La impotencia de las madres de Lucas y Marcos

(DDHH, Justicia y Género) Ramona e Isabel son las madres de Lucas Sebastián Ferreira y de Marcos Iván Laurindo, quienes están siendo llevados a juicio en el marco de la causa Ovando II. Ambos están acusados de ser los autores de los abusos sexuales hacia una hija y una nieta de María Ovando, imputación por la cual están detenidos hace 5 años y cinco meses, con la prisión preventiva vencida, a pesar de que las pruebas en su contra son endebles e insuficientes.


Equipo Misionero de DDHH, Justicia y Género

Ambas coinciden en definir al tiempo transcurrido desde la detención de sus hijos, en julio de 2015, como “una pesadilla” y relatan con pesar el dolor que les causa lo que consideran que son acusaciones injustas.“Esto viene todo mal. Esta es una injusticia lo que se cometió, porque ellos eran menores cuando se les acusaba.” – inicia Ramona, madre de Lucas, su relato sobre lo sucedido.

Ramona concurrió a la escuela de adultos durante algún tiempo en el año 2013 con María Ovando, luego de que ésta fuera liberada en la causa anterior que la había llevado a prisión. Según Ramona, su hijo no iba a la casa de María Ovando en ese tiempo, y remarca que jamás convivió con ella ni tuvo contacto permanente con las niñas. En el año 2014, prosigue, Lucas había ido a trabajar a Buenos Aires junto a su concubina, y en 2015 se había mudado a Corrientes, donde fue detenido.

Fechas

La Fiscalía acusa a Ferreira y Laurindo de ser los autores de los abusos sexuales que sufrieron una hija y una nieta de María Ovando, sin precisiones sobre cuándo, cómo y en qué lugar habrían ocurrido los supuestos abusos.

Durante la etapa de instrucción, y cuando se les tomó declaración indagatoria en 2015 tras ser detenidos, se les informó que estaban imputados de abusos sexuales hacia las niñas que habrían cometido durante un “período de tiempo entre 2012 y 2014”.

En ese período, tanto Lucas Sebastián como Marcos Iván eran menores de edad. Ambos cumplieron 18 años recién en 2014.Sin embargo, en el requerimiento de elevación a juicio de fecha 24 de julio de 2019, la Fiscal Bibiana Alderice modifica las fechas con la intención expresa de hacerlas encajar en el período de tiempo en que las niñas estuvieron a cargo de María Ramona Ovando, indicando un periodo “entre el 6 de mayo de 2013 y el 10 de marzo de 2015”, fecha en la cual se le otorgó la guarda de las menores a la Sra. Euvarta Godoy Villa, supuesta abuela paterna de las niñas.

Esta manipulación intencional de las fechas es consecuencia de la decisión de responsabilizar de alguna manera a María Ovando por no haber evitado los ataques sexuales hacia su hija y nieta, y de descartar otras hipótesis que habían surgido en el expediente, como la posibilidad de que las niñas hayan sido abusadas en el ámbito familiar de la señora Godoy, con quien permanecieron desde 2011 hasta 2013.

En relación a Laurindo y Ferreira, desde el inicio de las actuaciones la Fiscalía dio por hecho que el primero era “el padrastro” de las niñas y concubino de María Ovando, lo cual fue negado por los acusados y los testigos, sin que la Fiscalía haya justificado ese postulado.

“Él no vivía con la señora”- afirma Isabel Laurindo, madre de Marcos Iván, y manifiesta no saber con precisión de dónde su hijo pudo haber conocido a María Ovando.La condición de “concubino” le vale a Laurindo un agravante en la acusación en su contra.

Además, ese pretendido vínculo de Laurindo con María Ovando es el que permite a la Fiscalía ubicar Lucas Ferreira en el ámbito familiar de lxs Ovando, ya que eran amigos desde la infancia.Aún habiendo la Fiscalía modificado las fechas de los hechos acusados, las mismas coinciden con períodos en que Laurindo y Ferreira eran menores de edad, por lo que el proceso en su contra se debería haber sustanciado en el fuero Penal Juvenil. Sin embargo, fueron procesados por el fuero penal de mayores y encarcelados, situación en la cual llegaron al juicio oral con la prisión preventiva largamente vencida.

La condena social

Isabel y Ramona expresan el esfuerzo que volcaron en la crianza de sus hijos y en asistirlos en el tiempo que llevan en prisión. Una de las cargas más pesadas que enfrentan quienes tienen sus familiares encarcelados es la condena social.

“Trato de estar calladita porque la sociedad te condena, te tiran piedras, te entierran viva. Trato de mantenerme como puedo. Ando muy enferma, tengo alteraciones, voy al psicólogo, no me conformo con eso pero hay que tener fuerzas y mi fe está en Dios.” – relata angustiada Isabel y recuerda: “Cuando salió ese tema mi hijo va y me cuenta – dice en relación a la acusación – (…) el consejo de madre que le di fue, ´yo no crié un hijo cobarde, te quedás acá y que sea lo que Dios quiera, no vayas a correr, no vayas a esconderte. Vos no hiciste nada, quedate tranquilo´, le dije. Y así fue, cuando a él lo buscaron lo encontraron porque él andaba haciendo changas, a él lo encontraron trabajando.” – afirma Isabel, quien se refiere a la crianza de su hijo: “Mi hijo no andaba robando, no andaba mendigando, no lo mandé ni a vender bollos para que no ande por la calle. Es mucho lo que está pasando y para que se le acuse a un chico solamente porque es hijo de una madre soltera. Según la sociedad es un chico sin papá entonces va a hacer cualquier cosa y no es asi (…) Porque todo a mi alcance, lo que yo pude fue enseñarle bien”.

El relato de Ramona es similar: “Nosotros criamos a nuestro hijo y sabemos cómo es. Yo tengo nenas, crié hijas ajenas. Crié dos hijas ajenas en casa y nunca pasó esto. Él iba a la escuela especial Nro. 9, y todas las maestras le conocen a él como era la conducta de él. Para mi esto, lo que estamos viviendo, lo que nos tocó a nosotros es una pesadilla que no tiene ni pies ni cabeza, con todo lo que dicen, lo que hacen. Quiero que termine porque después de eso me empecé a enfermar, a bajar de peso.” – dice Ramona, quien confirma que Lucas tiene un retraso madurativo a consecuencia del cual tiene actualmente una edad mental de 13 años. El certificado médico oficial y las constancias de que había concurrido a una escuela de educación especial están en el expediente, a pesar de lo cual la Justicia no tomó en cuenta esa condición.

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