«Denuncias anónimas» en «sobres cerrados»

La derecha boliviana, esta vez con la ejecución del gobierno de facto que preside Jeanine Áñez, recurrió una vez más a una campaña de difamación contra el presidente depuesto Evo Morales y en los últimos cinco días lo acusó judicialmente por supuesto estupro, tráfico de personas y una paternidad no reconocida por una relación con otra menor de edad.

A una denuncia presentada la semana pasada por una presunta relación sentimental con una menor de 14 años el régimen dictatorial le sumó este lunes una nueva acusación: ser el padre de una niña nacida en 2016, cuando la madre de la criatura tenía 16 años.

Sobre el primer caso, el Ministerio de Justicia del gobierno de facto presentó acusación el jueves pasado ante la Fiscalía de La Paz a partir de “denuncias anónimas” sobre una relación sentimental iniciada hace cinco años con una menor de 14 años.

La supuesta víctima, que hoy tiene 19 años, identificada como Noemí M.C., denunció en una carta enviada a la defensora interina del Pueblo de Bolivia, Nadia Cruz, que fue obligada por la Policía a hacer esas acusaciones.

“Eran varios policías que en todo momento me tildaban de mentirosa, me insultaban, me decían malas palabras, se reían de mí, me decían: ‘di que eres chica de Evo, que viajaste a México y Argentina'», sostuvo la joven en esa carta, reproducida por el diario Página Siete.

Como para sumar elementos a la patraña, fue el viceministro de Transparencia Institucional, Guido Melgar, quien este lunes volvió a presentar ante la prensa una nueva denuncia, este vez sobre la paternidad no reconocida de Evo, fruto de una relación con otra menor.

 “La señorita habría tenido una relación sentimental con Evo Morales y habría quedado embarazada cuando tenía 15 años y cinco meses, y tuvo una hija en 2016, en el mes de febrero, cuando tenía 16 años”, aseguró Melgar en rueda de prensa. Allí dijo que la denuncia se presentó ante la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia de La Paz, a la que remitió los antecedentes del caso, que recibió en un “sobre cerrado”.

Entrevistado el domingo sobre el primer caso denunciado (el segundo se dio a conocer al día siguiente) por la radio Kawsachun Coca, el presidente derrocado desestimó la denuncia y llamó a dirigentes, militantes y adherentes al Movimiento al Socialismo (MAS) a “no entrar en el juego de la derecha”, que busca por todos los métodos las formas de desprestigiar a todas las figuras públicas de la fuerza que lidera todas las encuestas de cara a las elecciones generales de octubre próximo.

El antecedente del «caso Zapata»

Morales recordó que en febrero de 2016, en días previos a la consulta popular en la que los bolivianos decidirían si él podría postularse para un tercer mandato presidencial, la prensa boliviana le dio amplísima difusión a una supuesta denuncia de paternidad no reconocida.

De acuerdo con lo que el periodista cruceño Carlos Valverde presentó en TV, Evo había abandonado a un hijo nacido en 2007 de una relación con Gabriela Zapata. El entonces presidente admitió haber tenido un hijo con Zapata, pero aseguró que la mujer le había anunciado la muerte de la criatura pocos días después de su nacimiento.

En el mes de mayo siguiente la Justicia rechazó la denuncia tras considerar que no había ninguna prueba de la existencia del niño y el mismo periodista que había lanzado el libelo admitió la falsedad de sus afirmaciones. Para entonces Evo había perdido el referendo por un apretadísimo margen.    

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