La culpa no es del chancho…

“Otra vez prima la lógica de explotar el presente a cualquier costo y otra vez se habla de megaemprendimientos sin importar qué efectos produce”, advirtió el investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) Guillermo Folguera sobre el anunciado acuerdo con China para la producción de cerdos en megafactorías en la Argentina.

Doctor en Ciencias Biológicas por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, licenciado en Filosofía y director de una investigación en el Conicet sobre la relación entre biología, tecnología, sociedad y naturaleza, Folguera dialogó con el programa Contala como quieras sobre la necesidad de instalar el tema como un debate público.

 “Se sabe con certeza que hay dos grandes factores que generan potencial zoonótico, de pandemia, como en el caso del Sars-Cov-2: uno es el hacinamiento de animales en producción industrial; y el otro es la depredación ambiental, porque uno empieza a estar en contacto con diferentes tipos de vectores de patógenos como roedores, murciélagos, mosquitos. Este tipo de proyecto involucra a los dos”, señaló.

El experto apuntó a que el proyecto fue presentado por la Cancillería argentina “muy escuetamente hace un par de meses”, y a que “los números inicialmente anunciados fueron drásticamente reducidos, de 9 millones de toneladas (de producción anual de carne porcina para ser exportados a China) a una décima parte”. Sin embargo, destacó que desde el Gobierno argentino “nunca se rectificó aquel comunicado original y existe la sospecha de que el proyecto de fondo, efectivamente, responde a ese número original”.

Explicó que el proyecto original implicaba “multiplicar aproximadamente por 14 la producción argentina” actual, mientras que se si limitara a la producción de 900.000 toneladas anuales “significaría multiplicarla casi por una vez y media”.

“Por lo pronto, con el nuevo número, que aparentemente es un primer paso, van a avanzar con 25 megafactorías de producción de cerdo, cada una con 12.500 madres. Como referencia: por arriba de cien madres ya se considera un productor grande”.

“No es lo mismo multiplicar en esa proporción en unidades de granjas, o en unidades de producción de cien, doscientas o trescientas madres, que hacerlo con 12.500. Este tipo de experiencias en Chile, en México, en Europa, en general terminaron de manera desastrosa: tienen consecuencias sociales y ambientales a corto, mediano y largo plazo irreversibles”, sostuvo.

Guillermo Folguera en La 99.3, el 7 de agosto de 2020

Paralelamente, Folguera advirtió que esa multiplicación de la cría de cerdos demandará también un aumento de la producción de forraje, lo que acarreará “una intensificación del modelo agroindustrial en la Argentina y una nueva extensión de la barrera agrícola, a partir de la producción de maíz y soja”, fundamentalmente.

 Con relación a la forma en que se anunció el acuerdo, con una serie de escenarios en todo el país que no sólo concentrarían la producción en la Pampa Húmeda, señaló que las provincias mencionadas incluyen algunas con fuerte escasez de agua, como Catamarca y La Rioja. “Me hace acordar mucho al fenómeno de la pampeanización: tratar a todo el territorio argentino como si fuera Pampa Húmeda”.

Empobrecimiento de los territorios

“Nos cuestionaron como si nuestra oposición fuera un alineamiento con Estados Unidos” en la guerra comercial que la primera potencia mundial mantiene con China, dijo, y aclaró que su rechazo al proyecto obedece a que “con todo el efecto ambiental enorme que tienen estas megafactorías en el marco de generación de patógenos, la Argentina ha decidido abrir el territorio, y con ello sus riesgos, a algo que queda muy claro: China está dispuesto a pagar más caro el kilo de cerdo con tal de tenerlo lejos”.

Folguera lamentó que se sigan esgrimiendo “los mismos argumentos que hace veinte años, con imperativos como ‘alimentar al mundo’ o ‘lo que necesitamos son dólares, no importa el precio’. Imaginate lo que significaría manejar un hogar con la lógica de ‘ahora lo que necesitamos son dólares, no importa el precio ni si hay un mañana”.

“Se sabe perfectamente que este proyecto lo único que va a traer es más pobreza a nuestros territorios. Se sabe que las megafactorías van a ir al lado de lugares pobres”, sostuvo, y alertó: “Una vez que se emplacen las factorías, serán las comunidades locales las que tengan la tarea de enfrentar las consecuencias.”

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