Con los chicos, no

El presbítero Raúl Sidders, denunciado por abuso sexual contra una menor y sospechoso de varias otras situaciones similares, no podrá ejercer “ninguna tarea en colegios o con menores de edad” en Puerto Iguazú, donde actualmente presta servicio desde el pasado mes de julio.

Así se lo ordenó el Arzobispado de La Plata, del que Sidders todavía forma parte en la administración eclesiástica, al obispo de Iguazú, Nicolás Baisi, días después de que una joven de 26 años denunciara penalmente a Sidders por abuso sexual cuando ella tenía entre 12 y 14 años.

Según el testimonio de la mujer, Sidders, que era su confesor en el colegio San Vicente de Paul de La Plata, la habría sometido durante al menos tres años a reiterados acosos sexuales en forma verbal y hasta la habría forzado a tocarle los genitales. Así lo contó la presunta víctima en la denuncia que presentó ante el Juzgado de Garantías Nº 2 de la capital bonaerense.

Al día siguiente de esa presentación formal ante la Justicia, el Obispado de Puerto Iguazú emitió un comunicado en el que sostuvo que “la denuncia no implica que el padre Raúl esté procesado”, defendió el “principio de inocencia” y hasta consideró que “se trata de noticias falsas (fake news) difundidas con la intención de armar un expediente judicial”.

Dos días después, en un comunicado del Arzobispado platense se consignó que su titular, monseñor Víctor Manuel Fernández, “amonestó y reprendió al presbítero Sidders para que evite todo el lenguaje inapropiado, sobre todo ante menores de edad, y particularmente cualquier expresión referida a las mujeres que pueda interpretarse como menosprecio, discriminación o misoginia”.

Fue una elíptica advertencia para que Sidders se abstenga de repetir expresiones degradantes hacia las mujeres que militan causas de género, llamándolas «loquitas», «chirusas» y «yeguas», como lo hizo entre 2010 y 2011 en su programa «Ave María Purísima», emitido por el Canal 5 de La Plata, y que le valieron una condena pública del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).

Desde su traslado a la ciudad de las Cataratas sectores de la comunidad iguazuense han manifestado su rechazo a la presencia de Sidders, a quien presumiblemente se lo destinaría como capellán del Escuadrón 13 de Gendarmería Nacional. Contala como quieras dialogó días atrás (y antes de conocerse la denuncia presentada en La Plata contra el cura) con Ramona Romero, integrante del colectivo Mujeres Autoconvocadas.

Exigimos que no tenga ninguna cobertura eclesiástica que lo ampare” o que se pretenda limitar las investigaciones sobre las denuncias a lo que el propio clero disponga, dijo Romero, y le contó al programa de La 99.3 que la organización le reclamó al obispo Baisi “que se le impida cualquier función sacerdotal”.

“Hay que considerar que esos menores en su momento no han podido denunciar, por sus padres, amedrentados ellos mismos” por la jerarquía eclesiástica, dijo la mujer en referencia a los alrededor de veinte testimonios contra Sidders volcados en redes sociales y distintos medios de difusión.

Ramona Romero en La 99.3, el 11 de agosto de 2020

Tenemos muchas situaciones en Iguazú que no se resuelven.  Nosotras venimos bregando por casos de grooming (acoso pederasta), de violaciones, de abusos y hasta femicidios”, destacó Romero, y recordó la larga lucha que Mujeres Autoconvocadas de Puerto Iguazú llevó adelante para lograr que el asesinato de María Belén Rivas, en mayo de 2017, fuera caratulado como femicidio, incluso con la oposición del fiscal interviniente, que insistía en encuadrar el hecho como homicidio. También expresó la preocupación que genera la posibilidad de que Sidders cumpla funciones como capellán en Gendarmería, por los riesgos de que su prédica misógina llegue a miembros de una fuerza de seguridad.

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