Ganas de apretar el gatillo

Por Carlos Resio.

¿Cuántas veces escuchamos estos clichés?: “¿Qué harías vos si entran a tu casa para violar a tu mujer y tu hija?”; o también: “!Tengo que defender a mi familia¡”; como respuesta al cuestionamiento a la portación de armas por parte de la población civil. Son respuestas sin evidencias que las respalden,más bien hay evidencia que las refutan. Las noticias sobre padres o abuelos que dan muerte a sus familiares por error, niños que matan a sus hermanos o amigos, víctimas de asaltos que reaccionan a destiempo o sin verificar que su atacante esté armado y luego sufren consecuencias penales y delincuentes que reaccionan disparando ante la presencia de un arma en manos de sus víctimas lo que no hubiera ocurrido en caso contrario. Nótese que uso solo el masculino para señalar a los protagonistas. Y es que solo el 4,5% de las armas en mano de civiles está en manos de mujeres y, por ejemplo, en EE.UU. según el Departamento de Justicia, así el 90% de los homicidios son cometidos por hombres. ¡Que dato!, ¿no?.

Carlos Resio en La 99.3 el 8 de marzo de 2023

El 10 de marzo pasado se conoció la noticia que daba cuenta de un asalto en la zona de colonia Aurora en el que la víctima, un colono de 43 años, dio muerte a uno de sus atacantes sin evitar que su cómplice se llevara 3 millones de pesos ahorrados para adquirir una camioneta. Lo que no dijo la noticia es que además de haber perdido su dinero, el colono ahora carga con haber matado a un ser humano además del miedo de recibir represalias de los familiares del occiso y el riesgo de que la carátula judicial lo acuse por uso indebido de armas de fuego. Este es un hecho más que se suma a una serie sucedida en los últimos años y se completó con el pedido por parte de un representante de colonos autoconvocados de la zona del Alto Paraná preocupados por esta serie de robos violentos quienes solicitaron, mediante un proyecto enviado a la cámara de representantes, para que el estado provea de pistolas “Taser” para defenderse ante estos ataques. Se conoce el hecho de que muchos colonos ya poseen armas, muchas veces destinadas a la caza pero también armas de puño para su defensa. La combinación de esta realidad armada y la sensación de inseguridad debido a la mediatización de hechos violentos que se multiplican en los medios, más la estigmatización de sectores empobrecidos por parte de medios y operadores interesados en relacionarlos con políticas sociales de gobiernos progresistas y que propugnan la posibilidad de que la sociedad civil se arme, ha puesto nuevamente en discusión la posibilidad de una sociedad civil armada. Recordemos los dichos de Patricia Bullrich al decir “quien quiera andar armado que ande armado” y la exigencia del gobierno porteño y representante de la derecha presionando para que se autorice la importación de las pistolas eléctricas a pesar de las evidencias que la muestran como un arma potencialmente letal y se invoque para ello casos en los que ni siquiera su uso podría haber sido de utilidad. Hasta el economista radical Martín Tetaz propuso que  la sociedad civil tenga acceso al uso de estas armas ya que,según sus dichos, “salvan vidas y mejoran la vida de la gente” (sic). Nada que sorprenda viniendo de este señor de gesto ampuloso y desproporcionado siempre dispuesto para dar un golpe de efecto.

A pesar del avance que significó en la construcción de las democracias el concepto de la monopolización de la fuerza por parte del estado la realidad nos muestra datos preocupantes de abandono de este criterio en todo el mundo y sobre todo en Argentina ante la propuesta insistente de dirigentes de Cambiemos de aplicar mano dura, de dar vía libre a la policía y de armar a la sociedad civil en emulación al inefable Bolsonaro. Un informe de la organización Amnistía Internacional consigna que se producen 500 muertos por día por el uso de armas de fuego en manos de la población civil. En EEUU el país con más armas por habitante con un impresionante 120 armas por cada 100 habitantes se producen innumerables balaceras en espacios públicos y miles de muertes violentas como en ningún otro país sucede. Más cerca de casa Uruguay sigue en la tabla junto a Canadá en cantidad de armas llegando a 35 armas cada 100 habitantes y con un alto índice de muertes violentas por su uso. Argentina reporta 7,4 cada 100 pero de las 3 millones de armas estimadas en manos de civiles solo el 50% se encuentran registradas legalmente. Estos números no son el único factor que potencia el índice de muertos y heridos. También los mensajes xenófobos, de violencia religiosa y la alta desigualdad tienen su peso en este tema. Brasil, Colombia y México son casos paradigmáticos. En una publicación en el sitio Scielo un artículo de los investigadores Hugo Spinelli, Guillermo Macías, Victoria Darraidou muestran la relación directa entre el aumento de homicidios dolosos y la disminución el PBI en Argentina entre 1990 y 2006. Muy bien lo canta Calle 13 en su tema “La bala” que en su estribillo denuncia “Hay poco dinero, pero hay muchas balas, Hay poca comida, pero hay mucha balas”.

En un informe de 2020 del Banco Mundial publicado en su página en la que el que se consignan los homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes en los distintos países de la tierra ubica a Argentina y Chile con 5 homicidios por cada 100.000 habitantes, lejos aún de los 37 de El Salvador y Honduras, 22 de Brasil, Colombia y Puerto Rico y 10, el doble de Argentina, en Uruguay y Paraguay.

Otro de los aspectos que suman para desaconsejar el acceso a las armas por parte de la sociedad civil es que es una vía que facilita su llegada a manos de delincuentes. Un informe de la justicia argentina nos dice que entre los pedidos de secuestro sobre armas de fuego el 83% fue propiedad de civiles.

Es común escuchar a los portadores de armas, sobre todo aquellos con poco o nulo entrenamiento, asegurar con certeza que la portación de un arma será un elemento de disuasión y en el peor de los casos será necesaria para abatir al agresor. Las estadísticas dicen lo contrario, hay muchas más probabilidades de ser herido que de repeler un ataque. Julián Alfie, investigador del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip) y miembro de la Red Argentina para el Desarme (RAD), expresó en una nota para el diario Perfil del 24/7/2022 que solo el 10% de las armas en manos de particulares se han usado en casos de defensa ante una agresión delictiva, en el 90% restante se han disparado por accidente o en conflictos interpersonales. Pensemos por ejemplo en los femicidios.

Queda evidente que las armas en manos de civiles no solucionan los casos de inseguridad sino que los empeoran. Por lo tanto el irresponsable discurso de la derecha en favor de armar a la sociedad es peligroso y hasta criminal y solo sirve para manipular a la opinión pública y ocultar las causas de la delincuencia y la violencia en la sociedad. Por lo contrario, son las políticas de desarme como la entrega voluntaria y anónima de armas para su destrucción llevada a cabo por el gobierno de Cristina Fernández ha tenido resultados positivos y luego de haber sido discontinuada por el gobierno macrista ha sido retomada por el gobierno de Alberto Fernández aunque sin el refuerzo de campañas de comunicación que predisponga a la población para su aceptación.

Los argumentos a favor de armar a la sociedad civil, analizados a través de la óptica de los valore democráticos, son a veces infantiles y ridículos. Pero son declamados por dirigentes y comunicadores de forma irresponsable y adoptados por ciudadanos de forma peligrosamente irreflexiva. Es responsabilidad de dirigentes y gobiernos trabajar para detener esta epidemia de rearme civil como la que se expande en nuestra sociedad y por eso es indispensable tanto el control de armas como la búsqueda de las causas de la violencia y la delincuencia y sobre todo en la elaboración de políticas de protección ciudadana, atención a las víctimas de la delincuencia y a quienes se encuentran en situación de exclusión, políticas para la información seria y la concientización que superen la intención efectista de quienes quieren sacar ventajas de la muerte y la violencia como lo propone la derecha en todo el mundo y particularmente en Argentina que más que luchar contra la inseguridad parecen tener unas compulsivas ganas de apretar el gatillo.

Carlos Resio

Para analizar, reflexionar y debatir el ideario del Manifiesto Argentino, Carlos Resio, integrante de la Mesa Ejecutiva de la organización que conduce Mempo Giardinelli, comparte propuestas de la agenda pública en su columna semanal de cada miércoles, a las 7,30 en el programa Contala como quieras, en La 99.3

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