Familias bajo amenaza en Colonia Pepirí
Tres familias de la Colonia Pepirí fueron violentamente desalojadas de sus casas en plena madrugada con un procedimiento policial de inusuales proporciones, el último sábado, y dejaron en evidencia las presiones del emporio empresarial Laharrague, que se atribuye la propiedad de esas tierras, sobre los habitantes del lugar, en la mayoría de los casos con varias décadas allí radicadas.
El desalojo, a cargo de unos cuarenta efectivos policiales fuertemente pertrechados, registró escenas como el encierro de una mujer con sus dos hijos pequeños dentro de un patrullero durante varias horas, y revivió una situación “que se remonta años atrás, cuando ya hubieron varias embestidas para meterle presión a la gente para que desocupe el lugar”, le dijo al programa Contala como quieras Roque Soboczinski, intendente de El Soberbio, el municipio al que pertenece la Colonia Pepirí.
El diálogo con el jefe municipal, un día antes de que se produjera el desalojo de las tres familias, había repasado precisamente el problema dominial que arrastra El Soberbio por la historia de los asentamientos urbanos en toda la superficie del municipio: emprendimientos privados sobre tierras adquiridas por unos pocos grandes propietarios sobre los que se asentaron las poblaciones.
En el caso de la Colonia Pepirí, erigida en la desembocadura del arroyo de ese nombre sobre el río Uruguay unos kilómetros aguas abajo de los Saltos del Moconá, se trata de una población que empezó a instalarse allí a partir de la última década del siglo XIX: “Obrajeros que se instalaron allí para armar jangadas para los grandes propietarios de tierras”, evocó Soboczinki.
“Es muy triste tener que acompañar relatos de los vecinos como, por ejemplo, que hubieron ‘visitas’ acompañadas por autoridades y prácticamente a los tiros”, lamentó el intendente en referencia a episodios anteriores en los parajes y colonias de todo el municipio.
Las “avanzadas” sobre los pequeños núcleos poblacionales incluyeron la destrucción de un pequeño cementerio en la misma Colonia Pepirí. Allí había “lápidas fechadas en 1936, antes de la creación de El Soberbio como municipio (1946)”, y las topadoras arrasaron con todo, porque “mantener el cementerio daba indicios de la cantidad de años que esta gente lleva instalada ahí”, sostuvo Soboczinski.
La destrucción de ese patrimonio histórico, “que para nosotros, como sitio turístico, como vía al Moconá, podría ser usado como atracción de visitantes”, no fue la única pérdida de testimonios sobre el asentamiento de los pobladores en la zona: también en estos últimos años ocurrió el incendio de una pequeña iglesia montada por los vecinos en 1990, año del que quedaron documentos sobre bautismos y casamientos allí celebrados”, recordó el intendente.
Instalado sobre tierras propiedad de las familias Ongay y Laharrague y de la Colonizadora El Soberbio S.A., que entró en quiebra, el municipio está abocado a resolver la regularización de unas diez mil hectáreas de tierras.
Como primer paso va a iniciar un censo poblacional, “recolectando datos como boletines escolares de la pequeña escuela que hay en la colonia, libretas de bautismo, constancias de domicilios registrados en los DNI y fijando los puntos de GPS con el historial de ocupación de cada ocupante”, explicó el jefe comunal.
La tarea por delante es mucha. “Estamos tratando de arrimar posiciones entre ocupantes, municipio, Dirección de Tierras, Iprodha (Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional), representantes de Laharrague y la síndico a cargo del concurso” de la quebrada Colonizadora El Soberbio, dijo Soboczinski.
“También hay que considerar que estas tierras están abarcadas dentro de la zona de Biosfera, donde no puede haber animales (ganado), ni motosierras ni ninguna forma de cultivo agresivo. Pero hay un historial; esta gente está ahí desde antes de la creación de la Biosfera y posiblemente tenga que hacerse un trabajo con la Cámara de Diputados provincial para rever esa situación, o reprogramar para estas familias alguna actividad con sustento turístico para dejarlos dentro de un manejo sustentable de esta pequeña parcela”, evaluó el intendente.
Para Soboczinski, la prioridad es “proteger a esa población, para que no vuelva a suceder esto de dejar mujeres con niños en la calle, llevar a los maridos presos”.
