disponer de recursos para pagar en efectivo la grilla salarial”, señaló.