Ecuador a medida del neoliberalismo

«No es un plan económico», sino «una serie de medidas inconclusas, ambiguas y muy generales sobre incentivos tributarios para el sector empresarial, básicamente», dice el analista Danilo Albán Romero.

(Edgar Romero. RT) El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, presentó este lunes, después de 10 meses de mandato, su Programa Económico de Estabilización Fiscal y Reactivación Productiva, conocido comúnmente como Plan Económico.

«Hoy presentamos un programa basado en la transparencia y la verdad, no en falsas ilusiones, ni en tremendismos para justificar un golpe a los más pobres», dijo el mandatario en cadena de televisión.

Por su parte, el analista económico y financiero Danilo Albán Romero, miembro del Foro de Economía Alternativa y Heterodoxa, opinó que lo anunciado por el presidente Moreno «no es un plan económico», sino «una serie de medidas inconclusas, ambiguas y muy generales sobre incentivos tributarios para el sector empresarial, básicamente».

Vista aérea de las instalaciones de Petroamazonas, en Tiputini, Ecuador

Recalcó que «es algo muy general y favorece solo a un sector de la economía», como es el empresariado ecuatoriano. Y añadió que la aseveración del gobierno, en el sentido de que las medidas que hoy favorecen a los empresarios van a beneficiar en el corto o largo plazo a todos los ecuatorianos, «es una mentira absoluta».

Los ejes del Plan Económico

El Plan Económico se centra en cuatro ejes que, en conjunto, buscan «preservar los derechos de las grandes mayorías, estabilizar la economía del país, reactivar la producción y promover la generación de empleo, con eficiencia, transparencia y corresponsabilidad», dijo Moreno.

  1. Estabilidad y equilibrio fiscal: el objetivo es reducir el déficit fiscal, actualmente de 5,64 %, a 2,47 % en 2021″.
  2. Reestructuración y optimización del Estado: para ello habrá una «reducción del tamaño del Estado».
  3. Equilibrio del sector externo y sostenibilidad de la dolarización: «Lograr que ingresen más dólares de los que salen», trazó metas el mandatario, quien apuesta a «exportar más, a atraer inversiones, y a controlar —inteligentemente— la salida de divisas».
  4. Reactivación productiva: «Fortalecer al sector privado como motor de crecimiento económico, en estrecha relación con el sector público».
«Amnistía tributaria»

Para complementar esos ejes, el presidente ecuatoriano dio a conocer algunas medidas y acciones. La primera de ellas, «recaudar más ingresos, mediante un sistema tributario eficiente y simplificado». El objetivo es conseguir 810 millones de dólares adicionales, entre 2018 y 2021, a partir de medidas de control tributario que ya están implementando el Servicio de Rentas Internas (SRI) y el Servicio de Aduanas.

Vista general de los contenedores en el Puerto de Dole en Guayaquil, Ecuador

Otra de las medidas será hacer una «revisión tributaria» por el 100 % «de los intereses, multas y recargos». Esta revisión se aplicará en un plazo de hasta dos años a micro, pequeñas y medianas empresas, y en 90 días a las grandes empresas. El mandatario no específico cuándo se pondrá en marcha esta iniciativa, pero dijo que con ello habrá «ingresos adicionales por 1.600 millones de dólares en 2018, y 1.300 millones de dólares anuales en los próximos años».

Frente a esas medidas, Danilo Albán señaló que se trata de una «amnistía tributaria», que considera «antiética», para las personas que más pagan impuestos. Explicó que «la deuda que tienen los grupos económicos con el Gobierno (…) es de cerca de 5.000 millones de dólares», cifra muy superior a la que pretende recabar el Estado con la «revisión tributaria».

El analista califica de «mecanismo perverso» la acción que tomará el Gobierno con respecto a las empresas privadas, porque «incentiva la evasión tributaria».

«Debilitamiento del Estado»

La reducción del Estado es una tercera medida. «Eliminaremos ministerios, secretarías, viceministerios, subsecretarías y coordinaciones generales», dijo Moreno; también se reducirá a la mitad el número de asesores en cada institución, el gasto en viáticos, sobre todo al exterior, entre otras acciones. Se prevé, además, suprimir siete de las 22 empresas públicas de la Función Ejecutiva, y otras se constituirán en «empresas mixtas» con inversión privada. Con estas acciones, el Gobierno espera ahorrar 1.000 millones de dólares anuales.

El analista considera que esto significa un «debilitamiento del Estado, sin justificación, reducir por reducir». Para él, no hay «un análisis de eficiencia para disminuir el Estado»; señala que «esto básicamente significa reducción de personal», pese a que el mandatario ratificó su compromiso de aumentar en siete puntos el empleo en el país.

También se iniciará «un activo proceso de alianzas entre el sector público y el privado» para las inversiones en infraestructura, hidrocarburos, energía, minería, telecomunicaciones, transporte y obras públicas, precisa el texto oficial.

«Vienen privatizaciones, con la entrega de empresas públicas al sector privado», dice el economista.

Una cuarta medida es el desarrollo de «una activa agenda de financiamiento público», con la optimización de contratos petroleros y los de preventa, y la elaboración del Plan de Fortalecimiento y Sostenibilidad Fiscal. El Gobierno ecuatoriano pretende acudir a los organismos multilaterales, a las empresas y bancos, para obtener mejores condiciones de tiempo y costos de su deuda.

Al respecto, Albán se muestra preocupado por el tema de «acudir a los organismos multilaterales». Aunque señala que se deben mantener buenas relaciones con organizaciones como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI), reconoce que este último suele establecer «condicionamientos a las economías» a cambio de los préstamos, como reducciones en los gastos de educación o salud. «Ecuador no debería ceder, debería mantener la soberanía de su política económica».

Salida de divisas

Otra medida es el fomento a la exportación, y para ello «se generarán nuevos incentivos para el ingreso de divisas, tanto por nuevas exportaciones como por el incremento de inversión». El mandatario ha prometido devolver los pagos por Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) y otros tributos «a los exportadores que demuestren ingreso neto de divisas». Asimismo, las nuevas inversiones que se realicen entre 2018 y 2019 tendrán «un tratamiento progresivo de incentivos tributarios, particularmente sobre Impuesto a la Renta e ISD».

A esto se le suma una reducción gradual del ISD «en la medida en que mejore el saldo de la balanza de pagos privada».

En octubre pasado —recordó Albán—, Moreno dijo a la ciudadanía «que no iba a tocar el ISD porque es un mecanismo para evitar la salida de capitales y fortalecer la dolarización». Sin embargo, «el Presidente ha cambiado totalmente su opinión (…) porque ya habla de reducir gradualmente el ISD, conforme mejore el saldo de la balanza de pagos». A su juicio, esto va a ser «un incentivo para que salgan las divisas».

Para el analista, el cambio de opinión del mandatario respecto al ISD responde «a las exigencias del gremio empresarial», que también han presionado, dice, para que se elimine el impuesto mínimo del anticipo al Impuesto a la Renta, lo que también fue anunciado dentro del programa.

Esa eliminación «abre la puerta para que la gente pueda evadir, pueda meter gastos, pueda hacer empresas fantasmas y bajarse su utilidad», señala.

¿Nuevas modalidades de contrato de trabajo?

«Entrarán en marcha en los próximos días nuevas modalidades de contratos de trabajo, que respeten íntegramente los derechos de los trabajadores» y recojan «las necesidades de sectores productivos como el turístico, el agrícola, el pesquero, entre otros», dice en otro apartado el programa que se anuncia.

«Hay que estar muy alerta con este tema», dice Albán, quien considera que esto «podría incrementar el subempleo». Señala que «no se puede permitir que esto sea un tema de flexibilización laboral», que deje a un lado «las victorias» alcanzadas por los trabajadores a lo largo de la historia de Ecuador: «No se debe retroceder en esos temas».

Para el analista, el programa anunciado «es básicamente un discurso de un presidente hacia la sociedad», que no ofreció «un plan económico concreto». Por ello, «sobre los ministros va a recaer la responsabilidad de cómo se va a lograr esto».

«Se cedió ante la presión del gremio empresarial», aseguró. Y señaló que el documento no contempla las «exigencias de los trabajadores, de las organizaciones sociales, no hay políticas agragrias, nada para los campesinos ni para cambiar la matriz productiva».

 

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